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A pesar de los incontables intentos por hacer que ella se fije en mi, nada parecía llamar su atención.
Llegó el verano, lo que a todos les parecía genial para mi era un poco raro, saber q no podría verla por un par de meses no me agradaba, pero por otra parte eran las vacaciones.
Fuimos a la playa con mis tías a pasar la Navidad y el año nuevo, y aunque estaba disfrutando bastante mi soltería en ese momento besando a varias chicas no eran aquella chica que yo quería.
Cada vez que oía su nombre volteaba creyendo que ella estaría ahí pero no lo estaba. Pensaba en ella a diario, quería verla, escucharla o lo que fuera que viniera de ella, pero no tenía ni un rastro de ella. A veces observaba mi celular para ver si habían mensajes pero no había nada y tampoco quería ser yo quien hablara, así que continué mi verano con otras chicas.
Hasta que un día recibí un mensaje de ella, lo único que aquel mensaje contenía era un "Hola".
No le respondí al instante ya que estaba ocupado con otras cosas luego se lo devolví "Hola ¿como estas?"
-bien y tu- respondió ella
-bien -conteste yo tranquilamente
-¿que cuentas? Preguntó ella
-nada bueno, todo tranquilo por acá y tú - respondí ocultando lo que verdaderamente me estaba pasando con ella y las demás chicas.
- nada, solo quería saludarte y decirte feliz año nuevo.- me dijo ella sutilmente.
-Gracias - le respondí - para ti igual que tus deseos se hagan realidad.- respondí con una voz confiada.
-Gracias, me voy al norte con mi familia.- me dijo ella con voz feliz de saber que viajaría.
-Que bien, espero podamos hablar más ya que te extraño.- le escribí en un mensaje que no crei tener la confianza para enviarlo. Lo envié de todas formas con un poco de susto a saber cuál sería su respuesta.
Tardó un par de horas en responder aquel mensaje, pero yo estaba tranquilo de haberle dicho eso en el mensaje. La verdad, en ese momento pensé mucho en ella en la orilla de la playa observando varías parejas felices. Fue extraño, todo aquel sentimiento que tenía hacia ella estaba regresando o quizá sólo era producto de mi imaginación que creía que Abigail también sentía lo mismo que yo.
-también yo Zeta.- respondió ella después ya de un largo rato.
Era sin duda la respuesta que esperaba y quería a la vez y que sacó una sonrisa muy pequeña de mi rostro, y mientras estaba yo riendo aparece Argentina, la chica con la cual estaba yo saliendo en ese loco paseo a la playa de Reñaca y me pregunta.
-¿Por que ríes? - con una voz de extrañeza y una cara de no comprender que estaba pasando.
- De nada tontita, aveces es bueno reír cuando cosas buenas ocurren.- respondí claramente si ningún remordimiento.
Me miró con aquellos ojos verdes claro y me dijo - Genial y se puede saber que es lo que te pasó que te alegro.
- Tranquila, recibí un mensaje que estaba esperando hace días. - respondí con la misma sonrisa con la cual ella me habia encontrado.
Argentina me miro y me dijo - no todos los días traes esa sonrisa y no entiendo bien de qué se trata pero me gusta verte así, pero debo decirte algo.
-Si, díme lo que necesites.- respondí
- se acaban mis vacaciones me regreso a mi país. - la mire suavemente la bese por última vez y me despedí con un fuerte abrazo, Argentina dijo.
- Gracias por hacer que estás vacaciones valieran la pena. - con voz de angustia me miro se paró de la arena y comenzó a marcharse yo observe como ella se iba y ella volteo y se despidió con la mano.
A pesar q me apenaba el hecho de q no la vería jamás y que nunca Volví a hablar con ella más me angustiaba saber que me quedaba un mes para ver a Abigail.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2016 ⏰

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