Historias Cortas

Una noche de mayo

*CUENTO HECHO POR MI MADRE*

Era una oscura noche de mayo. Llovía levemente, pero lo suficiente para que la humedad fuera penetrante.

Rick, Maggie y Jill departían en la cafetería que encontraron camino a du ciudad luego de un largo viaje, mientras esperaban a Jack, quien se desvío a la gasolinera. Maggie probaba un postre perfecto para el antojo que tenía en su embarazo.

De repente se vieron unas luces muy brillantes en el exterior. Todos los clientes miraban curiosos hacia fuera, pero sin animarse a salir. Pero al escucharse unos extraños sonidos todos se pusieron alarmados de pie.

Maggie asustada llamaba a Jack, su esposo, por celular, pero de pronto se le apagó, al mismo tiempo que las lámparas del lugar. Pidió a Rick el suyo, pero también estaba apagado. Todo había dejado de funcionar.

De golpe se abrió la puerta del local. Jack venía por su esposa y amigos, pero todos buscaron respuestad en él. Al parecer no pudo ver ni determinar el origen del sonido y la luz.

Las dos parejas decidieron quedarse allí, hasta no saber que sucedía.

El dueño encendió una candela, sus manos temblaban visiblemente. La ubicó estratégicamente, para alumbrar al menos parte de la cafetería.

Un momento después, él y sus empleados, además de los clientes, cayeron al suelo. Todos excepto Maggie, Jack, Rick y su esposa Jill. Los cuatro gritaron asustados, sin saber qué sucedía ni si las personas habían muerto. Jack se armó de fuerza, y fue comprobando uno a uno que estaban vivos. Habían perdido el conocimiento solamente, o eso podía percibir de momento.

El tiempo corría, y ellos inmóviles no sabían qué hacer, pero las luces fuera se fueron apagando y el sonido desapareció. Unos minutos transcurrieron, cuando todos despertaron, confusos de porqué estaban en el suelo y por la oscuridad. Ellos les comentaron sobre las luces y los sonidos, pero nadie lo recordaba ni les creyeron, sólo querían saber qué motivó su pérdida de conocimiento. Se armó una discusión, todos hablaban a la vez y gesticulaban preocupados.

Ellos se apartaron del grupo para discutir el siguiente paso, no podían pretender dar alguna explicación lógica a todo esto. Sus hogares estaban a 70 kilómetros de distancia y no conocían este pueblo, ni a sus habitantes.

Entre quedarse ahí con los pueblerinos que se gritaban entre sí y cada minuto que pasaba se ponían más violentos, o ir al exterior, no sabían que elegir. Dicidieron por lo segundo.

Todo estaba oscuro. El carro de Jack no funcionaba, pero el de Rick sí. No se escuchaba ruido cercano, ni vecinos fuera de sus casas. De pronto, el sonido de disparos salió de dentro del local.

Corrieron al auto, y de ahí salieron camino a la pista que los llevaría a su hogar.

Buscaron en las noticias radiales, pero no se decía de lo sucedido, como si nada hubiera pasado.

Guardaron silencio, mientras pasaba el tiempo y se iban acercando más a su ciudad. No les parecía real lo que presenciaron, ni qué los motivó.

Llegaron a casa de Rick y Jill, y de inmediato encendieron la tv. Noticias locales de una ciudad aún más cercana transmitía en vivo sobre un partido entre las universidades del área.

Confusos y aún asustados, trataron de concentrarse en lo que veían, con tal de no discutir qué pasó.

El reportero dijo: "Una luz muy brillante nos alumbra. Parece que los reflectores tuvieran mayor energía, no puedo ver bien al resto de personas cerca a mí."

Estática. Nada más.