Temible vampiro -Riren-

cap único

El castaño estaba confundido. ¿En donde mierda estoy? se preguntaba una y otra vez. Lo ultimo que recuerda es haber estado jugando con sus amigos a verdad o reto en el campamento.

Completamente indefenso, con sangre corriendo de su cabeza y la ropa rasgada comenzó a caminar lentamente sin rumbo alguno. Hurgaba como un topo en sus recuerdos. Se encontraba solo en el bosque y lo peor de todo es que estaba nublado, casi lloviendo ademas estaba algo mareado y con ganas de vomitar, podía percibir el olor a alcohol junto con sangre que su cuerpo desprendía.

El pobre moreno estuvo vagando en el bosque por dos noches.

Hoy es la tercera noche y ya tenia indicios de hipotermia, su piel estaba helada como un tempano, sus movimientos eran lentos y su mirada perdía aquella vida que los hacia únicos. Sentía un hambre voraz a tal punto de que podía comerse un animal vivo.

Decidió recostarse cerca de un árbol cuyo tronco era fornido y viejo, dio por echo que nadie lo sacaría de su miseria y que no le quedaba mas que morirse, cerro los ojos, pensó cosas bonitas y ya no estaba consciente de su entorno.

Por cosas destino, o mera suerte, un hombre de cabellos azabache, piel blonda y mirada fría pasaba por aquellas zonas. Con su gran olfato encontró el cuerpo del moreno a medio morir. De primera pensó en chuparle la sangre hasta matarlo pero algo en aquel miserable humano lo hizo cambiar de parecer...quizás por la manera en que estaba muriendo o por su encanto pero había echo un clic en el corazón del frió cazador quien con piedad lo tomo entre sus brazos y lo llevo hasta su guarida.

Lo cuido, lo alimento,le dio un techo en donde "quedarse hasta que este bien" y todas las comodidades que el vampiro podía darle al agradecido humano. Se hicieron grandes amigos, los mejores amigos, incluso llego a saber que su salvador era un vampiro que por cierto muy guapo. El amor del chupa sangre se hacia cada vez mas grande hacia el castaño y viceversa.

Un día el blondo le contó una verdad muy fea a su castaño, algo que seguramente rompería su amistad. El había matado a todos sus amigos mientras estaban borrachos y jugaban a verdad o reto, los mato uno por uno, succionando toda la sangre de sus intoxicados cuerpos y luego los tiraba a un lago que estaba cerca, fue suerte que el ojiesmeralda se hubiera escapado pero como estaba borracho se le dificultaba para correr y termino cayendo consciente por haberse estrellado contra un árbol. Incluso un rubio había sobrevivido pero el juguetón vampiro lo torturo hasta que su cuerpo exploto (literalmente, osea todos sus pedacitos salieron volando).

Eren con lagrimas en los ojos y con un fuerte rencor hacia su "amigo", huyo de la guarida sin rumbo alguno, solo quería alejarse del que era su amigo. Corrió y corrió volviendo a perderse pero eso no le importo ya que no quería morir disecado. Cuando se aseguro que estaba lo suficientemente lejos del depredador se apoyo en un árbol a recobrar el aliento.

De repente un gran cuerpo apareció delante de el. Abrió sus ojos mas de lo normal al ver que se trataba de un hombre lobo, y uno muy grande, este lo amenaza con su gran mandíbula y ojos rojos, se acercaba como un depredador cazando a su objetivo.

Sin saber que mas hacer el moreno salio corriendo echo un rayo, el quería seguir viviendo, no quería morir. Por un momento se arrepintió de haberse despegado del vampiro pero aquellos pensamientos fueron corrompidos por el peludo quien lo ataco por la espalda, clavando sus colmillos en el hombro izquierdo. Cayeron al suelo y Eren había soltado un grito desgarrador, aquella mordida dolía como los mil demonios y lo peor de todo es que no podía levantarse.

Cuando su vida estaba finalizada en el libro de la vida, su salvador apareció de nuevo. Estaba vez el vampiro tenia unos ojos totalmente blancos, solo llevaba unos pantalones de color negro ajustados, se paro delante del moreno impidiéndole el paso al enorme humanoide peludo y con seguridad mostró los dientes, filudos y ensangrentados caninos mostraba el pálido mientras que el hombre lobo mostraba la gran dentadura.