El ultimo año.

La noche anterior...

¡Nuevamente... siempre... siempre!

!¿Por qué no puedo dormir nunca la noche anterior a entrar al colegio?! Todos los años es lo mismo. La estúpida ansiedad no me deja pegar ojo, si quiero dar una buena impresión debo dormir ¡Las ojeras que se me verán!
El primer día es crucial para dar una buena impresión. Pues al final no sabes a quién terminarás viendo; si al fin se va a presentar un profesor de matemática que en secreto sea modelo, como aquella noticia que estuvo de moda hace un tiempo; o algún nuevo alumno guapo de intercambio.
Ahora recuerdo que son este tipo de pensamientos los que no me dejan dormir, aunque creo que puede ser aún otra la razón: Es mi último año.
Aún recuerdo la infinidad de veces que conté desde la escuela los años que me faltaban para acabar por fin lo de mi etapa estudiantil "más difícil" y empezar la vida de una universitaria fresca junto con una autonomía que me permitiera hacer lo que quisiera. Pero la verdad es que ahora mismo, cuando ya estoy tan cerca, temo lo que venga después.
En estos momentos no dejo de pensar que cuando acabe esto, los amigos que he tenido a lo largo de los años desaparecerán para tomar el rumbo de sus vidas hacia lugares diferentes, lo que también me recuerda el hecho de que las personas a mi alrededor ya comienzan con la típica pregunta de "¿Qué vas a estudiar?" O "¿De qué piensas trabajar?" Pero al formular estás preguntas eliminan cualquier tono juguetón que pudieron usar cuando eras un niño y querían saber que profesión deseabas seguir para tomarte el pelo luego; ya lo preguntan de verdad, y la seriedad que emplean te hace plantearte si estás listo o no para responder con la misma seriedad. Aunque todas estas dudas no harán que pierda mis ánimos de disfrutar al máximo este último año.