Empacadora De Corazones © [Editando. #Wattys2016]

Capitulo Uno: Dakaria

Miedos: emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro, o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural, y provocada a todos los animales, eso incluye al ser humano. Todos los humanos, alguna vez hemos sentido miedo, y los seres humanos, también somos empacadores de miedos. Todos les temen a algo, mi madre le teme a la oscuridad, mi padre le teme a las lagartijas, ranas, iguanas, cocodrilos, o a cualquier reptil existente. Mi primo Miles le teme a las malas calificaciones (algo no muy común en él, ya que todo el promedio suyo es de diez). Evie le teme a las cucarachas. Tobías Eaton le teme a los espacios pequeños, a las alturas, a matar a las personas y a su padre, el pobre tiene cuatro miedos. Todos le tememos a algo, al igual que yo. A veces, las personas tienen miedo de ser quienes son (mi caso), y no les queda más que dos opciones: ser otra persona o ser tú y pero no mostrarte a los demás. Mis grandes miedos son el rechazo y que vean como soy, prefiero ser un bicho raro que un monstruo. Mis padres, cuando estaban en preparatoria, eran los chicos más populares de la escuela, para ellos hablar era igual que cantar, era sencillo. Por otro lado, para mi hablar es igual que correr sobre el agua sin hundirte, es muy difícil, siempre que trato de hablar algo en mí se quiebra, y no me lo permite. Es por eso que no hablo con nadie, me da miedo que si me muestro como soy tal vez no llegue a agradar, y me terminen rechazando, preferiría ser un bicho raro que un monstruo. Mi madre siempre me dice, que el truco para ser feliz es inyectarse fantasía, en vez de realidad. La fantasía es muy hermosa, y la real es horrible y cruel. ¿Aunque quién sería feliz siendo una basura como yo? No soy popular, no soy linda, ni bonita, ni hermosa, no soy deportista, no soy líder (menos eso), no soy abierta ni extrovertida. A mi madre no le agrada que nunca traiga una amiga o un amigo a casa, ella dice que eso es ser asocial y si, si es; pero ella no sabe lo difícil que es ser sociable, y más cuando el Bullying ha complicado todo. Ese maldito Bullying es el que ha arruinado mi puta vida. Por el me juzgan todos: populares, deportistas, nerds, homosexuales, bisexuales, travestis, todos me han juzgado de mala manera solo por el simple hecho de hacerme sentir mal. Los apodos que me colocan son terribles: "puta" "gorda" "gay" "lesbiana" "estúpida" "cerda" "nerd". Eso me ha llenado de dolor, me veo al espejo, y lo único que veo es una bolsa de basura. Nunca seré como Liv Collins, nunca tendré las amistades de Keira McRolland, nunca me verán usar una falda y que me quede bien como Olive Manchester, nunca tendré una relación como Lenna King y Bruce Portman. Y nunca jamás Adam Grey se volteará a verme, nunca voy a gustarle como el a mí me gusta. Todo porque él es un once y yo un cuatro. Y, además, es un imbécil.

- ¿Estás bien, hija?-Mi madre mientras rebanaba los champiñones. Levanté la mirada de mi libro hacia ella. Yo asentí y seguí con el libro.

-Daka-replicó ella, interrumpiendo mi maravillosa lectura de Maravilloso Desastre. Yo me volví hacia ella, entonces continuó - ¿En serio estas bien? -vuelve a preguntar. Puse los ojos en blanco, tomé el separador (era una figura de rectángulo con unos corazones azules) y cerré el libro. Me levanté del sillón y me fui hacia el muro que separa la cocina de la sala de estar, me apoyé en él y contesté:

-Sí, mamá. Estoy bien. No pasa nada-contesté. Me coloqué de puntillas e inhalé el delicioso olor que se escurría por toda la casa, mi mamá hacia unas tortillas rellenas, y el guiso olía fascinantemente bien. Mi madre es una gran chef, y bueno, eso estudió. Ella estudió gastronomía, y le va muy bien. De hecho, cerca de la avenida, mi madre tiene una pastelería, y gana mucho. Todos los días llegan personas a comprar postres, tortas, pasteles, cupcakes; también hay smoothies, helados. Le va muy bien, y gana mucho. Mi padre es dueño de una compañía que arregla las imperfecciones de teléfonos que desde un principio tenían imperfecciones o son piratas. Él se dedica a ayudar a los adolescentes a mejorar su tecnología pirateada para volverla más segura y genial. Es una empresa grande, es tan grande que ha logrado expandirse a Londres, Madrid, Chicago, Barranquilla, Chile, Argentina, Paris, Ciudad De Panamá, Bogotá y en todos los estados de Estados Unidos. No ha logrado expandirse a Canadá, ya que, allí es de donde vienen los aparatos móviles pirateados o de segunda mano. Y, de hecho, él ahora está trabajando también con tabletas, computadoras, y otros aparatos más. Mi padre quiere llegar al extremo de tener su propia aplicación para que las personas puedan formatear los dispositivos desde su hogar, hasta tiene la utopía de crear sus propios aparatos y su propio sistema operativo. Quiere llamar la marca "Marks" teléfonos Marks, ordenadores Marks, tabletas Marks. No sé qué se ha creído pero ese es un sueño demasiado imposible, pero gracias a mi padre siempre tengo los teléfonos, ordenadores, computadoras y tabletas de moda, y hasta tengo los teléfonos más nuevos sin salir. Siendo una marca reconocida, siempre le envían una muestra y el la analiza y mira si es buena para el mercado, sino entonces la repara. Luego, la envía de nuevo a la compañía, ellos toman opciones, y le envían como agradecimiento el primer teléfono de la nueva colección. Y él me lo da a mí, por eso es que tengo un iPhone 6 Plus. Y me encanta. Mi padre y mi madre ganan muy bien y ya que son sus propios jefes, ellos manejan su tiempo. La compañía donde trabaja mi padre, el la creo, compañía "Worthington Technology" Worthington por nuestro apellido y Technology por tecnología en inglés. Mis compañeros siempre llevan sus equipos a la empresa de mi padre, él se los arregla y aun así, sigo siendo invisible. Mamá me sonrió apenas me vio como olfateaba la comida, entonces en un plato pequeño, me sirvió un poco de guiso, para que lo probara. Con un tenedor, tomé un poco del guiso, y me lo llevé a la boca, estaba delicioso. Muy rico, yo sonreí, luego fui a ayudarla a servir la comida.