Con motivo de que este 31 de Octubre se celebra internacionalmente Halloween, también conocido como Noche de Brujas, Noche de Difuntos o Noche de Todos los Santos decidí hacer cinco cuentos.
No puedes perderte estas "terroríficas" y a la vez diverti...
Phoebe, Daisy ¡Bajen ya! ―gritó Nancy desde el pie de la escalera a sus hermanas para que se apuraran.
Esa noche acompañaría a sus hermanas más pequeñas a recoger dulces por el pueblo, su madre le había pedido el favor y ella aceptó con gusto, por primera vez en mucho tiempo desde que se había mudado para estudiar en la ciudad; casi no pasaba tiempo en su casa y mucho menos con su familia.
Miró el reloj de pulsera alrededor de su muñeca, este marcaba las 8:45 pm., mientras más tarde salieran menos personas abrirían las puertas de sus casas cuando llamaran por dulces, estaba a punto de gritar nuevamente cuando las gemelas salieron de una de las habitaciones y bajaron corriendo por las escaleras.
― ¿Por qué estas disfrazada también? ―le preguntó Phoebe que iba vestida de Bruja cuando llegó a su lado.
― ¿Que tiene de malo mi disfraz? ―Nancy giró en redondo con los brazos extendidos haciendo ondear el vestido azul de mangas largas que llevaba; todo su atuendo lo hacía parecer un personaje de Alicia en el país de las maravillas con su peluca rubia, medias altas de rayas y delantal blanco.
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― Pues porque ya estas grande. ―continuo Phoebe.
― Claro que no lo está ―refutó la otra hermanita, Daisy, que vestía de Caperucita Roja― No ves que se comporta siempre como una niña grande ―ambas rieron.
― Ey eso no es justo, yo no me comporto así...bueno, no todos los días. ―dijo haciendo pucheros.
― ¿Segura Nancy? ―las tres voltearon al ver como su mamá las observaba desde lo alto de la escalera, para luego bajar con paso tranquilo con una sonrisa.
― No responderé esa pregunta ―continuó la mayor con una sonrisa y luego aplaudió una vez llamando la atención de sus hermanas― Muy bien damiselas ¡¿Quien está lista para irnos a recoger dulces?!
― ¡Yo! ―gritaron las gemelas alzando una mano en el aire.
― ¡Lets go! ―indicó y las tres se dispusieron a salir.
― No lleguen muy tarde ―comentó la madre mientras las veía salir hacia la calle, Nancy iba en el medio con las gemelas, una a cada lado agarradas de sus manos.
― Estamos saliendo de noche madre, ya es tarde. ―dijo divertida.
― Está bien, pero cuídalas bien calabacita ―respondió ella desde el porche de la casa en un tono que todo el vecindario que ahora iba por las calles pudo escuchar.
― ¡Mamá! ―se quejó Nancy con vergüenza deteniéndose a una distancia en la que tenía que hablar alto para ser escuchada― Ahora voy de traje, así que soy Srta. Calabacita ―rió y siguió.
