3. Cita... ¿laboral?

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— ¿Podrías tranquilizarte?— preguntó Hyeri desde el pequeño sofá del cuarto privado de la oficina del psicólogo, quien caminaba de un extremo a otro en la pequeña habitación.

— No. No puedo tranquilizarme, Hyeri. Maldita sea, ¿en qué estaba pensando?— preguntó eso último a sí mismo.

— Bueno, niño, ¿qué hay de malo en que vayas a su casa? Es solo parte de la terapia.

Mentira, no existía tal terapia.

— Ese es el problema— se detuvo para mirar a la muchacha. — Lo inventé, no existe la "terapia inversa", fue algo que vino a mi cabeza, solo... no quería que se fuera.— explicó dejándose caer en el sillón individual.

— Joder... Eres un cabrón— comentó la chica soltando una risa.— Ay, pues, mira, tiene sentido, acabas de inventar una nueva terapia, eres un puto genio, ahora  solo reza porque funcione porque sino, adiós reputación, respeto y, lo que más te dolería, adiós Chanyeon Perks— soltó aún riéndose.

— No olvides que si yo no tengo trabajo tú tampoco. Y su nombre es Chanyeol, "Yeol", Park, no... ¿Perks? Qué demonios.— contraatacó y la chica se calló encogiéndose de hombros.— Pero... Lo haré, voy a hacer la terapia inversa.— decretó sonriendo con autosuficiencia.

— Haz que funcione, y no te sientas tan mal, solo vas a su casa, ya lo has hecho así antes.— animó levantándose para verse al gran espejo en la pared.

— Cierto... No es como que esté llevándolo a mi casa, jamás haría eso. Eso sí que sería poco profesional y ético.— comentó y la chica asintió a cada cosa para después darle otras palabras de ánimo que fueron interrumpidas por el sonido del celular del chico.

— Es él, joder, ¿qué hago? Mierda, ¿¡qué hago!?

— ¡Contesta, tonto!— ordenó la chica y el joven la miró como si hubiese propuesto asaltar a una ancianita, por lo que la joven le arrebató el celular, contestó y se lo devolvió, haciéndolo entrar en pánico, el cual se esfumó en automático al responder.

— ¿Bueno? Chanyeol, ¿qué sucede? Oh, sí ya casi... Oh... Oh, bueno, yo... P-pero... Oh, oh.. Sí. ¿Un problema? Claro que no... Si, por supuesto, yo te la mando... Ahí te veo. Adiós, Chanyeol...— colgó y retomó el pánico.— Debo irme.— informó apresurándose a tomar su maletín.

—¿Qué? Creí que se verían hasta más tarde

— Resulta que cambiamos la cita... a...— ya iba saliendo de la oficina.—... ¡mi casa!— y huyó de las seguras burlas de su amiga.


— Hola...— saludó el pelinegro dando un paso hacia atrás para dejar pasar al castaño.

— Gracias. Lamento haber tenido que cambiar la hora y el lugar, Baekhyun, surgió un imprevisto y mi casa se ocupó con unos gorilas descerebraos.— se disculpó soltando una risa mientras se adentraba al, no tan grande apartamento del mayor, quien solo sonreía asintiendo.

— No te preocupes, por favor. ¿Gorilas?— preguntó alzando una ceja, caminando hacia la sala, sin dejar de ver al menor.

— Unos sujetos del trabajo, siempre van ahí, como Jung es la jefa, los cita ahí.— explicó tomando asiento en el sillón más amplio.

— Oh, ya veo. ¿Así que Jung es tu jefa también?— preguntó intentando que su asombro no fuese tan evidente, Chanyeol asintió.

— ¿Quieres tomar algo?

— Jugo de naranja está bien.— pidió, y el pelinegro alzó ambas cejas.—¿Qué? ¿Esperabas que pidiera vino o algo así?— preguntó divertido con la reacción del mayor.

— No, no, es solo que sí tengo jugo de naranja... es mi favorito.— explicó sonriendo aún sorprendido, levantándose para dirigirse a la cocina.

— ¿De verdad? Baekhyun, ¿nos conocemos de alguna otra parte?— preguntó sonriendo ampliamente, a lo que el mayor dio unos pasos hacia enfrente sonriendo también, teniendo su ceño ligeramente fruncido.

—¿Dónde estudiabas?— preguntó sobando su barbilla.

—¡Lo sabía!— señaló el más alto mientras asentía emocionado.

—¿Universidad Hangsul?— insistió el más bajo.

—¡Si si! ¡Sabía que te conocía de algún lado!— reafirmó el alto y Baekhyun no pudo evitar seguir sonriendo.


Era la tercera vez que la molesta consciencia del psicólogo le avisaba que no había comenzado con la supuesta terapia para el menor, pero también era la tercera vez en que mandaba a su consciencia al carajo, pues, no supo en qué momento, Chanyeol y él habían comenzado a hablar sobre lo delicioso que era comer pizza acompañada por macarrones con queso, y eso era demasiado agradable. Ambos estaban tan risueños, uno de cada lado de la pequeña barra de dividía la cocina del comedor, tomando jugo de naranja, pero sus risas fueron aminorando porque escucharon un celular sonar a lo lejos, era el de Baekhyun, que se había quedado en la sala, así que fue a por él y regresó a la cocina.

— Hye, ¿qué pasó?— preguntó alegremente, pero su sonrisa se borró al escuchar lo que la chica al otro lado de la línea le informaba, resultó ser que Baekhyun había plantado a dos de sus pacientes.— Imposible... La cita del hombre del refrigerador es hasta las siete de la tarde... ¿Qué? Claro que... Mierda. B-bueno... Gracias por avisar, nos vemos.— y colgó, el menor le veía curioso, pero Baekhyun le veía con ademán de querer reír.

— No me mires así, tampoco creí que ya habían pasado cuatro horas desde que llegué.— se alzó de hombros inocentonamente y el psicólogo soltó una risa.

— Les llamaré para disculparme después, por tu culpa he plantado a dos de mis pacientes más... peculiares. Creo que lo mejor será que demos esta cita por concluida...— habló un tanto avergonzado al recordar que en realidad no había hecho nada respecto a la terapia.

— ¿Porqué no mejor vas a buscar tu abrigo y salimos a una verdadera cita?—  preguntó tranquilamente el menor sonriéndole con simpatía al mayor, quien abrió sus ojos como platos, a lo que el alto soltó una risa.— Tienes razón, es muy pronto. Mejor mañana a las ocho, así descansas por hoy, y no desatiendes a tus peculiares pacientes por la tarde.— habló acercándose hasta el mayor, bajando así su mirada hacia el mismo, esperando alguna respuesta proveniente del bajito que parecía estar petrificado.— Oh, vamos... Muero por escuchar acerca del hombre del refrigerador...— comentó para aligerar el ambiente, y funcionó, el pelinegro soltó una risa con un toque de timidez.

— ¿Me estás invitando a salir en una cita en serio?— preguntó divertido, alzando su vista al mayor, quien asintió con la cabeza, tranquilo.

— Así es, una cita verdadera, no una laboral.— advirtió llevando su diestra hasta el mentón del más bajo.

—¿Cita laboral?...— preguntó alzando una ceja.

— Sí, así tipo la de hoy.— se burló, pues hasta él mismo se había dado cuenta de que Baekhyun no había hablado nada referente a el asunto con su esposa o algo por el estilo, lo cual no le molestaba en lo absoluto,

— ¿Sabes que eso estaría demasiado mal, no?— preguntó llevando inconscientemente sus manos a posarse a los hombros del alto.

— Entonces, solo si quieres y para que no te sientas mal, podemos decir que es una "cita laboral".— animó, llevando su otra mano al otro costado del rostro del mayor, quien no había borrado su sonrisa en ningún momento.

— Entonces, a las ocho... — reafirmó mientras su vista viajaba por el rostro ajeno; por su nariz, sus ojos, sus labios, el menor lo notó y sonrió ladinamente.

— Hey... ya quieres besarme y aún no tenemos nuestra primera cita.— molestó al más bajo, quien solo le dio un golpecito en el pecho mientras reía.

— Oh, ¡ya largo!— dijo en broma empujándole también hacia la puerta, el menor se dejaba "empujar" y una vez estuvieron al marco de la puerta, tomó al bajito de nuevo por el mentón y se acercó tan rápido que Baekhyun sintió que ya le besaba, y si lo hizo, pero en la mejilla, y fue el acto más dulce que el mayor había recibido jamás.

— Nos vemos mañana...— habló embelesado con el menor, quien asintió y sin más, se retiró, dejando a un pequeño con las rodillas temblándole y el corazón latiéndole con ferocidad.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2016 ⏰

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Terapia Inversa (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora