1 semana después
Alex
Los días pasaban lento, cada minuto era peor que el anterior, evitaba el alcohol, no quería caer de nuevo.
Lloraba permanentemente, ya se había hecho costumbre, había recibido no 1 o 2 mensajes de Frank , si no ¡20 mensajes!
"No puedo evitar irme, pero no quiero perder tu amistad" todos eran así, hasta el momento en el que dejé de leerlos.
La costumbre de chatear con el ya no estaba, como la de juntarnos los sabados en su casa y ver películas. Esa amistad tan fuerte que teníamos y que algunos envidiaban, había desaparecido de un dia a otro.
Como si hubiera leído mi mente a distancia, me llegó un mensaje de el, no se por qué decidí leerlo después de haberlo ignorado toda esta semana.
"Enserio Alex, porfavor ¿vas a echar todo a perder por esto? Sabes que siempre seremos amigos"
Por un momento sonreí, hasta que lo volví a leer, decia "lo vas a echar todo a perder" como si yo tuviese la culpa de que el se fuera a otro puto continente. Con enojo, decidí contestarle.
-¿Ahora es mi culpa? Yo no lo eché a perder, fue tu novia y tu también. No me metas en el medio si la has cagado-
Envié el mensaje y tiré el teléfono a la cama. El timbre de la puerta sonó, decidí no moverme y que pensaran que no había nadie y volviesen mas tarde, si es importante, volverán. Al parecer era importante, el irritante timbre se escuchó 3 veces mas y al hartarme, fui a abrir la puerta, con intenciones de golpear al que esté del otro lado.
Me quedé mudo al abrir la puerta, mi amigo, del cual me había alejado hace años pero con el que aún seguía en contacto, ¡y vaya que me alegra seguirle hablando! Ahora mismo, era lo que necesitaba.
-Ey, compañero ¿y esa cara?- dijo con su misma sonrisa de siempre.
-No he dormido bien, es todo- el suspiró.
-Se lo de Frank, no puedes mentirme- asentí, era cierto, tenía esa manera de convencerte para decirle la verdad y, a veces, lo odiaba.
-Pasa... - dije haciéndome un lado.
Se sentó en el sofá, lucía cansado, al parecer volvía de su viaje para quedarse aquí.
-¿Como está Guille?- pregunté, Samuel y Guillermo eran amigos, los mejores, como lo éramos Frank y yo antes, pero a diferencia de nosotros, seguían unidos a pesar de la dificultad de su amigo.
-Por suerte, está bien. El médico dijo que no había problemas en que viniera, pero llegó exausto y se quedó en mi casa.- contó soltando un suspiro -Se recupera de a poco y ya puede moverse por si solo- Guillermo había sufrido un severo accidente, y sus piernas dejaron de moverse. Dijeron que con el tiempo se iba a mejorar, y según me contaba mi amigo, iba de maravilla.
-Me alegro- dije, reposando la cabeza en el sofá.
-Ahora dime ¿cómo estás tu? - preguntó poniéndose frente a mi.
Samuel y yo nos contamos todo, el sabe todo lo que pasa en mi vida a pesar de la distancia, pero no le había contado de la pelea con Frank, el notaba mi tristeza, notaba que estaba distinto.
-Como puedo- suspiré luego de decir aquello. -Digamos que perdí a un amigo y... - las lágrimas amenazaban con salir -Y...- mi voz se cortaba, un nudo se formaba en mi garganta, Samuel me rodeó con sus brazos y apoyé mi cabeza en su hombro, llorando cual niño pequeño.
-Lo extraño tanto- dije entre sollozos.
Frank era mi mejor amigo, el que siempre estuvo ahí, al que le confío todo y ya no estaba y quizá no vuelva a estarlo y yo aquí, llorando cual Magdalena por algo que se podría arreglar, pero de solo pensar en acercarme de nuevo para luego perderlo, era peor.
-¿Y por qué sigues aquí?- me separé de el y limpié mis ojos con la manga de mi sudadera.
-Porque no quiero que duela tanto la despedida, prefiero acostumbrarme al dolor- el suspiro, como si estuviera harto de esa respuesta.
-Es que yo no entiendo, ¿prefieres sufrir ahora y no verlo, en vez de pasar esos últimos dias que te quedan con el? Esa respuesta me parece ilógica y estúpida.- elevó la voz, tiene razon...¡Joder si! ¡Si la tiene maldita sea!
-Si- murmuré, el me miró extrañado.
-¿Si que?- preguntó.
-¡Que si, que tienes razón, joder!-
Me levante del sillón y corrí al baño, lavé mis dientes y mi cara, me arregle un poco y salí de mi casa sin decir otra palabra y dejando a Samuel perdido, aunque seguro sabía lo que iba a hacer.
Caminé a paso rápido hacia la casa de Frank, el piso se encontraba mojado por la lluvia de hacía una hora. Toqué la puerta, estaba nervioso.
Su novia, abrió la puerta.
-Hola Alex, hace mucho que no te veo aquí ¿cómo estás? - al parecer no sabía nada de lo que había ocurrido gracias a su "inteligente" idea de llevarse a mi amigo a otro continente. No tenía ganas de hablar, quería arreglar esto ya.
-Bien, gracias ¿Está Frank?- ella negó con la cabeza.
-No, el salió la verdad no me dijo a donde, solo dijo que quería estar tranquilo un rato- asentí y me fuí ¿dónde podría estar? ¿dónde iba Frank para...? ¡Lo tengo!
Decidí tomar un taxi, o no llegaría jamás. El lugar que mi amigo tenía para mejorar su ánimo era bastante distinto al que una persona eligiría usualmente, a algunos les gusta el parque, a otros una playa, pero mi amigo iba al cementerio.
Después de pagarle al taxista, me dirigí a donde el estaba. Me acerqué de a poco.
"Miguel Garnes.
1997-2010"
-Si, Miki, lo extraño.- decía en voz baja y temblorosa, como si estuviera llorando. Me acerqué a él y puse mi mano en su hombro. El volteó y sus ojos derramaban lágrimas mientras las mias amenazaban con salir.
No fue necesario decir mucho, ambos nos arrojamos a los brazos del otro.
-Perdoname Frank, enserio- susurré, mojando su sudadera con mis lágrimas.
-No tienes. Por qué disculparte.-
Que volvamos a ser amigos no iba a cambiar nada, pero se, que a pesar de la distancia, íbamos a estar para el otro siempre.
Volvimos en su auto, nos reíamos todo el camino, como si todo hubiese vuelto a la normalidad.
Llegamos a las casas, cada uno fue para su lado, el saludó con la mano y, cuando le correspondí, entramos a nuestras casas.
Tenía una sonrisa imborrable, pero aún sabía, que esto iba a acabar.
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sTaXxby//Donde Empezó Todo.
Fiksi PenggemarEstábamos ambos con los ojos llorosos, lastimados por dentro y por fuera, quizá nada de esto hubiese pasado. Tenia que recordar en que momento todo se fue a la mierda, donde fue que se desvaneció lo que sentíamos...donde empezó todo