- Esque eres igual que tus amigos- dije.
- No soy igual que ellos, no me parezco en nada-dijo él con tono burlesco. Posé mi mano en el hueco que habia entre su asiento del avion y el mío y dije:
- Eres igual que ellos.
- Una pena que pienses eso- me contestó él mientras me cogía la mano con fuerza, sin intencion de soltarla.