LUNA
-Nos vemos luego, recuerda pasar mañana temprano por mí, no quiero llegar tarde al trabajo. Además es de noche, no es que me agrade mucho la idea.- Con una sonrisa y un abrazo despido a mi mejor amiga Manuela. La situación es la siguiente. No tengo auto, acabo de encontrar un trabajo nocturno que me permitirá pagar pronto la universidad, pero es lejos de casa.
-Me lo has dicho como mil veces, ya tranquila, he dicho que sí, nos vemos mañana.-
Mi nombre es Luna, tengo 19 años y he pasado por mucho, sin embargo eso no me ha impedido ser feliz y disfrutar mi vida. No soy la típica joven que sale de rumba o toma, más bien soy una chica de libros y música relajante (instrumental). Mi deseo siempre ha sido poder estudiar, pero mis padres no tienen los recursos económicos para brindarme esa oportunidad, por lo que ocupo mi tiempo en dos trabajos medio tiempo, uno nocturno que acabo de encontrar por la Web, y uno los fines de semana. Mi amiga me ayuda a hacerlo, o mejor dicho me transporta, y al parecer es feliz haciéndolo.
-Llegué a casa- Le doy un beso en la cabeza a mi padre que se encuentra viendo la televisión, acostado en el sofá. Me da una sonrisa, y me dirijo a donde mi madre en la cocina, le ayudo con la loza, le doy un beso en la mejilla y subo a mi habitación.
(Conversación con Manuela vía WhatsApp)
-¡Hola!-
-Olix-
-Sabes que odio que escribas así ¿ya llegaste a tu casa?-
-Ufff, que cansona, lo siento, escribiré bien. Y sí ya estoy aquí en mi habitación-
-Mucho mejor. ¿Tienes sueño?-
-No, aún no ¿Tú?-
-Tampoco, es increíble, estoy tan cansada que no puedo dormir-
-Me preocupa que te sobre esfuerces tanto, no es sano-
-Lo sé, pero no tengo otra opción, otros 6 meses así y podré estudiar-
-No sé que le ves a la psicología-
-Yo tampoco, pero la idea es averiguarlo-
-Genial, te tengo que dejar, ya mi madre subió a darme el sermón de la noche. Te mando un beso, nos vemos mañana-
-Ja,ja,ja,ja Dale. Procura descansar. Te quiero-
(Fin de la conversación)
Tengo un mal presentimiento, es como una sombra que se cierne sobre mí y no me deja cerrar los ojos. Al final lo logro, pero no descanso, las pesadillas me están atormentando.
-Buenos días dormilona-
-Buenos días papá- No he levantado la cabeza de mi almohada, sé que debo verme horrible.
-Hay desayuno- Me levanto inmediatamente, con mi papá muerto de la risa, mientras me sigue a la mesa.
-¿No te vas a cepillar siquiera?- Mi mamá me mira con desaprobación, pero tengo tanta hambre que no pienso en eso justo ahora. Devoro todo lo que me han servido y me organizo para iniciar mi día.
(Conversación con Manuela vía WhatsApp)
-¡Llegué! ¿Por qué no estás abajo?-
-Lo siento, ya voy-
-Apresúrate, es tarde-
-Lo sé, lo sé, no me acoses-
(Fin de la conversación)
Salgo corriendo como loca de la casa, lanzando besos a mis padres de paso y deseándoles lindo día, para encontrarme a una Manuela sonriente y feliz. Le devuelvo la sonrisa y me subo a su auto
-Casi que no sales-
-Exagerada- Pongo los ojos en blanco, mientras sonrío.
El camino a la peluquería donde trabajo medio tiempo se hizo corto. Reímos, charlamos y al final nos despedimos con un beso en la mejilla. No soy lesbiana, y Manuela no es mi pareja. Soy heterosexual, sólo que tengo problemas para relacionarme con el sexo opuesto desde que mi tío paterno abusó de mí cuando tenía 15 años. Prefiero olvidar ese episodio. él se encuentra ahora mismo en la cárcel y espero no volver a verlo en lo que me resta de vida.
-Hola chicas, llegó por quién lloraban- Todas se ríen y me saludan
El día fue relativamente suave, tanto en la peluquería como en la biblioteca, lugar donde trabajo el otro medio tiempo. Ahora es turno de llegar al Bar Café donde trabajaré en las horas de la noche.
(Conversación con Manuela Vía WhatsApp)
-¡Me vas a matar!-
-No me lo digas, por favor-
-¿Y si tomas un taxi? Yo te lo pago luego, lo prometo-
-No tengo dinero, no importa caminaré, no está tan lejos después de todo-
-Cuidado, me avisas cuando llegues, Te quiero, y una vez más lo siento-
-Te avisaré, te quiero-
-Pero que sí me avises, veamos qué chico guapo encontró mamá hoy-
-Te avisaré, suerte-
Algunos días al mes, Manuela no puede recogerme porque su mamá le prepara citas para conocer a el que podría ser su futuro marido, descabellado en este siglo, pero así es.
Hace frío y la brisa que corre no mejora mi estado de ánimo. Tengo la piel de gallina y sólo me faltan una cuadras para llegar al Bar Café, todo está oscuro y solitario lo que no aligera mi temor.
-Hermosa, cada día más hermosa- Me pongo rígida, conozco esa voz, tengo miedo a girar mi cuerpo, pero lo hago.
-¿Qué haces aquí?- Leonardo, mi tío me mira de arriba a abajo con una sonrisa maquiavélica, parece un depredador a punto de atacar. Tengo mucho miedo.
-Libertad condicional, lo sabrías si me hubieras visitado- Está enojado y esa es una mala señal. Trato de aligerar las cosas, dando tiempo a que alguien aparezca.
-Me violaste ¿qué esperabas?-
-No te violé, fue un acto de amor, que tú muy bien correspondiste- Gritó y me estremecí
-Eso no fue así, no me dejaste reaccionar, me atacaste y me lastimaste. Nunca te di alas para hacer algo tan horrible-
-Te equivocas, me sonreías, te veía cuando te bañabas, te vigilaba, te vigilo-
-Estás demente- Trate de correr, pero en el fondo sabía que no tenía escapatoria, me atraparía y no pude evitar llorar. Lo hizo, me lanzó al suelo y me tapó la boca para que no siquiera emitiendo gritos de desesperación
-Ahora querida Luna, tú me compensarás por haberme enviado a la cárcel. La pasarás mal- Sonrío y lloré aún con más fuerza.
Me golpeó, se satisfizo conmigo y me volvió a golpear, me insultaba, no paraba de golpearme, hasta que no sentí nada, mi cuerpo se puso frío y se hacía cada vez más difícil respirar, los párpados cada vez pesaban más, y mientras me sumía en la inconsciencia, un susurro atravesó mi alma y corazón y los volvió añicos "No vales anda" Cierto, no valgo nada, y ahora moriré.
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En Multimedia Luna.
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El vacío... Ya está lleno
RomanceLuna era una joven extrovertida que fácilmente alegraba la vida de las personas que la rodeaban, sin embargo, un día sin que nadie lo notara, supiera o sospechara, desaparece sin dejar rastro alguno. Joel, un estudiante universitario en sus primeros...