Parte 1: Sonne y su guardián.

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Me convertí en el teniente mas joven que el Jex podía haber visto jamás. Con sólo 17 años podía mover mis cuchillas con tanta facilidad que parecía natural, pero eso no es importante ahora, lo que interesa es que cuente mi vida acá, en mi nueva bitácora.
Vivo en el Jex, es un lugar espiritual ubicado entre la tierra y las estrellas, además, es el lugar encargado de mantener el equilibrio entre los espíritus que habitan en la tierra, como sabrán, durante años se ha hablado de criaturas de la mitología griega y egipcia, como los minotauros o los hombres escorpiones y en realidad todos ellos tienen razón, esas criaturas eran animales poseídos por espíritus que eran exiliados de su comunidad espiritual, estos son llamados los Askeir, y que para sobrevivir en la tierra debían poseer un cuerpo animal, porque no tienen permitido poseer uno humano, y para mantener la paz entre esas criaturas y los humanos, el Jex tuvo que intervenir.
Cada cierto tiempo un miembro del Jex era enviado a la tierra para seguir con esa paz, estos miembros en Grecia eran conocidos como los "héroes" que los protegían de las criaturas que los atacaban.
En resumen, durante muchos años el Jex ha protegido a los humanos de los espíritus malignos, pero también han protegido a los espíritus buenos, como a los encargados de que las personas se conozcan y enamoren, o de que los bebés aprendan a reír, entre otras cosas. Estos espíritus son conocidos como "Fieles" y se han ganado ese nombre por la lealtad y el amor que tienen con los humanos y la capacidad que tienen para crear felicidad, los humanos no pueden ver como son los Fieles, pero pueden ver las formas que adoptan, como por ejemplo: las flores que a veces se ven volando por los aires, algunas abejas, luciérnagas o incluso, toman forma de melodías musicales. Desde el comienzo su trabajo ha sido el más duro, incluso más difícil que el de los miembros del Jex, pero con el paso de los años su trabajo de ha hecho más difícil porque los Fieles se han extinguido, debido a que el amor se ha perdido entre los humanos, y cada vez que un nuevo Fiel nace, nosotros los de Jex debemos protegerlo con nuestra vida, para que el ciclo continúe.
Cuando un nuevo Fiel nace, los espíritus malignos se dan cuenta, porque el nacimiento crea una alteración en la tierra. Y ellos al querer formar el caos en la tierra, empiezan a cazarlos; cuando veían un Fiel en forma de abeja, poseían una avispa; o un Fiel en una flor, poseían un perro, con el único fin de eliminar a los Fieles, pero con el paso de los años, los Askeir dejaron de poseer animales y transformarlos y empezaron a tomar el cuerpo de humanos muertos, y con ellos dentro, hacer que el cuerpo luzca vivo, mientras que a algunos Fieles se les permitio crear cuerpos humanos y vivir en dentro de ellos, para que puedan vivir más tiempo y estar fuera del peligro.
Como les decía, yo soy el teniente más joven del Jex pero existen más tenientes, en total somos seis y cada uno corresponde a un escuadrón. Yo soy el teniente del 3er escuadrón y mi capitán, Struste, es el mejor de todos y lo respeto mucho, pero hace poco recibimos un llamado para una reunión que se efectuará esta tarde, y el capitán está preocupado porque solo nos llaman a reunión cuando es algo de vida o muerte.
Había llegado la hora de la reunión informativa y todos fuimos a el salón central, que era donde la reunión se llevaría a cabo. Al llegar me senté junto a mi capitán en una mesa gigante con siete puntas, donde se encontraban los seis capitanes en cada punta con sus respectivos tenientes a su lado y en la séptima punta estaba el jefe supremo, el que comandaba a todos los otros escuadrones.
La reunión empezó normal, nos comentaron la situación actual de los Askeir, que no habían presentado problema alguno en este tiempo y el estado de los Fieles, que estaban cumpliendo con su trabajo perfectamente. Mientras hablaban todos mi Capitán me dijo susurrando:
-¿¡Para esta reunión tan estúpida nos han llamado, haciendo que nos preocupemos!?.
-No se preocupe Capitán, de seguro nos dirán algo importante al final. Respondí con seguridad.
-Espero que estés en lo cier...
No alcanzó a terminar cuando el Jefe Supremo levantó la voz diciendo:
-Esta es la situación actual de todos los espíritus, pero lo que nos convoca hoy es algo más importante aún. Un Fiel está siendo acosado por los Askeir.
La capitana del 4to escuadrón gritó a gran voz:
-¿Y eso qué? No podemos estar preocupados sólo de un Fiel, nosotros debemos estar a cuidado de un grupo grande de Fieles.
Y empezaron los susurros en la sala.
El Jefe alzó su mano con autoridad y todos en la sala callaron, luego cuando hubo un silencio total, explicó:
-la Capitana tiene razón en todo aspecto, pero esta es una situación diferente. El Fiel en cuestión es la menor de las hijas del Fiel Mayor, y ella es la única que posee la habilidad de controlar la mente de las personas. Y puede crear paz o bien, traer la guerra al mundo si es usada por los Askeir.
Abundó el silencio en la sala y nadie dijo nada hasta que mi Capitán poniendose en pie alzó la voz:
-Entonces ¿qué propone, Jefe?
El jefe, que ya era un poco viejo, llevó sus manos hasta su mentón y empezó a acariciar su larga barba como si fuese su mascota, hasta que por fin alzó la vista y miró a mi Capitán y dijo:
-A mi parecer, la única solución es que ella tenga una especie de "guardián" porque no podemos llevar a todo un escuadrón a la tierra para que la cuide, porque crearía un alboroto aquí en Jex y en la tierra, porque se crearía un desequilibrio espiritual muy grande.
Todos en la sala ponían cara de aprobación ante la idea de un guardián para la Fiel, y el jefe al ver esto siguió:
-Quiero que los capitanes de los seis escuadrones levanten la mano si están de acuerdo con la idea de un guardian.
Todos alzaron la mano menos uno, el capitán del 6to escuadrón quién con el ceño fruncido replicó:
-A mi parecer es una pésima idea, dejar solo a uno de nosotros para ser el guardian de esta Fiel es un poco arriesgado, ¿qué pasará si falla?.
El jefe se puso de pie y dijo:
-Siempre existe el riesgo de que falle, en eso estamos de acuerdo, pero no estamos hablando nuevos reclutas sin experiencia, sino de capitanes y tenientes.
El capitán del sexto escuadrón asintió con recelo y levantó la mano, en señal de que estaba de acuerdo con la idea de un guardián. Finalmente el Jefe Supremo dijo:
-Bien, entonces hay que elegir al guardian que estará a cargo de esta misión tan importante.
Todos dentro del salón se miraban unos a otros comentando quién sería el "elegido", hasta que la Capitana del 4to escuadrón dijo:
-Los capitanes no podríamos ir a la tierra, debido a que tenemos todo un escuadrón por detrás, sin embargo, los tenientes estarían más aptos para esta misión.
-Concuerdo con usted capitana -dijo mi Capitán- pero entonces, ¿quién de estos seis tenientes irá allá?.
Los tenientes se miraban entre ellos y yo me ponía cada vez más nervioso, sinceramente no quería que me asignaran esta misión, hace muy poco que era teniente y que asignen una misión tan compleja, que no se cuando terminará o si saldré vivo de ella me aterraba.
Los Capitanes empezaron a proponer a sus tenientes, diciendo las experiencias y cualidades de sus asistentes, pero el único que no decía nada era mi Capitán. Me embargó un sentimiento de tristeza, porque pensaba que no confiaba en mis capacidades pero también dentro de esa tristeza había cierto alivio que me calmó.
El Jefe Supremo puso orden y empezó a escuchar a capitanes y mirando tenientes, pero yo sentí que él no despegaba su mirada de mí en ningún momento, alzó su mano, al ver su brazo todos callaron. El viejo iba a hablar.
-He escuchado a todos los Capitanes que proponen tenientes para esta misión, menos al Capitán del 3er escuadrón, ¿Qué pasa, Struste?.
Mi Capitán con toda calma, replicó:
-Simplemente esperaba a que todos terminaran de exponer a sus tenientes, para así por fin nombrar al mío; Mi Teniente es el más joven de todos los tenientes, no tiene mucha experiencia pero sin embargo, reemplaza esa carencia con una lealtad absoluta y con una obediencia increíble, no hay nada a lo que mi teniente le tenga miedo -que bueno que no sabía que estaba muerto de miedo- es por eso le tengo tanta fe, estima, confianza y por eso lo postulo para esta misión y me hago responsable de cualquier posible error que éste pueda tener, aunque no creo que cometa ninguno.
Las palabras de mi Capitán me dieron mucho ánimo y en un abrir y cerrar de ojos anhelaba esta misión con todo mi corazón.
-Muy bien -dijo el Jefe- tomé una decisión y más vale que la acaten de una buena forma, el guardian de esta fiel será -En ese instante, mis manos sudaban y mi corazón latía con una velocidad incalculable- ¡El teniente del 3er escuadrón!
No sé describir lo que sentí cuando escuché eso, una sensación de felicidad mezclada con angustia me abrazó, como si tuvieses sed y encuentras tu bebida favorita, pero al momento de probarla estaba caducada y te desesperas por sacar ese horrible sabor de tu boca. Mi Capitán me miró con una sonrisa de confianza y yo traté de responderle de la misma forma, pero sinceramente no sé en realidad qué cara puse.
Los capitanes de los otros escuadrones de acercaron a felicitarme, como si yo hubiese sido el que terminó una guerra de años y que nadie podía terminar, pero los otros tenientes me miraban con desagrado y envidia, excepto la teniente del cuarto escuadrón quien se acercó a darme un abrazo por la misión.
-Los detalles de la misión te serán dados durante el transcurso de esta tarde, teniente -dijo el Jefe- doy por terminada esta reunión, retírense.
Todos nos fuimos de la Sala en orden de escuadrón, al salir me dirigí a la Casa de mi escuadrón a entrenar. Al llegar a el lugar de entrenamiento estaban todos los nuevos reclutas y algunos de mis amigos esperando para felicitarme por el gran logro, lo agradecí con la mejor cara posible y les pedí que se retiraran porque quería entrenar, ellos se reiteraron con mucho gusto y por fin quedé solo.
La habilidad de batalla de los del Jex varía mucho y cada uno tiene un arma espiritual diferente, pero la mayoría de las armas es de corto alcance, como espadas o navajas. Estas armas las traemos con nosotros en todo momento pero no en forma física, sino que debemos "llamarlas" con nuestra mente, así se muestran en forma física en nuestras manos y podemos luchar. Yo poseo dos cuchillas que puedo usar sin hacer esfuerzo, es como si ellas hicieran el trabajo solas y me guiaran en la pelea, gracias a estas dos cuchillas espirituales gané el título de Teniente del tercer escuadrón, tuve que pasar muchas cosas para llegar donde estoy y me aterra el saber que puedo perder todo solo por una misión.
Después de tres horas de entrenamiento solitario me dirigía a mi casa, pero en el camino me encontré con el Capitán quien me debía entregar la carta con toda la información acerca de la misión, al darmela me dijo:
-Espero todo de ti, puse en riesgo mi Capitanía por ti, y sé que lo harás bien y con excelencia.
Yo no sabía que decir, pero sólo me atreví a mover la cabeza como un niño tímido que habla con un extraño por primera vez. El Capitán me dio un apretón de manos y se marchó, en ese apretón sentí todo lo que mi Capitán pensaba de mí, un buen y leal guerrero que haría cualquier cosa por el Jex. Después de esto seguí camino a mi casa y por fin me encontré en mi habitación, con mi cama lista para descansar, pero antes de eso debía leer la carta con los datos de la misión.
En la carta salía el nombre y una foto de la Fiel que debería cuidar, Sonne es su nombre y tiene 17 años al igual que yo, tiene cara de princesa, obviamente es la hija del Fiel Mayor, tenía una sonrisa muy linda y en sus pómulos tenía algo que nunca había visto, para mí son estrellas, sin embargo, creo que le dicen pecas en la tierra, le quedaban muy bien. Su cabello era color castaño claro y tenía dos ojos muy grandes de color verde con algo de azul. La carta además tenía información que debía mostrar en la tierra, como una tarjeta de identidad en la que estaba mi nombre humano, Himmel era el nombre, también tenía sugerencias de lo que debería decir frente a preguntas comunes que hacen los humanos como: ¿de dónde eres? ¿qué color te gusta? Entre otras preguntas.
Los Fieles que están en cuerpos humanos deben actuar como si fuesen humanos ordinarios, por lo que deben ir al colegio así que también tengo que ir y protegerla ahí, me dieron la información de transferencia y me consiguieron unos padres falsos (que son dos Fieles que estan muy viejos, pero están en cuerpos jóvenes). Lo último que contenía la carta era un escrito en el que decía las reglas más importantes en una misión:
"1-No expongas tus habilidades a los humanos.
2-No hagas relación alguna con nadie.
3-Hasta que el Fiel al que cuidas no se encuentre en un caso de vida o muerte, no debes contarle que eres su guardian (esta regla es la más estúpida a mí parecer).
4-Si sientes que es necesario la regla 1 se puede romper siempre y cuando haya humanos en peligro, en otra circunstancia no; la regla 2 se puede romper si de verdad puedes con ello y la regla 3 puede ser rota si es que el Fiel que se está cuidando sabe de la existencia del guardian.
¡Mucha suerte en tu misión, guardian!"
Finalmente sale la hora en la que emprendo viaje a la tierra, a las 10 AM, no sé si pueda usar todas mis habilidades porque he escuchado que la gravedad es distinta allá, y tampoco sé si podré usar mis cuchillas espirituales, lo único que sé es que no decepcionaré a mi Capitán.
Después de leer todo y aprender todo acerca de mí (es raro decir eso) me fui a dormir, esperando que el otro día nunca llegara.
Desperté cuando faltaban 10 minutos para las 8 AM, me duché, me vestí, comí algo y por fin estaba listo para ir al Portal. Tomé todas mis tarjetas y la carta, solo por si se me olvidaba alguna regla o incluso mi nombre y caminé al Portal con toda calma. En el camino me iba encontrando con amigos y camaradas quienes me deseaban éxito y buena suerte, finalmente llegué al Portal donde se encontraba mi Capitán, quien me despedirá. Faltaban dos minutos para las 10 AM, mis manos sudaban, mis piernas temblaban y mi mandíbula estaba agitada. El Capitán me miraba con cara de paciencia y de armonía, no sabía como se podía estar tan tranquilo en un momento así. Hasta que llegó el momento donde debía entrar al portal para ir a la tierra, me armé de valor y me lancé solamente, no pensé en nada. Lo último que recuerdo era ver al Capitán con una sonrisa bastante grande y con su mano haciendo gestos de despedida, dentro del portal no recuerdo mucho, sólo escuché un zumbido y luego sentí como si mis piernas fueran a desprenderse o mis ojos a explotar, pero nada más.
Aparecí en medio de una calle, en la noche (fue raro, porque en Jex era de día) y vi un chico que iba en un artefacto que tenía dos círculos delgados que rodaban.
-¡Cuidado idiota!.
Fue lo único que escuché de ese chico antes de verlo caer porque antes de que me impactara salté haciendo una voltereta en una acto reflejo. Al verlo en el suelo lo primero que hice fue ir a ayudarlo, pero cuando estaba por tocarlo hizo un gesto de desagrado, se levantó, tomó su invento rodante y se marchó lejos gritándole a alguien cosas como: "Eres un estúpido, imbécil" entre otras cosas que no recuerdo.
Estaba en la tierra, y no sabía dónde estaba leí la carta y vi la dirección de mi casa y empecé a buscar letreros de señalización, pero cuando por fin lo encontré sentí que alguien me tocaba la espalda.
-Tú debes ser Himmel, ¡oh un gusto querido!
-Buenas noches, es un placer conocerte.
Dijeron dos voces que no conocía, me giré para ver quiénes eran y antes de preguntar algo gritaron:
-¡Somos tus falsoPadres! Dijeron al mismo tiempo tomándose de las manos con cara de felicidad.
-Yo soy Seluzte y él es mi esposo Tezma.
La verdad parecían matrimonio, hacían muy bien ese papel. Seluzte tenía cara de madre compasiva, la que tiene mucho amor y siempre te comprenderá. Unos ojos marrones y cabello ondulado que llegaba hasta su hombro, tenía alrededor de 36 años, mientras que Tezma se veía como de 40, le quedaba poco pelo pero se mantenía en forma, tenía ojos celestes y un bigote muy bien cuidado.
-¿Hola? -dije con mucha extrañeza -así que ustedes son mis FalsoPadres, un gusto.
-Ay querido -dijo Seluzte - ven, vamos a la casa, te daremos de comer y te mostraré tu habitación, mañana iremos al colegio a inscribirte y... ¡Oh no, eso no podrá ser!
Tezma la miró con cuestionando esa frase y ella dijo:
-¡Necesitas ropa! ¡ropa nueva! ¡debes ir bien vestido para encajar!.
Tezma con una sonrisa le tomó de la mano y dijo:
-Sí cariño, mañana irás tú a la tienda con el chico y yo iré a inscribirlo al colegio.
Ella aplaudió con emoción, mientras yo miraba al cielo donde estaban las estrellas, mi hogar.
Llegamos a la casa (que no estaba muy lejos de donde estábamos) y me dejaron escoger la habitación, tomé la más cercana al baño del segundo piso y aunque la casa era grande era bastante acogedora. Me instalé y bajé a comer, estaba Tezma cocinando algo que no sabía que era, pero olía muy bien, me senté esperando la comida y por primera vez en 8 años cenaría junto a alguien.
Después de comer eso que hizo Tezma, que creo que se llamaban panqueques (la única comida de la tierra que he probado hasta ahora pero es mi favorita, amo los panqueques) me fui a mi habitación a descansar, aunque hace unas pocas horas había despertado según el tiempo del Jex que todavía me guiaba, estaba muy cansado por el viaje en el Portal, por lo que dormir me venía de maravilla.
Desperté bastante más relajado de lo usual y fui al baño a ducharme, estaba desnudo cuando Seluzte irrumpió diciéndome:
-Ya casi nos va... uy, lo siento mucho.
Y cerró la puerta de un golpe.
No sabía como sentirme después de eso, si avegonzado o enojado, pero lo dejé pasar.
Me alisté para ir "de compras " con Seluzte, algo de eso me aterraba, no sé si era comprar ropa o ir con Seluzte.
Nos despedimos de Tezma, quien fue al colegio con mis papeles para ingresar de forma correcta a la institución. Y fui con Seluzte a comprame ropa, habían muchas cosas en ese lugar, era como el Salón central del Jex, solo que repleto de tiendas. Entramos en una y al parecer Seluzte y Tezma tienen bastante dinero, por lo que pude elegir lo que yo quería o bueno, casi. Cada vez que escogía algo Seluzte lo deshechaba con desagrado y terminó escogiendo la ropa por mí, lo único que pude elegir y comprar fue una chaqueta negra que tenía solamente dos bolsillos a los lados y un pantalón de color negro. Mientras Seluzte pagaba me decía que tenía un pésimo gusto para la ropa y para la moda, pero yo solo pensaba era en cómo se supone que pelearé contra los Askeir vistiendo así.
Salimos de la tienda poco después de comprarme ropa interior que fue una tortura, Seluzte escogía todo y al final dejé que comprara todo lo que ella quería.
Al llegar a la casa estaba Tezma ahí esperandonos muy feliz, según lo que entendí mis clases empezaban al día siguiente, en el mismo salón que Sonne.
Pasé el resto del día en mi cuarto leyendo las indicaciones de mi misión y memorizando nuevamente las respuestas a preguntas humanas hasta que finalmente llegó la noche y dormí.
Al otro día despierto con la cara sonriente de Seluzte justo en frentre mío:
-¡Despierta! Es tu primer día de clases y no querrás llegar tarde, entras a las 10 AM y son las 8 AM, rápido!.
La miré con asombro y preguntándome cuánto tiempo habrá estado mirándome mientras dormía, pero no le di importancia. Me dirigí a la ducha, giré el seguro de la puerta para evitar otro incidente y me bañé. Luego me vestí con una polera que me compró Seluzte y la chaqueta con el pantalón que me dejó escoger. Luego bajé corriendo y desayuné los ricos panqueques de Tezma (descubrí que les puedo poner lo que quiera encima a los panqueques) y finalmente me fui al colegio. Estaba algo nervioso por cómo sería Sonne, o si habían muchas amenazas cerca de ella, lo bueno es que tengo un detector de Askeir implantado en mí, por lo que no me será difícil saber quién es una amenaza y quién no.
Llegué al colegio cuando faltaban 15 minutos para que sean las 10 y entré a mi salón. Lo que enseñaran ahí no me importaba en realidad, ya que los de Jex estamos tan avanzados que sabemos todo lo que se enseña en la escuela, por lo que no me debería resultar difícil. Al entrar habían cuatro chicos y tres chicas, que me quedaron mirando. Sentí en ese instante la presencia de un Askeir que irónicamente fue el primero que se me acercó y saludó. Lo saludé de forma normal para no levantar sospechas, tenía mucho olor a perfume (seguramente para esconder el olor a podrido de un muerto).
Me invitó a sentarme junto con todos ellos, y todos me recibieron de buena forma, empezamos a conversar entre todos y de a poco las preguntas que salían en la carta empezaron a surgir, lo bueno es que me aprendí al pie de la letra cada palabra que debía decir frente a cada pregunta.
Habían pasado 10 minutos de interrogatorio cuando sentí su presencia, era el Fiel, Sonne. Se me acercó con una sonrisa y dio un abrazo como si me conociera de toda la vida. En ese momento sentí que ella sabía quién era yo realmente, pero cuando iba a preguntarle escuché al chico Askeir decir:
-Así que recibiste el legendario abrazo de bienvenida de Sonne, ella es Sonne. Mientras pasaba su brazo por su espalda para abrazarla.
-¡Hola!, soy Sonne, un gusto. -me dijo con la misma sonrisa que había en la carta- parece que ya conociste a Illian.
-Eh, sí, pero aún no sabía su nombre, porque él nunca me lo dijo.
Sonne lo miraba con cara de disgusto.
-¿Qué? Él nunca preguntó, además, yo fui el primero en recibirlo. Dijo el Askeir.
-Ah, muy bien, más te vale. Sonne le replicó.
Al parecer el Askeir se hizo muy amigo de Sonne, con el fin de generar confianza para finalmente acabarla. Y justo cuando creí que la situación era bastante complicada, entran cinco chicos más al salón. Todos ellos eran Askeir, y al parecer todos los estimaban mucho, por ser campeones de un juego de la tierra que involucra una pelota que se tira de un lugar a otro. En fin, me quedaron mirando con desagrado y yo a ellos con una sonrisa cínica (soy muy bueno con eso). Le hicieron un gesto a Illian y él fue con ellos, parece que hablaban de mí porque me miraban cada cierto tiempo. Al tocar el timbre, Illian se separó de ellos y se sentó junto a Sonne, y yo me senté detrás de ellos para vigilarlos.
Entró una profesora un poco baja de estatura y empezó la clase. No pasó nada sobrenatural, me hicieron presentar frente a todos y luego me senté en mi pupitre, pero seguía sintiendo que los cinco Askeir me miraban con desconfianza, y estaban en lo correcto.
Tocó el timbre que daba por acabado este periodo y me acerqué a Sonne para hablar con ella un rato, pero cuando iba a empezar a charlar llegan los cinco, me arrinconan y empiezan a interrogarme con mucha agresividad. Les respondí la mayoría de sus preguntas que se parecían a las de la carta y las que no, evitaba y daba vueltas. Hasta que por fin se aburrieron se dieron vuelta y se marcharon, o eso creía yo. El más alto y al parecer el más fuerte del grupo se giró con mucha rapidez para golpearme, pero en cuanto vi eso, no dudé en esquivarlo doblando mi espalda hacia atrás, vi el brazo en frente mío, lo tomé y lo acerqué a mí para estabilizarme.
-Buenos reflejos, chico. Dijo el alto.
-Gracias. Le respondí.
-Me llamo Colew, y ellos son mi grupo. Mejor cuidate la espalda, que no me agrada mucho tu aroma. -y acercándose a mi oído susurró- guardián.
Cómo podía el saber que soy un guardián ¿tan malo soy encubierto?, debe ser otra cosa, ¿mi aroma? Ya veo, ellos huelen a los del Jex.
-No sé de qué hablas ni tampoco quiero saberlo así que apartate, loco. Dije con toda seguridad y fui donde Sonne quien estaba observando todo.
-¿Qué te dijo al oído Colew?
-Nada importante, pero aún no sabes mi nombre ni nada acerca de mí -soy pésimo cambiando de tema- me llamo Himmel.
-Feliz de conocerte... Himmel.
Y salió una carcajada de su boca, aún no entiendo por qué.
-Y bueno, no queda mucho de tiempo libre, así que iré al baño y hablamos luego.
Me dijo con una sonrisa. Acepté y me fui a mi pupitre, pero después pensé: ¿Acaso la dejé ir al baño sola, con esos Askeir ahí? Soy un estúpido, me dije.
Intenté perseguir a Sonne hasta al baño, pero no pude conseguirlo, pero cuando me estaba dando por vencido escucho un grito. Era Sonne, estaba en peligro. Gran primer día de guardián, ¿ah?.
Seguí el grito hasta que pude ver a Sonne en una pared con Colew ahorcandola y con los otros cuatro de espectadores y no había nadie más en el lugar así que lo único que pensé fue en pelear.
Corrí tan rápido como pude, salté, aterricé en mis manos e impulsándome con ellas, tomé el cuello de Colew entre mis piernas y giré en ellas hasta verlo en el piso. Los otros cuatro reaccionaron y se lanzaron a la pelea, al parecer no tenían mucha experiencia peleando en equipo, eran bastante torpes así que los abatí en un minuto, pero cuando terminé con el último Colew se levantó y me trató de golpear, lo esquivé, tomé su brazo y en un movimiento brusco se lo rompí.
-El jefe te asesinará.
Me dijo a gritos.
Yo no respondí nada a eso, solo reaccioné a tomar a Sonne en brazos y llevarla a un lugar seguro, la habitación del asistente de la limpieza.
-¿Qué pasó ahi?
Me dijo exaltada. Yo pensaba que se había desmayado pero no, vio todo lo que hice y tenía que contarle.
-Ellos te quieren muerta.
Su reacción no fue de sorpresa, ella sabía que algún día pasaría.
-Y ¿Tú eres?
-El guardian enviado del Jex para protegerte de los Askeir.
Sus ojos brillaban y me abrazó, mientras repetía "gracias" muchas veces.
-Tranquila, todo está bien.
Le dije, aunque no niego que no me gustó el abrazo, era el segundo que ella me daba.
-¿¡Me protegerás!?. Me dijo con tono de esperanza.
-Es mi trabajo. Le dije fríamente.
Se nota que los Fieles tienen más amor que cualquier otro ser, lo noté en ambos abrazos.
-Mi guardián Himmel, mi guardián Himmel.
Repetía sin cesar.
-Hay que ir a clase Sonne.
Ella asintió.
-Ah, y dos cosas -agregué- uno: nadie debe saber lo que sucedió hace un rato ni que soy tu guardián y dos: tu amigo Illian es un Askeir.
Ella me miró sorprendida pero no hizo comentario alguno.
Por fin, había empezado la misión real.
Misión proteger a Sonne de todo.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2016 ⏰

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