LUNA
-¿Y quién soy yo?- No sé por qué no recuerdo nada. ¿Dónde estoy? ¿Cómo me llamo? ¿Por qué no recuerdo a estas personas? Todos se miraron desconcertados y el miedo me invadió. Me levanté rápidamente de la cama y un mareo me hizo sentarme rápidamente. No me di cuenta que Catalina, la mujer que encontré cuando desperté se apartó y le dio su lugar a Joel, el que me salvó la vida, o al menos eso dijo Francisco, pero ¿De qué me salvó? ¿Por qué mi vida corría peligro?
-Tranquila, no te alteres- Solté una risa nerviosa
-¿Que no me "altere"? Primero, no sé quiénes son ustedes, Segundo y mucho más importante que lo primero no sé quién soy, de dónde vengo- No puedo evitar llorar, estoy en blanco y me siento completamente asustada, y recurriendo a mi última esperanza pregunto- ¿Tú sabes quién soy yo?- Su rostro inmediatamente se convirtió en una mueca de dolor ¡Oh Dios! Me estoy ahogando, todo se está volviendo borroso y tengo ganas de vomitar, a lo lejos escucho a Joel pidiendo ayuda y posteriormente me encuentro en un hospital, rodeada de más personas desconocidas, tengo pánico- ¡Joel! ¿Dónde está Joel? Quiero ver a Joel- Imploro desesperada. Una enfermera sale y minutos después aparece con un Joel a sus espaldas luciendo muy preocupado.
-Tengo miedo Joel-
-Estoy aquí contigo, no permitiré que nadie te lastime-
-¿Te quedarás?-
-¿Quieres que me quede?- Asiento y me sonríe. No entiendo nada, pero su presencia me llena de tranquilidad. Y me dejo llevar por los sedantes.
"No vales nada"
-¿Mamá?-
-Aquí estoy hija, te he estado esperando ¿por qué no regresas aún?-
-Yo no sé, dónde vivo-
-Lo sabes, mi niña, claro que lo sabes-
-Tengo miedo mamá, quiero recordar todo pero no sé qué-
-Todo es un sueño mi hermosa Luna, despierta y vuelve a casa. Te espero con los brazos abiertos y trae al chico que te salvó la vida.
Despierto sobresaltada, qué sueño más extraño... Esperen... ¿el hospital? ¿Qué hago aquí?.. Tengo mucho dolor de cabeza. ¡Oh Dios! Leonardo
-¡Ayuda por favor auxilio!- Lloro fuertemente, y unas manos fuertes pero suaves me sostienen y me miran con incomprensión. Que ojos tan hermosos, que labios tan perfectos.
-Shhhh, todo está bien. Estoy aquí- Esa voz, la conozco, e inmediatamente me tranquilizo. Asiento mientras entran dos personas más a la habitación en la que me encuentro. Catalina y Francisco. Recuerdo todo, les sonrío agradecida y ellos se ven desconcertados. Hago algo que jamás imaginé que haría, pido un gran favor.
-Joel-
-¿Sí?-
-¿Podrías abrazarme? Tengo que decirles algo a todos- Joel mira a Francisco y éste se encoge de hombros, después mira a Catalina y ella le asiente no muy segura. Finalmente se sube a mi lado de la cama, mientras los chicos toman asiento en el sofá que está al frente, me envuelve en sus brazos, es cálido, su aroma me seduce y respiro profundo.
-Gracias, por salvarme la vida- Les digo a todos- Mi nombre es Luna, tengo 19 años- Todos me miran perplejos y sé que se están preguntando cómo lo sé. Me acerco más a Joel y él me sostiene un poco más fuerte animándome a continuar.- He tenido un sueño, lo recordé todo ¿En qué hospital me encuentro?-
-En el central, me alegra que hayas recordado Luna, en serio me hace muy feliz que lo hayas hecho, espero que los doctores te den alta pronto, tus padres deben estar preocupados- Catalina se ha levantado y me ha dado un beso en la coronilla de mi cabeza. Tiene los ojos húmedos y raramente eso me llena de satisfacción, sin conocerme ella decidió quererme, y después de sólo tener a Manuela y a mis padres, eso me hace muy feliz. Tengo que contarles, merecen saberlo, aunque mi vida quede reducida a nada, tienen que saberlo, me duele saber que una vez sepan que no soy nada ya no querrán saber nada de mí, pero al fin y al cabo no valgo absolutamente nada.
Narro todo, como iba de camino hacia mi último trabajo cuando mi tío me atacó, también tuve que contarles parte de mi pasado. Joel estaba demasiado tenso, y Francisco salió corriendo de la habitación a buscar a la policía para interponer una demanda, y Catalina, ella sólo estaba ahí sentada, pálida y con grandes lágrimas rodando por sus mejillas. Me separo de Joel, aunque él no quería soltarme, como si tuviera miedo a que mientras no estuviera en sus brazos me volvieran a atacar, sin embargo me levanto y abrazo a Catalina, lloramos juntas y pude tranquilizarme un poco.
Media hora después, ninguno de los tres quería dejarme sola
-Voy a estar bien- Les dije como por quinta vez, ellos asintieron pero no se movieron- Quiero que vayan al menos a cambiarse de ropa, huelen horrible- Me reí, y ellos finalmente sonrieron
Francisco y Catalina fueron los primeros en cambiarse, cuando volvieron fue Joel, lo tuvieron que obligar pero al final accedió.
Mientras él estaba fuera, llegaron a recibir mi demanda y me hicieron exámenes que corroboraron mi historia, como Joel no me bañó sino que sólo me limpió, aún había rastros de semen en mi zona púbica, además de los golpes y la contusión en mi cabeza. Catalina maldecía, mientras Francisco trataba de calmarla. Finalmente me dieron de alta y esperamos a Joel fuera del hospital.
Cuando llegó lo hizo agitado y apenas me vio salió del coche y me abrazó, eso me sorprendió, y él sólo susurró -Lamento no haber estado contigo- Le sonreí
-Te debo la vida ¿recuerdas?- No se convenció y pedí que me llevaran a casa.
En todo el camino Joel me sostuvo cerca, rozando suavemente mi brazo mientras yo lloraba, entre más cerca de mi casa estaba, más fuerte lloraba, necesitaba con urgencia ver a mis padres.
Apenas estacionaron en mi casa, la puerta se abrió rápidamente y mi padre, con los ojos rojos e hinchados y húmedos aún, me miró sorprendido por un momento y finalmente corrió a abrazarme, me lastimó, pero aún así no me importó, estaba en casa. Me cargó como un bebé y me entró seguido por los chicos.
En la casa estaba una Manuela sosteniendo a mi madre, mientras ésta estaba desplomada en el piso llorando demasiado fuerte, y al frente un policía con cara entristecida. Levantaron la mirada e inmediatamente mi madre corrió hacia nosotros y mi padre nos abrazó a ambas, casi quedo sin respiración.
-¡Oh mi niña!, Mi luna, mi hermosa Luna- Mamá no dejaba de llorar y yo sólo estaba en Shock, Sabía que estaban preocupados pero esto era otro nivel. El señor policía recibió una llamada e interrumpió el momento, se disculpó y salió. Manuela caminó hacia mí, me miró fijamente y sonrió.
-Diablos nena, te hacía muerta, ya comida por gusanos- lo dijo en broma, pero todos se tensaron ¿así que eso pasaba? ¿Me hacían muerta?
-Hay Luna para rato querida nena, no te librarás tan fácil de mí-Todos finalmente rieron y se percataron de la presencia de Joel, Francisco y Catalina. La primera en decir algo fue Manuela
-Que chicos tan sexys Luna, ¿de dónde los sacaste?- Joel parecía incómodo, Catalina se acercó más a Francisco para marcar territorio y él le sonrío mientras la abrazaba por la cintura. Llegó el momento
-Ellos son los que me salvaron la vida, Joel, Francisco y Catalina- Todos se sorprendieron y después los miraron agradecidos.
-Oh luna, malditamente te gusta ese tal Joel- Manuela brincaba emocionada y yo me sonrojé, sólo pude sacudir la cabeza resignada y musitar un "estoy cansada". Sentí la mirada de Joel siguiendo cada uno de mis movimientos, y me sentí nerviosa, muy nerviosa.
Manuela y Catalina subieron a la habitación conmigo. Francisco acompañó a mi mamá a preparar bocadillos y en la sala quedaron Papá y Joel hablando, al parecer se llevarían bien. La pesadilla ha terminado. Estoy a salvo
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En multimedia Manuela
Mil y mil gracias por seguir acompañándome. Sus votos y comentarios son necesarios para animarme a continuar escribiendo.
Les envío un beso y un abrazo. Por favor diganme lo que opinan sobre lo que va de la historia. :)
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El vacío... Ya está lleno
RomanceLuna era una joven extrovertida que fácilmente alegraba la vida de las personas que la rodeaban, sin embargo, un día sin que nadie lo notara, supiera o sospechara, desaparece sin dejar rastro alguno. Joel, un estudiante universitario en sus primeros...