Verdad.

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Taylor.

Al llegar a la casa, Anne dejo salir un largo suspiro mientras que mi padre me rodeo en sus grandes brazos, besándome en la mejilla, acto seguido reviso mi rostro con ambas manos y me pregunto si me encontraba bien, solo me atreví a mover mi cabeza en señal de afirmación para que se tranquilizara. Harry estrecho su mano en un amistoso saludo, realmente esperaba que después de la conversación siguiera siendo algo "amistoso". Entramos en la casa y mi corazón ya estaba en mi garganta cuando encontré la mirada de mi mamá, casi mis mismos ojos azules, solo que los de ella podían llegar a congelar en estas ocasiones, odiaba que le ocultara cosas. Estaba sentada con una postura rígida en la larga mesa del comedor, aún quedaban restos de té y pequeños pastelitos. Decidí sentarme sin aún saludarla, fui incapaz de hacerlo después del inferno que le  había hecho pasar. Harry por otro lado hizo su camino hacia ella, con su característico andar, lleno de confianza, simplemente siendo él. Casi en un acto elegante tendió su mano para que ella estrechara la suya pero en vez de eso, mi madre se levanto y lo rodeo en un suave abrazo, podría apostar que él se había sonrojado. Intercambiaron cortas palabras que no pude alcanzar a oír ya que mis oídos zumbaban por los nervios. Mi madre tosió intentando que todos le tomaron un poco de atención y luego miro desde Harry a Anne.

- Les molestaría dejarnos unos minutos a solas con nuestra hija. - Pidio con su voz clásica llena de cortesía y elegancia pero yo aún podía sentir el dolor latente en su voz.

Anne asintió mientras que Harry me quedo mirando fijamente, casi diciéndome que él no se movería de aquí, esperando que dijera algo. 

- Yo... Yo necesito que se queden mamá. - Interrumpí. - Necesito explicar un par de cosas. 

Ella suspiro dramáticamente mientras papá y Anne tomaban asiento a lo que iba a ser mi juicio final o al menos así se sentía, definitivamente estar en frente de cientos y cientos de personas era mucho más fácil que estar enfrentando a las personas que más amabas y a las cuales les habías fallado. 

El silencio llegaba a ser abrumador y lo único que se escuchaba eran los impacientes dedos de mi mamá que se movían en un sonoro tap tap tap contra la mesa, como si mis nervios no fueran pocos para esta situación. Trague fuerte.

¿En qué minuto el aire se volvió difícil de respirar en esta habitación?

Si de ser posible hasta me atrevería a decir que la habitación se encogía con cada tap contra la mesa. Mire a mi mamá, sus estudiosos ojos me examinaban, estaba esperando una explicación a toda esta extraña situación.

- Estamos esperando Taylor. - Exclamo mi mamá con impaciencia. 

- Señora y Señor Swift me gustaría qu... - Mi madre lo interrumpió. 

- Harry, me gustaría escuchar a mi hija explicarme todo lo que esta sucediendo. 

Él solo suspiro.

- Mamá lo siento yo.. No sé. No debí, claramente, no debí haber desaparecido así. Yo... Sinceramente lo siento por todo lo que te hice pasar. - Mi garganta quemaba, cada vez estaba más y más apretada, tome un poco de aire para continuar pero ella me interrumpió. 

- ¿Lo siento? ¡Eso es todo lo que dirás! Eso no es suficiente y lo sabes.

- Lo sé pero...

- Pero nada Taylor. No hay escusa para que desaparecieras del mapa, nos excluiste de tu vida y somos tus padres, ¿Acaso no creías que merecíamos saber lo que estaba ocurriendo con tu vida?

- ¡Andrea!

Exclamo Anne pero ella solo siguió hablando. 

- Oh Dios... Taylor, no has construido una exitosa carrera durante 10 años, sacrificando muchas cosas para que ahora lo tires todo por la borda. !!Qué esta sucediendo contigo!!

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