Parte 1.

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Narra Corey.

Mikeila y yo somos mejores amigos desde hace ya 14 años. Cuando nos conocimos ella tenía 5 y yo 6 años. Estábamos en primer grado de la escuela primaria llamada, "Elementary School". Lo mio fue amor a primera vista, pero ella siempre me quiso como su mejor amigo.

Mikeila era hermosa en todos los aspectos. Tenia ojos color celestes que brillaban como el mismísimo sol, una sonrisa resplandeciente acompañada de unos preciosos hoyuelos y su pelo era color negro. Físicamente era gorda, pero a mi eso era lo que menos me importaba. De hecho, mis padres me enseñaron a amar a una persona sin importar el físico, sino que te haga reír, una persona que te haga sentir vivo.

Yo siempre fui, según todos, el típico chico rubio de ojos celestes. Pero siempre le fui fiel a mis sentimientos respecto a Mikeila. Nunca me gusto eso de estar con varias chicas a la vez, detestaba ese tipo de chicos.

A Mikeila los chicos de la primaria la cargaban por ser gorda, cosa que yo detestaba, por eso siempre estaba defendiéndola, aunque eso provocaba que los chicos la carguen más, diciendo que yo "Era su noviecito".

Cuando estábamos en sexto de la primaria, Mikeila comenzó a sufrir anorexia y bulimia, paso por millones de internaciones. 

Mikeila llego a pesar hasta 20 kilos.

Actualmente ella tiene 18 años. Su aspecto físico es muy delgado y se tiño el pelo re castaño, casi rubio. 

Los dos estamos cursando en la misma Universidad y Mikeila comenzó a ignorarme debido a que se la pasa teniendo novios o aventuras con chicos. Por lo que decidí alejarme.

Ya hace una semana que le deje de hablar, pero al parecer, ella aún no lo nota.

Se olvido de todo lo que vivimos juntos. Aquellos recreos llenos de felicidad, risas, chistes, enojos, reconciliaciones, etc. Solo eramos nosotros dos. Cuando íbamos a mi casa o a la suya y nos quedábamos mirando películas de terror hasta madrugar y quedarnos dormidos. Cuando íbamos a la laguna y nadábamos incontables horas, que momentos.

Se olvido que cuando nadie estaba por que ella era gorda o por la simple razón de ser ella misma, yo estaba ahí. Yo la aceptaba sin importar nada. Yo la defendía, la cuidaba y respetaba. 

Y hasta el día de hoy, espero que no sea tarde para que se de cuenta que cuando cambio su apariencia física y personal de la peor manera, lastimando su cuerpo, ahí la vieron. La miraron cuando era alguien que no es. Pero yo la vi a ella. Yo conocí a quien es verdaderamente Mikeila.

Y aunque me duela que halla reemplazado tantos años de amistad solo por chicos, tengo que aceptarlo, esta Mikeila no me merece. 

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Un mes después.

Viernes.

13:08 pm

Salí de casa y me subí a mi moto camino a la Universidad. 

Ya había pasado un mes y una semana de que no veía a Mikeila, ese era un tema que me entristecía demasiado.

Pensando y pensando ya me encontraba a una cuadra de la Universidad y estaba llegando diez minutos tarde, debido al transito.

Frene en una esquina, en la que se encontraba un árbol enorme que llamo mi atención y la vi. Otra vez con un chico, besándose de una manera asquerosa, dios.

Llegue a la escuela e inmediatamente me saque el casco de protección, que era verdaderamente incomodo y fui a dejar mi moto. En ese momento escuche esa voz que tanto amaba y me hacía falta que gritaba mi nombre, era Mikeila. 

Pero decidí ignórala.

Ahora era yo quien ya no quería nada mas con ella. 

No era un capricho. Estaba enojado y Mikeila durante todo este tiempo todavía no me había conocido enojado, debido a que era un chico muy pacifico. Pero si me enojaba, me enojaba.

-¡Corey, espera por favor, espera!-Mikeila gritaba, mientras reía-¡Corey no estoy jugando, espérame, me duelen los pies!

















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