sTaXxby//Donde Empezó Todo.

Capitulo 4

Alex
Desperté gracias a una fuerte punzada en mi cabeza, había dormido en el sofá, miré la hora, las 12:50 ¿cuánto había dormido?  Apoyé nuevamente la cabeza en el respaldar, tapando mis ojos, ya recordaba por qué me dolía tanto.    No puede irse... No debe irse. Dejé a mi novia por el ¿acaso no puede sacrificarse también?  Pensé mientras le daba otro trago a aquel horrible vino que tenía en mi casa.
Ya veía borroso, y los recuerdos no ayudaban
"-Te quiero Alex-" era lo que se repetía en mi mente.
"-No quiero perderte a tí -"
-¡Basta joder!- grité golpeando la mesa.
"-Prometo convencerla-" me dirigí al sofá, ese sofá viejo que tantos recuerdos me traía.
"-Eres el único que ha estado ahí para mí... -" otro sorbo mas. Maldito y asqueroso vino ¿desde cuando tenía esta porquería en la nevera? Ya me enojaba con cualquier cosa que se me cruzaba. Esa estupida mesa que se tambalea ¿por qué no la tiraba? Luces inservibles ¿acaso no podían iluminar un poco mas?  Móvil de mierda, que tenía como fondo de pantalla una foto con el... Una lágrima, dos lágrimas.
Me quedé dormido.
Los golpes en la puerta me distrajeron, fui a abrir con toda la mala leche y con una cara de zombie que no era normal.
-Ey, compañero ¿por qué esa cara?- decía Frank con su enérgica y característica voz que, en este momento, no era bueno para mi dolor.
-Solo me siento algo mal- respondí.
-Vale, entra, yo me quedo contigo- lo miré extrañado.
-Solo voy a hacerte compañía, no voy a violarte- rió e hizo una pausa -aunque... - por un momento pensé que lo decía de verdad, hasta que una carcajada que retumbó en mi cabeza se escuchó, prácticamente, en toda la calle.
Me hice a un lado y el entró.
-Ve a tu habitación, prepararé algo para que comas- dijo dirigiendose a la cocina
-Sabes que no hace falta- dije siguiéndolo.
-Si hace falta, pero lo dices para que no cocine- en parte podría ser cierto, no era el mejor de todos cocinando y teníamos bastantes malas experiencias, pero aunque le insistí, estaba empeñado en cocinar, aunque había una gran posibilidad de que provoque un incendio.
Subí a mi habitación y me quedé mirando el techo.
-No debe ser tan difícil si seguimos las instrucciones- dijo mirando la parte trasera de la caja de cartón.
-Tienes razón, pero si quemamos todo diré que fué tu culpa - rió.
-Vale- tomó el contenido de la caja y lo puso todo en un boul formando una nube de polvo.
-Tu Frank, me cago en ti- traté de decir entre el ataque de tos que me había agarrado.
-Pues nada, si es difícil-
Volteé para tomar algo, y cuando miré a Frank de nuevo me estampó um puñado de ese polvo en toda la cara.
-Te la has jugado- dije tomando también un poco de ese polvo y tirándosela en la cara igual. Se formó una guerra entre nosotros, y cuando se acabó el polvo, empezamos a tirarnos agua. La puerta se abrió, dejando ver a la madre de Frank
-¡¿Chicos que hicieron!? - gritó al ver el desorden. -Vayan a cambiarse y limpien esto- mientras ibamos al cuarto de Frank reprimiamos una carcajada que soltamos al cerrar la puerta. Era extraño que dos chicos de 15 años jugasen de esa forma, pero éramos así.
Nos la pasamos el resto de la tarde limpiando.
Sonreí al recordar eso de cuando eramos niños.
La puerta de abrió, Frank tenía una mueca de desagrado y me miraba desde el marco de la puerta.
-¿Que ocurre?- pregunté al ver que no hablaba.
-¿Por qué te duele la cabeza?- ¿qué clase de pregunta era esa?
-Yo que se tío ¿Qué preguntas haces? - bueno, si sabía pero no iba a decirlo.
-Entonces dime que es esto- sacó dos botellas vacías que seguro se había encontrado en la basura.
-Yo, eh , no- no tenía que tomar... Yo se que no debo tomar, pero fue mas fuerte.
-Te he dicho que cuando estés mal me llames, que esto no tenía que pasar otra vez- decía algo preocupado. Se acercó a la cama, donde yo estaba sentado.
-No quiero que te hieras de nuevo- asentí sintiendo su mano en mi mejilla.
-¿Por qué bebiste?- me encogí de hombros. -Alex ¿fue por Eva?- dios es que enserio es estúpido, el esta apunto de irse ¿y piensa que es por Eva? Negué con la cabeza.
-¿Entonces?- me quedé callado. -Alex dime, necesito saber si puedo ayudarte- Sonreí irónico.
-No puedes ayudarme en esto.- me miró confundido.
-Sabes que puedo ayudarte en todo.- lo miré a los ojos, profundos e intensos.
-No te vallas- dije, sabiendo que no lo haría, quitó su mano de mi rostro que no había alejado desde que se sentó frente a mi.
-Sabes que no...- lo interrumpí
-¿Ves? No puedes ayudarme- noté sus ojos llorosos -Vete, Frank- se quedó parado en el mismo lugar, mirandome, hasta que por fin asintió y se fue, dejándome solo. Comencé a llorar.
-¡Me cago en todo!- grité mientras las lágrimas caían por mis mejillas. Odio llorar, detesto esa presión en el pecho.
Pero esta vez, no puedo evitarlo.