El Accidente

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Hoy era la primera vez que saldría a animar al equipo de fútbol americano, Austin fue porque se lo pedí, ya que no quería regresar con las chicas a festejar, en el medio tiempo me di cuenta de algo que hizo que se me erizara la piel, desde hace cuanto tiempo Austin me miraba de esa manera tan tierna, esto no era normal en él.

En el viaje de regreso a casa, no cruzamos palabras para nada, hasta llegar a un semáforo

-Estas hermosa Alex

-Gr-gracias- esto ya se me estaba haciendo una mala costumbre, tartamudear cada que me hacia un comentario hacia mi persona, ¿Me estoy enamorando de Austin? No, a quien se le ocurre enamorarse de la persona con la que ha crecido durante casi trece años, no me había percatado de cuando llegamos hasta que Austin me lo dijo

-Alex, llegamos a casa

-Eh, si

-Algo te esta pasando porque tu no actúas de esa manera

-No es nada, supongo que son cosas de chicas

-Ah, ya comprendo- mi hermano se fue a su habitación dejándome sola en la sala de la casa, tire mis pompones en el suelo, me acosté en el sofá más grande y me dedique a pensar que diablos me pasaba.

Austin siempre me ha defendido de casi todo en la escuela, me trata como se debe de tratar a una mujer casi siempre, me enseño la mayoría de las cosas que se hoy en día, la primera vez que me abrazo me sentí segura, él me ha visto en mis peores momentos pero desde hace dos meses, me doy cuenta de que me estoy comportando como una idiota frente a él, la primera vez que me beso fue algo que no me esperaba y podría decir que me gusto. Realmente quiero a Austin más que como un hermano. Debo de estar loca pero no puedo nada hacer por eso.

Después de darme cuenta de que quiero a Austin más que mi hermano, comencé a cambiar un poco, ya no puedo seguir mintiéndole a Austin, estaba completamente distraída, no sabía a donde iba en la escuela hasta que Amanda me habló.

-Alex, se supone que vamos a el laboratorio con el profesor Flecher

-Lo sé

-Ibas caminando hacia el teatro

-Lo siento es que ando perdida

-Bueno como sea

-Así que ya sales con Tod

-Si, llevamos tres semanas saliendo

Cuando entramos al laboratorio, aun no entraba el profesor Flecher, me senté con Amanda, Tod, Dilan, Austin y Summer, entro el profesor Flecher con su típica rutina mata oídos, nos pidió que hicieramos unas mezclas pero varias eran calientes, con mucho cuidado estábamos elaborandolas pero a Summer le temblaban las manos sin parar, sus manos parecían maracas, no paso más de un segundo cuando me tiro encima la mezcla, en segundos tuve un flash sobre las quemaduras de cigarro y tabaco, grite muy fuerte y luego me desmayé

Austin

Haciendo un uso rápido de mi instinto le quite la bata a Alex para que no se quemara

-Lo siento no era mi intención

-Stone, lleve a su compañera a la enfermería

No dije nada y me lleve a Alex cargando hasta la enfermería, me sentía impotente al no poder hacer nada para ella dejara atrás su dolor sobre esas estúpidas quemaduras, verla así tan indefensa me daban ganas de llorar, sentía la lengua atada como si me la tuvieran agarrada

-¿Qué te trae por aquí Austin?- no podía ni hablar, así que puse a Alex sobre la camilla y la señale, la enfermera reviso a Alex, su semblante era mucho más serio del que tenía antes cuando me saludo, mire a Alex ella seguía inconsciente, estaba apunto de llorar ya que su semblante me dio entender que no tenía muy buenas noticias

-Lo siento Austin pero tu hermana tiene quemaduras algo graves en las manos, es posible que dejen marca, por ahora será mejor que te quedes aquí con ella, ya que puede despertar asustada, cuando despierte vayan al hospital para que le traten las quemaduras

-Gracias por tratar de ayudarla

Me quede con Alex, durante unas dos horas, cuando ella despertó estaba asustada, luego vio sus manos, se puso a llorar

-Tranquila- dije con dificultad, me rompía mucho el alma verla así

-Tengo miedo Austin

-Vamos tenemos que ir al hospital

Le pedí a Tod su auto ya que él mío seguía descompuesto, en el camino ella tenía sus ojos sin brillo alguno, igual a como la vi la primera vez, su semblante era triste y lleno de miedo, nunca terminaré de entender su miedo a las quemaduras pero se que es igual a mi miedo a perderla totalmente, al llegar la sala de emergencias estaba vacía por lo cual ella fue atendida rápidamente, sus pequeñas manos fueron vendadas dejándolas con la movilidad necesaria, ella oculto su dolor aunque muy en el fondo sabía que estaba conteniéndose para no llorar

-Muy bien muchacha, tuviste suerte de que esa cosa no te cayó en la cara, tus quemaduras sanaran rápidamente, no te dejaran marca lo cual es muy bueno- la enfermera se sorprendió de no recibir respuesta de Alex

-Gracias por ayudarla- dije para Alex reaccionara, mi pelinegra no hizo nada, acaso estaba en shock, tome la mano derecha de Alex y ella la alejo, vi el miedo reflejado en sus ojos, puse en cuclillas para mirarla mejor, la tome por el mentón para que ella me mirara

-Tranquila Alex, yo no te haré daño, recuerda que te lo prometí

-Lo siento es solo que tengo miedo

-Tranquila ya paso- Alex me abrazo de imprevisto y me dejo con los ojos abiertos, apretó sus manos contra mi camiseta y lloro levemente, acaricie su cabello para que se calmara, el mirarla ahora me recuerda a la niña que era antes, tarde unos minutos en hacerla volver a la realidad, después de eso fui a ver a la enfermera para agradecerle

-Gracias en verdad por ayudarla

-No hay de que joven, esa es la misión de una enfermera, además veo que aprecias mucho a tu novia- me sonroje ante la idea de la enfermera

-Ella no es mi novia, es mi hermana adoptiva

-Bueno, sigue siendo bueno con ella

Asentí y me lleve a Alex, en el camino no tuvimos de que hablar, al llegar a la escuela, vi que el esmalte negro de sus uñas también se había caído al menos un poco

Alex

No podía creer que Summer hubiera revivido mis primeros años de vida en unos segundos, cuando entre al salón de Quintín, Tod se me acerco para preguntarme algo

-¿Estas bien Alex?

-Eso creo, no moriré por algo así- mentí porque varias veces estuve a punto de morir por el dolor de las quemaduras

Al termino de las clases, espere Austin unos minutos y nos fuimos a casa, esto era tonto tener un flash doloroso por un maldito accidente, aunque llegue a casa a encerrarme y me puse a llorar sin control alguno, Austin entro y me vio en esas condiciones

-Ya no llores, tranquila mi niña, todo estará bien de ahora en adelante, yo te cuidare siempre que tu necesites

-Gracias Austin- abrace a Austin me quede dormida entre sus brazos.

AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora