Parte 2

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El día había llegado, y estaba lista para que tocaran la sirena. Me tome la libertad de ir a casa del bastardo a esperar a que sonara, pero lo que no me esperaba era que mi hermosa Eliza estuviera con él.

-ni modo, tendré que hacer un cambio de planes.-dije mientras escuchaba lo que esperaba.

Me acerque a la puerta y toque el timbre, al abrir ambos me miraron, y con tono dulce e inocente les hice pensar que estaba allí para ayudarlos.

-Gracias por venir-dijo Eliza mientras tomaba mi mano entre las suyas.

-No es nada, somos amigas, nos ayudamos.- dije con una sonrisa falsa.

Mientras ella estaba distraída con su novio, tomé un cuchillo de la cocina y llevé a cabo mi plan.

Enterré sin piedad mi arma en el pecho del bastardo, la sangre se sentía tan cálida en mi mano que no dude en empujarlo cada vez más profundo. Eliza gritaba, su voz se escuchaban por toda la casa; pero no me importó, no solté el cuchillo hasta que el cuerpo del chico callo.

Todo era diferente ahora, mire a la chica, estaba aterrada. Eso me encantó, la tome del brazo y la apegue a mi.

-Me encanta ver tu rostro cuando tienes miedo.- dije con una sonrisa en los labios.

-¿Qué vas a hacerme?- dijo llorando.

Reduje el espacio que quedaba entre su cuello y mi cara. Olí su delicioso perfume.

-Ya lo sabrás.-susurre en su oído y lamí su cuello.

Sentí como su cuerpo temblaba entre mis brazos, su rostro estaba empapado en lágrimas, aun así se veía esplendida.

La arrastre por la casa hasta llegar a la habitación, cerré la puerta y la tire a la cama. No me preocupaba del tiempo, ya que aun quedaban horas para que se terminara el Mezyr.

Le arranque la ropa, ¡Dios!, Era realmente hermosa, la admire por un minuto. Luego la até a la cama, y pase mi mamo por todo su cuerpo diciéndole lo bella que se veía.

Todo, todo lo que imagine estaba siendo domado en ese momento; su piel clara exageradamente suave, su aroma dulzón, su pecho tibio estaba bajo mi dominio, mis manos tuvieron el placer de recorrer cada parte de ella sin restricciones, y aun que la sangre del que era su novio estaba manchando su cuerpo me fastidiaba un poco, lo deje pasar.

¿Qué harías en 12 horas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora