La Pesadilla

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Era un día común y corriente en mi vida, Austin me dijo que hoy no podría irme con él a la escuela, por lo cual tuve que sacar mi motocicleta que rara vez la usaba, era la primera vez que la llevaría a la escuela, arranque a casi toda velocidad, llegué a tiempo, aunque nadie podía evitar verme raro, más bien nadie sabía quién era por el casco, cuando me quite el casco todos me miraron peor, genial ahora resulta que soy un fenómeno por venir en motocicleta a la escuela.

-Alex ¿Tu motocicleta es nueva?

-Amanda, mi motocicleta la tengo desde segundo año de secundaria, solo que no la uso mucho

El resto día fue normal, además de que le di el aventón a Amanda a su casa, llegue a casa antes de que empezará a llover, Austin aun no llegaba, al poco rato llamaron mamá y papá, diciendo que no llegarían a dormir por una junta directiva

Suspiré resignada, calente la comida que mamá nos dejo, antes de servir la comida llego Austin

-Alex ¿Dónde están papá y mamá?

-Hoy no vendrán a casa tienen mucho trabajo

Austin hizo un oh sordo, nos sentamos a comer en silencio, todo transcurrió normal hasta que llego la hora de dormir, aun no paraba de llover, había truenos y relámpagos me fui a dormir y deje a mi hermano dormido en el sofá, estando en mi cama, no tarde mucho en quedarme dormida

-Pequeña, ven acá- me decía la voz de un hombre, yo no me moví, entonces el hombre me empezó a golpear con rabia, estaba apunto de morir a manos de ese hombre

Desperté gritando, me encontré con la cara de Austin, me abrace a él y comencé a llorar

Austin

Me desperté al sentir que no estaba en mi cama, subí las escaleras para irme a mi habitación pero antes de eso, fui a la habitación de Alex, ella estaba teniendo una pesadilla, si bien ella a veces tenía pesadillas no eran tan frecuentes como cuando era niña que siempre tenía que quedarme con ella, sabía que tenía que despertarla, me senté en la cama y cuando iba a despertarla, ella despertó gritando, sus hermosos ojos estaban cristalizados, ella me abrazó y empezó a llorar

-Tranquila, ya paso, tengo que irme- dije acariciando su cabello, ella no era tan frágil pero el verla así me rompía el alma

-Quédate conmigo

-Alex, tengo que irme

-Por favor- dijo mirándome con sus ojos cristalizados, ella estaba al borde de tener un ataque de pánico

-Esta bien, hazme un espacio

Alex se hizo hacia la pared y yo me quedé acostado con ella, ella puso su cabeza en mi pecho, sin proponermelo mis latidos se aceleraron de golpe, comencé a contar lentamente para calmarme

-¿Ahora qué fue tu pesadilla?

-Trevor me golpeaba y yo no hacia nada para quitarmelo de encima

-Nadie te va a hacer daño Alex, ahora estas conmigo

-Eso quiero creer, tengo miedo de que alguien me lastime

-Yo no te haría daño y lo sabes- le bese la cabeza y ella suspiro levemente

-Gracias Austin- ella poco a poco se relajo y cuando menos me di cuenta me quedé dormido con Alex

Estoy en un cuarto muy raro, miro a todos lados y veo gente riéndose de mi, por el color de mis ojos

-Ojos feos

-Niño raro

Poco a poco esas palabras se conviertieron en un bestia gigante, que me aplastaba

Desperté sudado, me encontré con la mirada bicolor de Alex, estaba preocupada por mí

-Austin

La abrace por impulso y ella me correspondió, esto era un complot contra mi todo esto, no vuelvo un maratón de Tokyo Ghoul.

Alex

Palabra para definir mi noche, inesperado, tener una jodida pesadilla con Trevor, luego llorar, terminar durmiendo con Austin y ser ahora la que anime a mi hermano y después de una pesadilla

-Alex, Austin ya llegamos

Nos pusimos nerviosos papá y mamá habian llegado

-¿Qué hacemos?

-Lo que normalmente hacemos por las mañanas de fin de semana

Salimos de mi habitación con sigilo para evitar regaños, fingimos que no había pasado nada, nos sentamos en el comedor para desayunar con nuestros padres

-¿Qué les fue ayer?

-Bien- dijimos al unísono

-¿Paso algo importante?

Austin se estaba atragantado con un pequeño pedacito de tostada, mientras que yo escupí el zumo de naranja, debíamos de mantener eso en secreto.

No dijimos nada sobre lo ocurrido esa noche por lo que papá y mamá desconocen lo que paso, maldita sea la pesadilla que me persigue aunque debo admitir que no fue tan malo después de todo.

AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora