"Flores"

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Narra " chica fantasma"

Llevaba un buen rato hablando con Carlos,por lo que al parecer habían sido horas...horas...eso es.

-Oye,¿Aquí como sabes cuantas días llevas?-pregunte un poco interesada sobre el tema.

-La verdad es que hay unas flores en la orilla de la laguna Estigia que te muestran la hora-se paro de aquel tronco y me ayudo a que también lo hiciera,me dirigió a la orilla de la laguna,donde se encontraban unas flores de color negro-azulado -Te enseñare como saber la hora,las flores son como relojes,cada flor tiene 24 pétalos,y cada uno de ellos son una hora,por ejemplo,ahorita son la 7:00 am,ya que quedan 17 pétalos...¿Entiendes?-asentí,era un poco extraño como se media la hora,pero me daba igual.

Estaba aburrida demasiado,aquí no había nada que hacer,para la próxima vez que Nico viniese a verme, le pediría un libro.

-¿Que otra cosa puedes hacer por aquí?-pregunte nuevamente

-Casi nada,la verdad es que lo que yo hago para no aburrirme es...-voltee a ver porque había guardado silencio,su mirada estaba centrada en algún punto,voltee a ver hacia donde el miraba y me encontré con la sorpresa de que el Dios del Inframundo se encontraba frente a nosotros,me incline en forma de reverencia y por lo visto Carlos había realizado la misma acción,al terminar la reverencia me  quede parda de una forma ¿rígida?.

-¿Que se le ofrece mi señor?-dijo Carlos servicialmente.

-¿Conocen a una chica que se hace llamar "la chica fantasma"?-Carlos me voltio a mirar con los ojos muy abiertos,tal vez yo tenía la misma expresión,¿Me estaba buscando a mi?.

-Soy yo-hablé tímidamente,era imposible que me buscara a mi...

-Demuéstralo-contesto tan frío como me lo hubiese imaginado.

-¿Como quiere que se lo demuestre?-pregunté

-Muéstrame las cartas que le mandaste a mi hijo-pose mis manos dentro de los bolsillos del vestido,donde aquella cartas se encontraban,las saque con cuidado de no maltratarlas y se las tendí,sentí el frío rose de sus manos al tomarlas. Abrió una de ellas y sonrió,fruncí el ceño, me era extraño verle sonreír, pues siempre lo describían como alguien serio,el cual extrañas veces sonreía.

-Acompañame,necesito hablar contigo-dijo para luego empezar a caminar rumbo a aquel gigante castillo donde el y su esposa habitaban.


Viviendo en los Eliseos (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora