Al subir al bus lo primero que veo son los puestos de enfrente vacíos, lo que me tienta enormemente; pero desgraciadamente sé que me sentiré incomoda si ocupo los puestos reservados para personas con prioridad, y se de antemano que, apenas vea subir a una persona con algunas canas, me levantaré como un resorte para cederle el espacio y me quedaré de pie en el pasillo.
Alzó la vista y veo un asiento perfecto, ni tan adelante para incomodar, ni tan atrás para que me asalten, y con la ventanilla abierta; es el asiento ideal.
Ciertamente nunca me han asaltado, pero nunca es bueno tentar a la suerte y peor cuando todos los que conoces han pasado por eso.
El resto del trayecto al colegio continua tranquilo y llego a tiempo al primer día de mi último año.
Tan solo cruzar la puerta del colegio y veo al portero/conserje/cuidador del colegio, Don Genaro, un hombre de edad incierta pues con su baja estatura, piel oscura, gesto agrio y cuerpo regordete no se podría precisar bien su edad, y la cosa se complica más con el hecho de que usa gorra todo el día, así llueva o sea de noche (cosa que he comprobado desde que estudio en la jornada vespertina).
Ingreso sonriendo y deseándole las buenas tardes, sin esperar a que responda, puesto a que de todas las veces que lo he saludado, solo un par de veces tuvo el gentil gesto de contestar.
Ya dentro del colegio me siento libre de sonreír mientras veo a grupos de amigos reencontrarse y abrazarse como si hubieran vuelto de la guerra, a los típicos nuevos alumnos que merodean con sus padres en busca de información, a los que tienen cara de perdidos porque no encuentran a nadie conocido y a aquellos que las vacaciones les dieron cambios radicales.
Por ejemplo está aquel chico bronceado junto a una chica de cabello lila intenso que me miran sonriendo. ¿Me miran sonriendo?
Veo que se acercan rápidamente a mi, y todo pasa muy lento mientras intento devanarme los cesos recordando quienes son, y sobretodo sus nombres. ¿Los conozco?
Ya están frente a mi...
- ¡Julia!- Dicen al unísono.
- Heeeeey...¿Hola? Niña de pelo púrpura y chico bronceado.
- Jaja, si que graciosa- Dice con una sonrisa sarcástica la chica de pelo púrpura. Lo que reacomoda mis recuerdos automáticamente.
- ¡Geeemaa! No te he visto en todas las vacaciones y tú nuevo look no me dejó reconocerte rápido- Por no decir que soy muy lenta y una pésima amiga.
- Y...¿Carlos?¿Eres tú? Te dejaron abandonado en una isla desierta o qué.
- Que especial eres, admite que no nos habías reconocido a la primera. Solo nos vimos hace dos semanas que fuimos a ver películas a tu casa, lenta- Comenta sonriendo con sorna.
- Lo se, lo se. Pero es que están muy cambiados pues.
Definitivamente debo stalkear a todos mis amigos antes de entrar al colegio para saber cómo se ven y no pasar estas vergüenzas. Tristemente recuerdo que ya no habrá necesidad de hacerlo el próximo año.
- ¿Y las demás?- Pregunto para cambiar de tema y que no se note la sombra de mi rostro.
- No se, estábamos buscándolas y te hemos visto solo a tí.- Comenta Gema.
- Quizás llegan tarde - Añade Carlos- aunque Gema siempre llega tarde y está aquí. Cierto, ¿Qué haces aquí tan temprano?
- ¡Que te pasa! ¿Uno no puede cambiar los malos hábitos, tonto?
- Le doy hasta mañana- Le digo a Carlos.
- También lo pienso.
- Oigan, estoy aquí y los escucho. Na' mentira, tienen razón. Solo por hoy- Dice Gema riendo.De repente veo entrar a una chica alta y pálida con cabello castaño y rizado acompañada de una chica más baja, de tez tigreña y cabello oscuro y más rizado que la anterior.
¡Al fin personas que no han cambiado tanto y que identifico!
- ¡Aaaaana!¡Niicol! Aquí- Les hago señas mientras levanto un poco la voz para que nos encuentren entre la aglomeración de alumnos.
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El ultimo año.
RandomJulia está en su último año de Instituto y siente tristeza por todo lo que acabará. Pero eso no evitará que siga teniendo días muy entretenidos con sus amigos: Carlos, Gema, Ana y Nicol, que con sus ocurrencias querrán vivir al máximo su último año...