Capítulo 2

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Al fin había llegado a California, el largo viaje en avión había sido agotador. Estaba ansiosa por llegar a mi nuevo hogar y también algo nerviosa, ya que no conocía a nadie en ese lugar.

~Minutos después~

Al fin había llegado. La casa es de color blanco y tiene una piscina en la parte de atrás. Mi mamá y yo entramos a la casa que estaba llena de cajas, así que decidí subir a mi nuevo cuarto. Subí las escaleras y entre a una habitación que suponía que era la mía.

El cuarto esta decorado con un papel tapiz color blanco y una cama en el centro con un nochero al lado izquierdo de la cama y por suerte tengo mi propio baño dentro del cuarto.

Después de guardar toda mi ropa en el armario, decidí tomar una ducha. Así que me estaba quitando la ropa y cuando ya me encontraba en solo ropa interior, me di cuenta que alguien me estaba mirando, ya que mi ventana chocaba con otra ventana.

-Oye estúpido ¿que te pasa?, no me mires.- Dije yo un poco avergonzada.

- Tampoco quería verte, no es mi culpa que no cierres tu cortina.- Dijo él con el mayor desinterés.

-Estúpido.- Le grite cerrando mi cortina furiosa.

~Al día siguiente~

Me levante muy temprano recordando hoy me tocaría empezar nuevamente clases en un instituto llamado "Hook School". Mi madre se ofreció a llevarme, ya que yo no sabia como llegar al instituto. Me dejo en el  instituto el cual era demasiado grande. Entre digiriendome a la oficina de la directora.

-Buenos días, pase.- Dijo una señora de unos 36 años.

-Buenos días.- Dije un poco nerviosa.

-Belinda, ¿cierto? aquí está tu horario.- Dijo dándome mi nuevo horario.

-Muchas gracias.- Dije saliendo de la oficina.

Me dirige al salón 601 donde es mi primera clase. Por fin había llegado al salón. Me paré frente a la puerta y miré por unos segundos la puerta antes de entrar, estaba muy nerviosa. Toco tres veces la puerta y se abre dejando ver a mi profesor de historia.

-Usted debe ser la extranjera ¿verdad?.- Preguntó el profesor, mientras los demás me miraban curiosos. 

-Si, vengo de Canadá.- Contesté y a los pocos segundos, los curiosos comenzaron a comentar. Les llamará la atención que venga de otro país, pensé.

-Ok, chicos. Como ya escucharon, ella es nueva y viene de Canadá.- Me presentó de pronto el profesor.- Tratenla bien y.. ¿como te llamas?.

-Belinda, Belinda Collin.

-Bien, Belinda sientate al lado de Evans, ese de ahí el te enseñara la escuela.- Me dijo mientras apuntaba a alguien de espaldas.

Asentí con la cabeza y me acerque al chico que estaba de espalda, al parecer no notó mi presencia.

-Hola.- Dije tocándole el hombro para que se volteara.

-Que quieres.- Dijo dándose la vuelta dejando ver a aquel chico de la noche anterior. 

-Creo qué te tocará mostrarme la escuela -Dije algo nerviosa. 

-Pues si no hay mas opción.- Dijo con un tono frío. 

La clase trascurrió lentamente, cuando por fin sonó la campana todos salieron del aula y yo salí de ultima cuando ya me iba a ir a mi casillero alguien me jalo del brazo.

-Creo que me toca mostrarme el instituto.- Dijo el chico que al parecer se llamaba Evans.

-Pues bueno, vamos.- Dije yo soltandome bruscamente de él. 

Estuvimos caminado por un largo rato hasta que llegamos a un patio ''al parecer estuvo lloviendo'', pensé ya que todo el lugar estaba mojado y lleno de lodo. 

-¿Vienes o te quedas?.- Dijo caminando hací el patio. 

-Si claro, ya voy.- Dije corriendo hacia donde se encontraba el. 

Salí corriendo y tropezé con algo haciendo que callera de inmediato al lodo manchando toda mi ropa. ''Fantástico'', pensé, Hasta que Evans se me acercó y impuso a reírse.

-Idiota no te rías y ayudame a levantar.- Dije con un poco de rabia 

-No. Tu puedes sola, suerte con tu recorrido.- Dijo y se fue dejándome sola en el piso, mientras se alejaba riéndose.

Como mucha rabia me levante del piso y me dirige al baño para quitarme todo el lodo que tenia en la ropa al parecer no había casi nadie, solo dos chicas. Entré directamente a los lavados y empezé a limpiar mi ropa.

-Ven dejame ayudarte vas a mancharte más.- Dijo una chica pelirroja, ojos color miel y con una piel de color neutro, ni blanco, ni negro.

-No hay de que. Perdón por la descortesía, mucho gusto soy Coralí, pero me puedes decir Cora.- Dijo la chica de piel blanca, con ojos verdes, y el pelo de un lindo color negro.

-Hola soy Elizabet, pero puedes decirme Lizi.- Dijo la chica pelirroja.

-Hola, yo soy belinda.- Dije dándole mi mano.

-Y bueno, cuentanos como acabaste casi.- Dijo Cora, con un tono de curiosidad.

-Pues es una larga historia hací que comenzaré por el principio.- Dije caminado con ellas hacia las escaleras para sentarnos.

Les conté todo lo que había pasado la noche anterior y lo de como había quedado toda embarrada de lodo por toda mi ropa.

-Woo y... ¿en cerio te hizo eso?, que idiota de su parte, ¿por que no te paraste y le pegaste una cachetada?.- Dijo Lizi con una sonrisa burlona.

-Por un momento pasó por mi mente, pero no se por que no lo hice.- Dije alzando los hombros.

Estuvimos hablando un largo rato. Perdimos varias clases. Terminé de ver el instituto con ellas, la verdad ambas me calle ron muy bien, son muy divertidas. Creo que al final mudarme acá no seria tan malo como lo pensé.

-Oye Belinda, ¿vamos a comer un helado cerca de acá?.-Dijo Lizi.

-Claro, pero la verdad no se como llegar a mi casa.- Dije moviendo las manos de una manera rara.

-¿Tienes la dirección de tu casa?.- Preguntó Cora.

-Si. Mira, acá está.- Dije pasándole un papel con la dirección.

-Genial vives en la misma calle que nosotras, si quieres te acompañamos después de tomar un helado.- Dijo Cora con una súper sonrisa.

Acepté con la cabeza, y nos fuimos a una heladería que quedaba a dos cuadras de instituto.

I love hard, I like.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora