La fierecilla domada

Capítulo 1

¡Todas mis historias son y seguirán siendo gratuitas, pero si lo deseas puedes apoyarme en Ko-fi!

ko-fi.com/iratxevk

******************

''¿Pero cómo lo aguantas? Te trata fatal, deberías dejar este trabajo, llevas demasiado tiempo con él, te está amargando la vida.''

Todos los días desde que empecé a trabajar para él al menos una persona me decía una de esas frases, como si fuera una persona maltratada por su pareja o algo parecido. Qué dramática es la gente. Aunque claro, estamos hablando de ''Mizuki-sama'' después de todo. ''La gran estrella del rock'', yo diría más bien el estúpido sueño húmedo de las quinceañeras. Porque es lo único para lo que sirve. Ni su voz es tan buena, ni sus partituras tan ardientes. Pero después de todo solo es mi trabajo, ¿no? Me levanto, soy manager durante las dieciséis horas que se mantenga despierto si es que estamos de gira o algo parecido y luego me voy a la cama.

¿Que es un niño caprichoso? Sí. ¿Que habla mal a todo el mundo? También. Pero solo es un niñato al que le dieron demasiado poder con diecisiete años y ahora con veintidós es insoportable.

–¡Lárgate!–

Una pobre chica salía llorando del camerino, y entré sin sorprenderme demasiado.

–Qué has hecho ahora.–pregunté, dejando mi bolsa en la mesa

–¡Mira cómo me ha dejado el pelo la inútil esa!–y ahí estaba Mizuki quejándose desde bien temprano por la mañana, no son ni las ocho–Yo así no salgo.–

–Tienes sesión ahora.–

–¡Que así no salgo!–me tiró la botella de agua y la esquivé de milagro

–Bien. Qué es lo que quieres.–me puse detrás de él

–Lo quiero suelto.–se quitó todas las pinzas que llevaba para sujetar su pelo largo–Así.–

El condenado estaba guapo.

–Venga, corre fuera, te espera el fotógrafo.–

–No me metas prisa.–se levantó–Y ve a comprarme algo para luego. Tengo hambre, quiero un pastel.–

–Tienes el azúcar alto, no te voy a comprar un pastel.–

–¡Que me lo compres!–me gritó, cualquiera se asustaría viendo esta escena, él era bastante más alto que yo y bien podría tirarme al suelo si quisiera

Bueno...realmente no lo creo.

–Ve a trabajar.–salí de la habitación, le compraría el dichoso pastel

A ver si así se muere. No, no soy tan malo, le compraré algún dulce sin azúcar o algo así y esperaré que tenga suficiente hambre como para comérselo sin rechistar porque no es un pastel.

¿Que cómo he acabado en un konbini intentando conseguir los caprichos de una estrella del rock adolescente a las ocho y media de la mañana? Pues no sé, yo estudié en la universidad, hice un grado doble en marketing y relaciones públicas, quería ganar dinero y hacer algo importante. Sin embargo estuve muchos meses trabajando explotado doce horas al día por un sueldo de mierda hasta que me contrató la discográfica para la que trabajo ahora. ''Pongamos al nuevo con la bestia'', pensaron. ''Le hemos tenido que cambiar de manager cinco veces en los últimos 6 meses, ninguno aguanta lo suficiente, no creo que dure ni un mes''.

Pues han pasado dos años, genios. Solo necesitas litros de paciencia y un buen sueldo.

–¡No es lo que te he pedido!–Mizuki lanzó los dulces lejos–¡¿Tan inútil eres?!–