Cap 5: 14 de Julio, Día de la Bastilla

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P.O.V Francis 

No podía creer que estuviese allí. Pero, debía de acostumbrarme pues en menos de un mes y medio iba a comenzar a vivir en París de nuevo. (T/n) me sacó de mis pensamientos. 

–Anda que tú también... Vaya día para nacer elegiste.–Se rió frotándome la espalda–. Me imagino a tu pobre madre celebrando el día de su patria entre contracturas. 

–Ya... No hay año que no me lo recuerde...

–Mira el lado bueno. ¡Todo un país celebra tu nacimiento!

–Podría decirse así.–Le sonreí rodeando sus hombros con mi brazo pegándola más a mí.

Después de que (t/n) y yo comenzásemos a salir todo nos fue mucho mejor. La verdad es que no sabía cuanto tiempo más podría estar sin que ella supiese mis sentimientos. Algún día les contaré a mis hijos la historia de como (t/n) y yo nos conocimos y de que romántica manera me declaré. (T/n) me dio un golpe con la cadera. 

–Eh, deja de pensar y presta algo de atención al desfile.

Nos encontrábamos en los Campos Elíseos para ver el desfile de las fuerzas armadas. Como regalo de graduación mi padre nos había regalado a ambos un viaje por mi cumpleaños a París. A pesar de que (t/n) al principio no quería aceptarlo pues era mucho dinero, mi familia y yo la convencimos para que viniese pues para el jefe de una gran empresa multinacional, eso no era demasiado. 

Ambos estábamos muy ilusionados de estar en la capital; es curioso como ella amaba esa ciudad tanto como yo. Me imagino lo feliz que seríamos ambos viviendo en esta ciudad en un futuro. Me besó la mejilla devolviéndome a la tierra. 

–De verdad hoy estás muy ausente–dijo con una sonrisa–. Estás en una de las ciudades más bonitas del mundo con miles de monumentos... Podrías prestar un poco más de atención. 

–También es la ciudad del amor~. Además, creo que otro monumento ha captado mi atención.

–Adulador–dijo de una forma un tanto irónica para después besarme. Sus besos aún me volvían loco. Por unos momentos detestaba el tener que respirar. Me miró sonrojada–. Okey... Paremos ya o nos van a decir algo...

–Tú no les entenderías. Así que, ¿qué más da?–Volví a besarla.

–O-oye...–dijo recuperando el aliento–. Que yo entiendo muy bien tu lengua.–La di una mirada pícara–. No a ese tipo de lengua, malpensado.

–Pero me quieres porque lo soy~.–Besé una de sus manos, para a continuación rodearla entre mis brazos. 

El resto de la mañana estuvimos divirtiéndonos en muchos de los lugares turísticos de París. Cuando volviésemos a casa haría un álbum con nuestras fotos pues (t/n) se veía adorable y muchas de ellas eran divertidas. Por ejemplo, las muecas que ponía en el Arco de Triunfo, cuando le metía el dedo en la nariz a alguna estatua, con toda la cara llena de helado después de que se le "estampase" para así darle besos dulces (Bon, es una historia más larga, pero no entraré en detalles~); y las que más me gustaron, con la Torre Eiffel. 

Cenamos en el Barrio Latino, le encantaba esa zona, y después fuimos corriendo porque teníamos que llegar a los Campos de Marte para el show de los fuegos artificiales y nos habíamos equivocado de parada. 

–¡Te dije que esa no era la parada!

–Y yo te dije que esa no era la calle~. 

–Touché. 

–Empate a uno–dije riendo. Tomé su mano haciendo que se detuviese en medio del puente–. Vayamos más despacio, ¿qué te parece? 

–Pero ya vamos tarde... 

Juntos, es una promesa (Francia x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora