-Primer día de escuela, nuevo año y vas tarde Anis-Mi madre gritaba desde el otro lado de la puerta-.
Me levante, sintiendo un dolor insoportable de cabeza. Realmente no quería ir a la escuela. Menos el primer día de clases en una nueva escuela.
Me dirigí a mi armario arrastrando los pies, abrí las dos puertas y estas se abrieron de par en par, asiendo un ruido estruendoso. Puesto que había golpeado las paredes.
Tarde varios minutos en ver que atuendo era el indicado para portar el primer día de clases. Con nuevas chicas, nuevos chicos, etcétera. Tenía que ir formal.
Tomé una sudadera negra nike, unos jeans negros ajustados, mis vans negros y un gorro negro.En estos últimos meses de invierno, el frío era insoportable. Y teníamos que ser prevenidos y abrigarnos bien.
Mi madre siempre que salía me recordaba "¿Llevas suéter?" y ahora que lo pienso, se lo agradezco.Baje a la segunda planta y miré el reloj que estaba justo arriba de la puerta de entrada. 6:38 a.m. Llegaría a tiempo.
Tomé una manzana para irla comiendo en el trascurso. Esta lista para irme, pero no sin antes de despedirme de mi querida madre Anna.
Mi padre en cambio... Ya estaba en su trabajo. Nunca tenía tiempo para nosotras. Así que por el momento sólo eramos, mi madre y yo.Salí como un rayo de mi casa, que por poco me tropiezo.
Mis nervios comenzaban a apoderarse de mi, al momento que ingresaba a la escuela. Era tan enorme.
Cada vez que daba un paso se me hacia eterno el camino a la puerta principal por la cual entraban y salían alumnos.Al momento que ingresaba a las aulas, una chica rubia de ojos azules, alta y con buen cuerpo me miró de pieza a cabeza y comenzó a reírse junto con su grupo de amigas. ¿Pero que se estaba creyendo? Malditas zorras engreídas.
-Cariño-Una de ellas me llamó, haciendo que me girará completa. Sus ojos azules me miraban inquieta-. ¿Estas perdida?
Me quede congelada.
-¿Acaso te comió la lengua el ratón?-Preguntó una de ellas-.
-N-no-Tartamudee-.
-¿No que?-La rubia se acercó más a mi y me tomó de mi suéter-.
-Dejame-Me solté de su agarre-. Ya te dije que no estoy pérdida.
-Bueno...-Sonrió dejando ver su dentadura perfecta-. Sólo queríamos que fuerzas parte de nuestro grupo-Tomo una de mis trenzas e hizo una sonrisa maliciosa-.
-Yo-Tartamudee. Pero antes de decir otra palabra, sentí una mano en mi muñeca-.
-Dejenla en paz-Una chica de ojos verde esmeralda las miraba a todas con furia-.¿Que no tienen dignidad? Dejen de molestar, no son las únicas bonitas aquí.
-Bueno, ¿Y tu que sabes?-Ataco la rubia de ojos azules-. No tienes novio y mucho menos sabes lo que es ser bonita. Te mueres por ser como nosotros.
-Antes prefiero estar muerta-Contraatacó la chica que estaba a mi lado-.
Me tomo de la mano y me dirigió a otro pasillo, voltee hacia atrás y la rubia nos miraba con furia, al igual que las otras.
Realmente eran unas zorras, no se porque se comportaron así conmigo si ni siquiera las había visto en mi vida.Aquella chica que me defendió de la rubia y de su demás grupo.
Era alta, más o menos como de mi estatura, tenia un gran cabello negro hasta la cintura, unos grandes ojos verde esmeralda, su piel era pálida, casi parecía vampiro y era muy delgada.-¿Que te hizo Hanna y las demás zorras?-Me miraba de arriba abajo, preocupada-. ¿Te han hecho daño?
-No, no para nada-Frunci el ceño, mas de lo normal-. Sólo querían desearme un buen día-.
-No confíes en ellas-Me miró con sus ojos profundos-. Son de lo peor, se aprovechan de los débiles. Sólo por ser bonitas. Pero eso no les da el derecho de ser así. No vuelvas a hablarles.
-De acuerdo-Hice una mueca-. Gracias por decirme.
-Soy Amy Stuart-Me extendió su mano-.
-Anis Crawford-Apreté su mano amablemente-.