Contigo Siempre *KaiSoo*

XIX

Me sentía horrible, no dormí nada la noche anterior solo para estar con JongIn cuando despertara. Pero no lo hizo, como ya era costumbre.

2 semanas en coma ¿¡Por qué!? Se suponía que al recibir el órgano estaría recuperado en poco tiempo. No entiendo, ¿Por qué no despierta?

-Kyung... Cariño, debes dormir -La señora Kim estaba abrazandome mientras llorabamos los dos.

-Señora Kim... Yo amo a JongIn, no puedo dormir en un momento como este. Necesito ser la primera persona que vea al despertar. Por favor -Lloré en su hombro. La señora Kim me abrazó mas fuerte.

-Se que lo amas cariño, ustedes eran buenos amigos... -

-Lo somos -La corregí. Se que la ultima vez que vi a JongIn lo traté horrible, y me merezco lo que me está pasando.

-Tienes razon. Lo son -Corrigió y me abrazó en despedida, ya que en breve tendria que ir a trabajar.

-¿Por qué me haces esto?.. Mientras yo sufro por ti, tu duermes tranquilamente. Te odio -Tenía rabia. Estaba enojado no solo con él si no que también con esa supuesta novia que no se ha molestado en venir nunca.

Yo debería estar con ChanYeol, mi novio. Que mas tarde recibe un premio a mejor trabajador y posiblemente lo asciendan. Debería estar arreglandome y no estar con alguien que tanto daño me hizo.

-Te gusta haceme sufrir ¿Verdad?... Disfrutas que llore por ti todos los dias desde que estás en coma -Le hablaba a el cuerpi de JongIn. Cualquier persona que mw escuchara pensaría que enloquecí, pero muy poco me importa.

.....

-Vendras ¿Verdad? - ChanYeol estaba preocupado, lo se, lo conozco muy bien.

-Claro que iré Channie... Que clase de novio sería si no te acompaño -Fingía estar bien, me tragaba las lágrimas y alegaba el teléfono de vez en cuando.

-Gracias bebé... Te amo. Cuídate -ChanYeol siempre quería lo mejor para mi. Digamos que siempre fue mi amor platónico y nunca me prestó atención. Luego entró en la universidad y yo seguí con mi vida normalmente. Nunca me encapriché con él ni nada por el estilo.

-Yo igual te amo. Me pondre muy guapo para la fiesta -Y al igual que él solté una pequeña ricita antes de cortar y guardar el teléfono en mi cartera del pantalón.

Tal y como debo guardar mis sentimientos.