Hace más de mil años el planeta tierra se volvió inhabitable, el ser humano fue culpable de que este hecho haya ocurrido, sin embargo encontramos la manera de sobrevivir, nos esparcimos por todo el espacio en la llamada NaveMadre en busca de algo que tal vez nunca encontremos pero jamás dejaremos de buscar. Mientras el último humano del universo viva, la tierra prometida semejante a la anterior seguirá siendo buscada...
Los señores comandantes consideran que conservar algunas costumbres de lo que fue nuestra antigua humanidad es necesario. Nos hace entretener y seguir conservando esas culturas que nos definen como humanos. Es por ello que aún podemos disfrutar de algún libro, serie, telenovela o película de hace más de mil años, cuando aún el ser humano tenía un seguro hogar llamado tierra donde podía cumplir lo que una persona debía hacer para llevar la perfecta vida que un individuo debía tener en aquella época; estudiar, trabajar, vivir cómodamente gracias a tu trabajo, casarse y tener hijos. Aunque llevan más de mil años de antigüedad las películas, que es lo que más utilizo y disfruto de estas antigüedades, son una hermosura: Muestran siempre a la humanidad que habitaba en lugares hermosos, cielos despejados sobre gran cantidad de aguas llamadas mares y ríos. Habitas verdes repletas de infinitas especies de árboles y animales, hermosas también son esas escenas en las que muestran lugares donde el clima era diferente, poniendo como ejemplo esos blancos suelos que se ponían así debido a la lluvia congelada que llamaban nieve. Las selvas, bosques, llanos, desiertos, países, ciudades y pueblos. Cada uno de estos espacios eran ricos en belleza, diferentes costumbres y culturas tenían los humanos que habitaban en ellos, pero cada uno tenía su hermosura, a su manera. Sin tan sólo pudiera ver un llamado atardecer como los que aparecen en esas escenas románticas de las películas, daría mi vida por aunque sea ver por media hora un atardecer, o el azulado cielo repleto de enormes nubes que eran hidrometeoros en masas visibles hechas de cristales de nieve o gotas de agua microscópicas suspendidas en la atmósfera. sería algo para mi por lo que valiera la pena dar la vida. Cuando veo eso en la pantalla no puedo evitar comparar mis almohadas de dormir con alguna nube, me gusta pensar que duermo sobre una gigantesca nube, que lindo sería si todos mis sueños fueran realidad. Pero la realidad es otra, y es dura. Tengo 16 años de vida y desde que tengo uso de razón e vivido encerrada en esta gigantesca nave, la cual es el hogar de los únicos seres humanos que quedamos en el universo. Tal vez te preguntarás ¿porque son los últimos? ¿ porque viven en una nave espacial en medio del espacio? Simple: Hace más de mil años la humanidad literalmente asesinó al planeta tierra, después de la tercera guerra mundial las enfermedades estaban matando al 50% de la población , el aire y el agua estaban contaminados, pero aún se podían tratar para de esa manera ser usados. Como si fuera poco el humano emprendió la cuarta guerra mundial. Cada nación tenía la absurda idea de ser la mejor del planeta, y veían ese tema más importante que el que en realidad importaba; combatir la ola de enfermedades y contaminación ambiental que estaba matando a lo que quedaba de humanidad.
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La cuarta guerra mundial fue tan letal que asesinó al 80% de la humanidad, y las especies animales y algunos humanos sufrieron horribles mutaciones que los convirtieron en bestias salvajes.
En la tierra era imposible respirar, comer, utilizar el agua, vivir. La contaminación que habían provocado las últimas dos guerra era indescriptible. Era evidente, la tierra debía ser desalojada, había Que salir de ella antes de que acabará con lo que quedaba de humanidad.
Fue entonces cuando crearon la NaveMadre y los pocos sobrevivientes nos mudamos aquí al espacio, donde aún andamos en busca de un planeta semejante al tesoro que nuestros antepasados destruyeron. Han pasado más de mil años, y aún seguimos aquí en la enorme nave sin encontrar indicios de algún otro planeta que pueda ser habitado, pero aunque nunca encontramos nada, no nos cansaremos de buscar aquella tierra prometida.
Mi padre es el más apto para encontrar aquella tierra si es que existe. Es el líder comandante de los señores comandantes, estos sujetos crearon una especie de alarma que indicará la existencia de un planeta semejante al nuestro que se encuentre cerca de nuestra posición. Pero por más de mil años hemos recorrido y recorrido el espacio y aún la maldita alarma no se activa. Soy del grupo de aquellos que creen que jamás encontraremos nada, este es nuestro destino, la humanidad morirá en la MadreNave.
Me levanto rápidamente al escuchar gritos y pasos de personas corriendo cerca de afuera de mi habitación. Me colocó el uniforme y abro la puerta para encontrarme con casi todos los habitantes de la nave corriendo de un lado a otro.
-¿Que diablos esta pasando Daniel? Pregunto a un amigo que está a unos pasos de mi posición.
-Margaret ¿no escuchastes? La alarma a se activó, la alarma se ha activado- dice Daniel.
Entonces se vuelve a encender, el sonido es tan fuerte que tengo que taparme los oídos mientras corro a la oficina de mi padre. Cuando entró todos los señores comandantes están de pie, hablan sin parar pero ninguno muestra cara de alegría, lo cual me resulta raro.
-Según esta estúpida máquina el planeta está justo ahí, frente a nosotros- dice mi padre con cara de confusión y frustración.
- Señor. Creo que el sistema de este planeta es distinto al de los demás, creo que como dice el rastreador sì está alli, sólo que de alguna forma es invisible para el ojo humano.
