(Él)
Y luego te vi,
tan cerca y alcanzable caminabas contra el viento.
Y luego admire tu figura,
que sigo sin entender como promete tal aventura.
Caminabas con gracia, de manera pausada
como queriendo que el mundo entero
no te quite la mirada.
Y luego me vi,
tan distante y distraído,
con esas ganas de salir corriendo
para poder sellar nuestro encuentro,
con esas ganas de tomar tu mano
para sentir ese calor que emana de tu cuerpo,
con esas ganas de leer tus pensamientos,
para confesarte todos mis sentimientos.