2: Primer día.

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06:00 AM.

Me despierto a causa del sonido que a tantas personas molesta, el del  jodido despertador.

Bostezo y me quito las sábanas de encima revoleándolas a cualquier lado de la habitación.

Hoy es 15 de septiembre, por lo que es mi primer día de instituto después de haber estudiado en Londres durante dos años exactamente. A decir verdad, tenía cero ganas de asistir y tener que enfrentarme a las duras y curiosas miradas de la gente, pero ¿qué podía hacer? Mi perfecta vida en Londres había caducado y ahora tenía que volver a la realidad.

Tan sólo aguanta por un año, me digo mentalmente para animarme. Luego de eso, podría hacer lo que quisiera, como si se me antojara ir a estudiar en Groenlandia o al Polo Norte.

Me levanto de la cama y voy hacia el cuarto de baño. Abro el grifo después de haber encendido las luces y meto toda mi cara en el agua templada.

¿Cómo estará Melvin? El primer año que estuve en Londres  hablábamos todos los fines de semana, pero luego ya perdimos contacto, ni siquiera nos seguimos en instagram ya que me creé uno nuevo intentando olvidar mi estúpido pasado. Espero que siga siendo la misma, igual de espontánea, sincera y simpática.

Sacudo mi cabeza y saco mi cara del lavabo secándomela con una toalla.

Me observo en el espejo y me siento en una silla que no sé de donde ha salido. Abro el cajón donde ayer guardé mi maquillaje y saco todo lo necesario para hoy.

Termino de maquillarme y salgo del baño para buscar algún outfit adecuado.

Luego de diez mimutos seguidos revolviendo en mi equipaje, consigo sacar de no sé dónde, un vestido blanco con una pequeña abertura en el lado de la pierna izquierda y un cinturón, complemento un abrigo gris, ya que por la mañana hace frío y saco de debajo de la cama, mis sandalias favoritas.
Me lo pongo todo y antes de salir de mi habitación, me acerco a mi espejo y saco una foto.

¿Qué? Nunca viene mal.

Ahora sí, salgo y cierro la puerta. Bajo las escaleras y un delicioso olor a tostadas llega a mis fosas nasales.

— ¿Ya estás lista? - mi hermano se gira al oírme bajar de las escaleras.

— Sí, yo también quiero eso para desayunar. - hago un pequeño puchero mirándolo.

Él niega con la cabeza divertido.— Sólo hoy haré lo que me pidas, mañana ni lo sueñes.

— ¡Qué benévolo! - aplaudo mientras él entra en la cocina.

Me siento en la mesa y mientras espero a que Kace termine, cotilleo un poco mis redes sociales. Busco en instagram el nombre de Melvin Degray y tardo un par de minutos en dar con su perfil. Se ha cambiado el nombre y su cuenta está privada, me sorprendo al ver la gran suma de seguidores que tiene ahora. Bebo un sorbo del vaso de leche que Kace ha colocado frente a mí y no pierdo ni un segundo en mandarle una solicitud.

— Oye, vas a llevarme al instituto, ¿a que sí? - lo miro mientras termino de comer.

— Supongo que sí, mamá se ha ido con el chófer y no hay nadie en casa. - dice y hace una mueca.— Mamá me mataría si llegaras tarde el primer día. Ya sabes cómo es.

Asiento dándole la razón y me levanto de la silla.

— Ve arrancando el coche, ya estoy lista. - me limpio la boca con una servilleta y coloco un poco de cacao sobre mis labios. Quién pensaría que dos años atrás ni siquiera conocía lo que era un pintalabios y ahora era una experta en cosméticos.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2019 ⏰

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