Hola soy Sucrette,tengo 17 años y vengo de Corea del norte,no crean que nací ahí no,realmente soy francesa,pero me mudé a Corea de pequeña a causa de trabajo de mis padres,pero nuevamente regresé a mi tierra natal,y ahora estoy en el Sweet Amoris,un...
¡Ahhh...! hoy despierto mucho mejor,ya no estoy tan cansada como ayer,pero eso si,quiero seguir durmiendo,bajo hacia el comedor y como unas tostadas,mi tía se me queda viendo fijamente con una sonrisa realmente horrible,parecía un psicópata.
-¿Sucede algo?-le pregunto a mi tía con la boca llena.
-Nada cielo,nada de nada-la miro extrañada.
-Okey...-alargo mientras me terminaba el desayuno-me voy,adiós tía.
Me voy rápidamente con el miedo que me dejó mi tía y llego al instituto,me encuentro con Rosalya,lo cual saludo con un beso en la mejilla y un abrazo:
-Hola Su.
-Hola Rosa.
-¿Estás bien?
-Si,si...bueno,algo asustada pero no importa.
-De acuerdo...oye comemos juntas ¿bien?-yo asiento y el timbre suena-Tienes esta hora libre que bien,yo tengo física ¿nos vemos más tarde?
-Claro.
-Bien,adiós-me despido de Rosa y me dirijo hacia el patio para hablar con ¿Castiel quizás?
Pero esta vez no estaba solo,estaba con otro chico de cabello gris y unos ojos espectaculares,uno marrón y el otro color esmeralda,me arreglo un poco el cabello y la ropa y me acerco:
-Hola Castiel ¿estás de buen humor hoy?-pregunto y el ríe.
-No lo sé,averígualo tu misma-me responde,yo estaba ocupando mi vista hacia aquel chico guapo.
¿Se colocaron de acuerdo con lo guapo?
-¿Quién es esta dama Castiel?-al oír esas palabras que salieron de sus labios me sonrojo.
-Ah...ella es la nueva-le responde Castiel.
El chico se acerca a mi con una sonrisa dulce,toma mi mano y posa un beso encima de él,como si fuera de las épocas de antes.
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-Un placer,soy Lysandro-Sonrío estúpidamente y juego con mi cabello (eso es una de las cosas que hago cuando estoy nerviosa)
-Su-sucrette,el placer es mío-le respondo ya casi derretida.
-¿De dónde vienes?-pregunta con curiosidad Lysandro.
-Vengo de Corea del norte-Castiel y Lysandro pelaron los ojos y ambos dibujaron una gran sonrisa en su rostro.
-¿Enserio?-pregunta Castiel. Yo asiento con seguridad-¡Jaja,entonces eres una tabla china!-se echa a reír Castiel,mientras que Lysandro negaba con la cabeza.
-¿Una qué?-pregunto,creo que escuché mal.
-Una tabla china-Dice Castiel tratando de contener las risas.
-Oye-digo colocando cara triste,pero en realidad no lo estaba-eso estuvo mal-y oculto mi pecho con mis brazos sonrojada.
-Castiel,es de muy mala educación mirar el busto de una señorita ¿no crees?
