¿Olvidar o volverlo a intentar?

4 0 1
                                    

Y entonces, después de tanto tiempo tan solo chequeando un poco sus redes sociales... Ahí estaba de vuelta. Por segunda vez, en el mismo lugar en que la conocí. Bailando divertida moviendo sus caderas al ritmo de la música. Y qué bien lo hacía. Con una sonrisa en sus labios carnosos entre cerrados y sus ojos relajados y alegres observando los movimientos de sus amigas. Esta era la segunda vez que la veía así de despreocupada, bailando y divirtiéndose como si nada. Verla así me hacía preguntarme una vez más porqué la había dejado, se me retorcía el corazón nada más recordar sus preciosos ojos marrón café tristes y llorosos, depositando una lágrima en mis hombros, porque eso fue todo lo que lloró por mí, y a ver, no es que quisiera que llorara más y peor, pero esperaba un poco más de drama y pasión, porque soy peliculero, es lo que hay. Pero continuando lo que decía, me hacía sentir una pésima persona, un pésimo hombre pensar que yo había sido la causa de sus sonrisas, y luego de sus lágrimas... Que porqué la dejé si en realidad, quererla la quería? Pues porque me agobié, pensé que era lo mejor para ella, que se estaba pillando mucho de mí y yo aun no tenía claro ni qué quería hacer con mi vida. Tengo dieciocho años y toda una vida por delante, comenzaré la universidad en otra ciudad, conoceré a un montón de gente, tendré trabajo y responsabilidades... Y ella tan solo comenzará segundo de bachillerato, y necesitará concentración y pocas distracciones. Ella era la persona correcta en el momento equivocado... No sabía si estaba tomando la decisión correcta, pero lo que si sabía es que lo hacía pensando en ella, porque no quería que sufriera, y no quería sufrir yo por verla poco y encima verla cansada y sin ganas. Sé lo que es segundo de bachillerato, y sé por lo que me han dicho, que el primer año de carrera es el más duro. Básicamente... No nos encontrábamos en los mejores momentos de nuestras vidas, puede que incluso nos encontráramos en el momento más decisivo de éstas. Pero la quería y la querré siempre, y una sonrisa se formulará automáticamente en mi cara nada más pensar en ella, porque es una chica increíble, una mujercita rebelde, diferente, divertida, alocada, soñadora, gruñona, testaruda, apasionada, cariñosa... Y mil adjetivos más que podrían ayudarte a imaginar como es ella, pero nunca serían suficientes ni para hacerte una idea de lo especial que ella es. ¿Cómo una chica en una noche puede hacerte sentir cosas que nunca antes habías sentido? ¿Cómo una persona tan pequeña podía besarte tan apasionadamente sin apenas conocerte? La chispa que surgió entre nosotros la primera vez que nos besamos como desconocidos, juro que fue alucinante, tan jodidamente alucinante que me llevaría a no querer despedirme de ella y a susurrarle al oído que jamás olvidaría esa noche. Y jamás lo haré, queda asegurado. Recuerdo verla bailando en la barra con una sonrisa, recuerdo como todos la miraban baboseando, recuerdo cómo la miraba yo seguramente pensando lo mismo que todos los otros babosos, solo que yo con un poco más de romanticismo y cariño. En ve de pensar lo que esos primitivos, "Yo le daba hasta que se quedara afónica", pensé "Le hacía el amor bajo la luz de la luna en la orilla del mar". Pues si, pensad lo que queráis pero queda mucho mejor así, y si, soy un cursi. En fin, que cuando dejé de mirarla atendiendo a algún comentario de los borrachos de mis amigos, noté de reojo como su mirada se había posado en mí, y posando también mi mirada en ella, me sonrió con picardía y comenzó a bailar marcando más los pasos acercándose hacia mí poco a poco, sin dejar de sonreír y mirarme provocadora ni un solo momento. Recuerdo pensar, esta es mi noche, una pelirroja cañón se ha fijado en mí y viene con la intención de hacer algo más que migas, todos la están mirando, pero ella solo me mira a mi... Esta es mi noche. Y lo fue. Empezamos a bailar cada vez más cerca, más juntos, refregándonos, ella no paraba de sonreír y me mirarme divertidamente, como si algo le hiciera gracia de mí. Le pregunté como se llamaba, y de dónde era, a lo que ella finalmente respondió y por su tono de voz pude afirmar que se había tomado un par de copas de más. Pero no pasaba nada porque puede que fuera un pervertido, pero no pensaba pasarme de la ralla con ella ni proponerle nada que por su estado llegara a aceptar y una vez sobria se arrepintiera. Así que me limité a bailar con ella y disfrutar de las vistas y del roce, porque dejando de lado mi caballerosidad y finura al hablar... Qué tremendo culo. Sinceramente, hubiera deseado que esa noche no acabara nunca, o que hubiésemos salido fuera a hablar, aunque probablemente me hubiera mandado a la mierda imaginándose lo peor, o hubiera perdido la magia y la esencia de esa noche. La misteriosa chica pelirroja.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 18, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pequeñas Historias De Un Libro Que Nunca EscribiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora