Capítulo 1.

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Mi mirada estaba en un punto fijo, borrones de alguien pasando frente a mí cada cinco minutos me mareaba a tal grado que tuve que meter de nuevo una gran cucharada de nieve sabor galleta a mi boca. Cuando descubrí que alguien meneaba su mano frente a mis narices, reaccione y parpadee un par de vecez para volver al ahora.


- ¿Piensas quedarte aquí? - la chica rubia teñida de ojos azules saltones llamada de otra manera como mi mejor amiga que se colocó en cambio al desaparecer la mano me miraba con el ceño fruncido, la miré sin expresión - ¿Así?


Automáticamente baje mi mirada hacía mi persona. Estaba en mi pijama que usaba en momentos especiales de tristeza, descalza y la ropa manchada de la nieve que estaba en mi regazo, solo en ese instante me percaté de los pañuelos desechados con nada más que mis flujos nasales y lagrimales.

Me encoji de hombros y seguí comiendo el bote de mi única compañía, logrando que la rubia soltara un suspiró de exasperación.


- Cassydi, no vale la pena. - su voz se tiñó de compasión. Simplemente asenti, lo sabía, pero dolía.


- ¿A dónde irás? - pregunté tratando de cambiar el tema, me fije en su mini vestido color tornasol y los grandes tacones del numero quince.


- Soy Amber Lachowsky, no me quedo en casa a comer nieve y a llorar como una nenita cuando veo a mi crush con una zorra en el pasillo. - Auch. - Tengo fiesta, Cassy - escaneo todo mi rostro antes de soltar - ¿quieres venir?


Le queria decir que James Brinston no era solo mi crush, si no también el amor de mi vida aunque el no lo sepa desde el primer grado de la preparatoria Cranford Hills, que con tan sólo verlo jugar americano en el campo mi corazón rebosa de alegría, el sonreirle cuando el me miraba de reojo para que nadie lo note... Mierda, estoy pérdida.


- Dame diez. - con eso salí disparada a la ducha botando a mi fiel amigo la nieve a la basura.


(...)


En veinte minutos ya estaba vestida con unos simples jeans negros ajustados y una blusa que a mi parecer, era de enseñar mucho mi espalda y escote, pero a Amber nadie podía contradecirle. 

Salimos de mi habitación con paso apresurado, topandonos con mamá Ruth en el camino al llegar a las escaleras. Ella nos miró con una sonrisa cargada de amor en su arrugado pero hermoso rostro. Era la única persona que se había encargado de mí cuando quede huérfana, al morir mis padres de un accidente automovilístico. Me dejaron a mis cinco años de edad, con una gran maleta llena de dinero que hasta éste momento no sé si es obtenido por malos negocios, ya que eran empresarios, o por buenos. Jamás toque ese dinero y jamás lo haría. Mis conocimientos sobre ellos eran pocos y los recuerdos eran vagos. Sólo sabía que habían dejado una nota en casa diciendo que la única persona apta para educarme era mi querida mamá Ruth, una muy buena amiga de mi madre. No sabía si ya tenían la idea de que iban a morir como para dejar aquella nota, un testamento que conoceré hasta mi mayoría de edad y el huir con aquella maleta de dinero. Eran grandes lagunas desconocidas en mi vida. Pero mi curiosidad era opacada por querer seguir adelante. Lo voy intentando al tener excelentes notas en Cranford Hills cursando ya el tercer año, un trabajo como cajera en una cafetería concurrida en el que me pagaban con un buen sueldo, suficiente para cubrir los gastos y por supuesto, en no darle problemas a mamá Ruth con la edad que tiene.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2016 ⏰

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Mi Guardián. ( Serie: Guardianes Inmortales #1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora