Si no te conociera no sabría el significado de felicidad, aquello que yo creía tu lo cambiaste.
(...)
— Eso es increíble, aún no lo término pero la introducción me encanta.
— Gracias. Aunque le aseguró que no perderá su tiempo. — afirmó la entrevistada.
— Así lo creó. Se que nadie quedara decepcionado.
— Gracias.
(...)
Era un día domingo, si un triste y soleado domingo. ¿Como un soleado domingo podría ser triste? La respuesta sólo contenía una palabra de 7 letras...
Soledad
Que más que una palabra era un sentimientos, o tal vez muchos pensamientos que dolían.
¿Quién era esta persona con aquél pensamiento? Ella, era una niña de rubia cabellera, ojos celestes azulados y piel porcelana, de nombre Rin Kagamine.
Esta comía tranquila su desayuno mientras su madre no dejaba de hablar por celular, siempre era igual, bueno la mayoría del tiempo. Pero hoy era Domingo, ¿no tenía descanso acaso? Pareciera que no, "Es porque somos especial, no es fácil ser especial", dijo aquella ves su madre.— No quiero que quede sola, Ring ...— intentó hablar lo más bajo posible, aunque eso no significa que la pequeña rubia no haya escuchando. Miro disimuladamente a la niña —Ya no soportó verla sola...— continuo — ¡Ya se trae a tu hija! Tal vez se hagan amigas ... No importa, es mejor... Okey, adiós.
Rin, miro a su madre esta llevaba una gran sonrisa en su rostro, se preguntaba la razón de esa sonrisa. Normalmente después de hablar se encontraba enojada.
— Rin ve arriba, le diré a Maika que te arreglé, hoy no estarás sola — dijo con una enorme sonrisa, acercarse a Rin para darle un abrazo.
— ¿Qué? — preguntó la pequeña rubia, las palabras que más le llamaron la atención fueron las últimas cuatro.
— Vendrá Miku, ¿recuerdas la hija de Ring? — como no recordarla si pego chicle en mi cabello, quiso responder, pero no lo hizo — También, conocerás a unos chicos, ¡y se que serán los mejores amigos! — dijo alegré.
— Bien...— fue lo único que dijo, su madre la miro triste, ¿que podía ella hacer para cambiar ese dolor?, respiro hondo y sonrió, estaba segura de que ese día su vida cambiaría.
La pequeña esperaba que la mujer buscarse su ropa, ¿tan importante eran esos niños?, se preguntó.
— Bien joven Rin, tome — dijo la mujer entregando le la ropa a la niña — Cuando termina me avisa.
— ¿Podría ayudarme? —preguntó a la mujer. Esta sonrió, tomo el vestido.
— Pensé que le daba pena que la ayudasen. — dijo mientras le ayudaba a sacarse la ropa de dormir.
— Si pero...—no encontraba una escusa.
— Flojera ¿he? Yo siempre la tengo...— dijo rápidamente al ver el sonrojado y avergonzado rostro de la rubia. Luego la envolvió en una toalla y se dirigió con ella al baño. La puso en la tina y comenzó a enjabonar el cabello. — Tienes un hermoso cabello, eso es envidiable. ¿Sabes? — dijo dulcemente.
— Em, gracias. — dijo apenada la pequeña.
— Bien, creo que con eso es suficiente. — dijo conjugando le el cabello. — ¿te seco yo o lo haces tu?
— No gracias lo hago yo.— dijo tomando la toalla.
— Bien, eres una niña muy lista, le diré a tu mami que ya estas casi estas lista — dijo saliendo del baño.
— Si, ¿me pasas la ropa por favor?— apenada.
— Claro que si mi niña — Sonrió.
Rin se vistió por sus propios medios, pero le pidió a Maika que le ayudara con su cabello al en donde colocó una diadema.
Luego se escuchó el timbre seguido de la vos de su madre llamándola.
— ¡Rin, ya llegaron baja por favor! — la aludida bajo para encontrase con mas personas de las que esperaba. — Miren ella es mi hija Rin, Rin ellos son Mika Ring, ya las conoces, Meiko, Kaito y Len.
Los presentó, todos eran nuevos para ella, (claro menos Miku y su madre), sentía que su garganta se secaba.
— Encantados de conocerte Rin — dijeron al mismos tiempo, excepto Miku y su madre quien dijeron; Hola Rin.
— El gustó es mio — suspiro agradecía no haber tartamudeando y ser descubierta por los nervios.
— Bueno niños nosotras nos tenemos que ir, cualquier cosa decirle a las sirvientas.
— No se preocupa Kaito y yo lo tendremos bajo control — dijo segura de si, Meiko.
— Lo se Mei, están a tu cargo has lo mejor, por favor. — y con esas palabras se despidieron las madres de las niñas.
— Bien chicos, yo y Kaito seremos sus tutores así que... — no puedo continuar pues la de cabello amarillo levantó la maño. Por lo que sin ganas preguntó. — ¿Si, Rin que sucede?
— Es Kaito y yo, no yo y Kaito. — corrigió. Meiko la miro achicando los ojos.
— No se corrige a tu tutor. — reprimió molesta.
— Perdón.
— No hay problemas. ¿Bien, que tal si vamos a jugar?
— ¡Si! — grito eufórica la de cabello turquesa y el de cabello azulado. Pero Rin y Len simplemente simplemente se mantuvieron en silencio y se limitaron a alzar una de sus manos.
— Bien, em, Rin. ¿Podemos ir a tu habitación?
— Si, sigan me.
— ¡Jupoli! Kaito, alza la. — así lo hizo él sorprendiendo a la rubia.
— ¡No hace falta! — exclamó.
— ¡Meiko ella no quiere no puedes obligar la! — con un poco de celo Miku.
La castaña pareció meditarlo.
— Bueno, Len alza a Rin y Kaito a la celosa de Miku.
Rin pareció decepcionada. Aun así Kaito la bajo y obedeció la orden, pero para Len no era tan fácil. Por lo que con algo de vergüenza se hacerlo a Rin e inclinó para que ella subiera su en su espalda.
— No hace falta enserio. — intento caminar pero el niño tomo su mano.
— Insisto.
Obligó a Rin a subir en su espalda, esto para los dos mayores era todo un espectáculo, sobre todo para la castaña.
— Creo que tengo un nuevo shipp. — susurró.
— ¿Que?
— Nada.
(...)
Solo cuesta vivir para escribir tu historia ideal y ser tu sólo estar con él.
Ambos no cuestan nada solo las críticas.(...)
Primer capítulo. ¡Urra carajo! 🎉
Aceptó votos y comentarios 🐱♥
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"Amores Perdidos"/ Vocaloid/
Teen FictionSinopsis; Dicen: el primer amor está destinado a perderse. "Si Romeo no hubiera muerto por Julieta, y si el Príncipe nunca hubiese buscado a Cenicienta. Como siempre ella lo esperaba, pero el no llegaba. ¿Se abra perdido? Se preguntaba. Mientras...