1.- La extraño

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Alai.

Mi mirada estaba en ese ataúd, en el que descansaba mi mejor amiga. ¿Porqué la vida tiene que ser así? Un segundo estás y al otro ya no. Molly no era una persona que odiaba a todos, era una chica inteligente, bonita, que no se metía con nadie, odiaba la violencia, ¿como era posible que alguien pudiera llegar al punto de asesinarla?.

El sábado 16 de octubre Molly y yo fuimos a un centro comercial, al llegar la noche ambas nos despedimos en éste, y cada una tomó su camino rumbo a su casa. Pero ella nunca llegó. Fue encontrada muerta dos calles antes de llegar a su casa. No sé quién sería capaz de una cosa tan terrible como ésta, pero ahora, soy yo quién está en la mira de todos, como primera sospechosa del asesinato de mi mejor amiga.

Molly, no sabes la falta que me haces.

Me costaba imaginar una vida sin mi mejor amiga. ¿Tú que sentirías? Yo siento que una parte de mi se ha ido con ella, y jamás la recuperaré. Molly era una chica única, si necesitabas su ayuda, ella estaría dispuesta a hacer lo que fuera para verte bien, verte sonreír y feliz. Si necesitabas alguien que te escuche y esté junto a ti en un momento complicado de tu vida, ella dejaría todo para estar a tu lado, ayudándote, y diciendo que todo estaría bien.

Las lágrimas resbalaban por mi rostro, ya no me importaba que me vieran llorar. Ya no me interesaba mantener esa imagen de "no lloro porque no me gusta demostrar mis sentimientos." era cierto, yo jamás lloraba frente a nadie. Solo lo hacía cuando estaba sola, encerrada. Sentía un dolor en el pecho, mi cabeza dolía, y el llanto no cesaba. Jamás me había planteado la idea de perder a mi mejor amiga, con mis cortos dieciséis años de vida, nunca había perdido a alguien. Y nunca imaginé que la primer persona que perdería, seria mi mejor amiga de simplemente diecisiete años. Siempre imaginaba que ambas seríamos unas ancianitas de sesenta años y podríamos contar anécdotas, travesuras, tristezas, y momentos que hayamos vivido juntas, recordar nuestra vida. Pero eso no sería posible ahora, un maldito asesino me quitó a mi mejor amiga.

Conocí a Molly cuando ambas teníamos seis años de edad, ella me defendió de unos niños que me molestaban y desde allí nos volvimos inseparables, siempre tuvimos una relación asombrosa, más que mejores amigas parecíamos hermanas, ambas estábamos dispuestas a ayudarnos en lo que sea.

-Alai-Voltee cuándo sentí una mano apoyarse en mi hombro y presionarlo suavemente, encontrándome con Alex quién me abrazó fuertemente.

-Alex-Susurré mientras lo abrazaba fuertemente y dejaba escapar el llanto. Él era mi mejor amigo, también el mejor amigo de Molly- Me hace demasiada falta, la extraño demasiado.

-Yo también pequeña, yo también -Susurró.

Deshicimos el abrazo y lo miré. Alex tenía sus hermosos ojos verdes cristalizados. Nos acercamos con cautela al ataúd de Molly, asomé mi rostro con lentitud y allí la vi. Su cuerpo sin vida, pálido como un papel, varias rosas en sus manos, una fotografía de nosotras a su derecha, junto a una fotografía de ella y su familia, y a su izquierda una fotografía con Alex, sonreí débilmente al ver esas imágenes, pero mi sonrisa se borró cuándo volví a ver su cuerpo sin vida, sentí un vacío interno, mi estómago se revolvió y el nudo en la garganta volvió. Dejé con lentitud la rosa blanca en sus manos, y corrí hacia el baño.

Mojé mi rostro varias veces con el agua fría intentando calmarme y borrar esa imagen de mi mente. Quería recordar a Molly con esa sonrisa que tenía siempre.

¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora