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Me despedí de Alya y volví a mi habitación, cual ahora se encontraba perfectamente ordenada.

Gracias a Alya ahora me siento mucho mejor, me ayudó a recoger todo el estropicio que hice y me sugirió que buscase algo para entretenerme y qué mejor que diseñando nuevas prendas.

Me senté en mi silla y abrí mi pequeña libreta donde ya había algún que otro diseño.

–Me alegra que ya estés mejor Marinette– dijo Tikki apoyándose en mi cabeza y sonreí.

–Gracias Tikki

Los minutos pasaban y mi diseño avanzaba hasta que oí un golpe en mi ventana.

Tikki se escondió, me acerqué al cristal y un par de ojos verdes me acogieron.

No pensaba que fuese a venir de verdad, por lo que provocó una pequeña sonrisa en mí.

Ahora tendría que actuar como si yo fuese una ciudadana y él el gran héroe de París, cosa que me hacía gracia.

Abrí la ventana y el gato entró.

–Querida princesa... ¿Me dirá quién ha provocado tal tristeza?– dijo mientras hacía una pequeña reverencia y besaba mi mano.

Sonreí triste y me senté en la cama.

¿Debería de contarle?

–Hoy... El chico que me gusta me rechazó– dije un poco avergonzada.

Chat se acercó de poco a poco y se arrodilló frente a mi.

–Ese chico es un idiota, no sabe lo que se pierde– dijo.

–En cierto modo n-no lo culpo, a él le gusta otra chica, sería injusto tanto para él como para esa chica que yo me entrometa, supongo que si él no me correspondía es porque no era el indicado– dije citando alguna de las palabras que me dijo anteriormente Alya.

Miré a Chat, quien me miraba sin pestañear, se le notaba triste y fruncí el ceño.

–¿Chat?– pregunté y le toqué el hombro, lo que al parecer, le hizo reaccionar.

–¿Eh? ¡Ah si! Lo siento, estaba pensando... Bueno princesa, este gato tonto se tiene que ir... Adiós– dijo y cómo horas atrás hizo y se fue de tejado en tejado.

Fruncí el ceño por la repentina huida de Chat pero me encogí de hombros y volví a centrarme en mi diseño.

[...]

Abrí mis ojos y me sorprendí al ver que anoche me quedé dormida mientras que diseñaba.

Me levanté de la silla y miré la hora.

–¡TIKKI LLEGÓ TARDE!– grité mientras que corría al armario y sacaba mi ropa.

–Marinette– me llamó Tikki.

–Ahora no hay tiempo Tikki, tengo que llegar a clases como sea.

–¡Marinette!– volvió a llamarme.

–¡No podré desayunar!– volví a gritar mientras me peinaba.

–¡MARINETTE!–gritó mucho más fuerte la pequeña kwami y me giré sorprendida a verla.–Marinette aún falta una hora para que las clases empiecen.

Abrí mis ojos y volví a mirar el reloj.

Reí nerviosa y rasqué mi nuca.– La costumbre supongo– excusé y nos reímos.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2016 ⏰

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"Dear Princess..." » MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora