OBEDECE SIN PENSAR

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NO CUESTIONES, SOLO OBEDECE

Las puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los israelitas; nadie podía salir o entrar. Pero el Señor le dijo a Josué: «¡He entregado en tus manos a Jericó, y a su rey con sus guerreros! Tú y tus soldados marcharán una vez alrededor de la ciudad; así lo harán durante seis días. Siete sacerdotes llevarán trompetas hechas de cuernos de carneros, y marcharán frente al arca. El séptimo día ustedes marcharán siete veces alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. Cuando todos escuchen el toque de guerra, el pueblo deberá gritar a voz en cuello. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento.» Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les ordenó: «Carguen el arca del pacto , y que siete de ustedes lleven trompetas y marchen frente a ella.» Y le dijo al pueblo: «¡Adelante! ¡Marchen alrededor de la ciudad! Pero los hombres armados deben marchar al frente del arca del Señor .» Cuando Josué terminó de dar las instrucciones al pueblo, los siete sacerdotes marcharon al frente del arca del pacto del Señor tocando sus trompetas; y el arca del pacto les seguía. Los hombres armados marchaban al frente de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y tras el arca marchaba la retaguardia. Durante todo ese tiempo las trompetas no cesaron de sonar. Al resto del pueblo, en cambio, Josué le ordenó marchar en silencio, sin decir palabra alguna ni gritar hasta el día en que les diera la orden de gritar a voz en cuello. Josué hizo llevar el arca alrededor de Jericó una sola vez. Después, el pueblo regresó al campamento para pasar la noche. Al día siguiente, Josué se levantó temprano, y los sacerdotes cargaron el arca del Señor . Los siete sacerdotes que llevaban las trompetas tomaron la delantera y marcharon al frente del arca mientras tocaban sus trompetas. Los hombres armados marchaban al frente de ellos, y tras el arca del Señor marchaba la retaguardia. ¡Nunca dejaron de oírse las trompetas! También en este segundo día marcharon una sola vez alrededor de Jericó, y luego regresaron al campamento. Así hicieron durante seis días.
Josué 6:1‭-‬14 NVI

Lo primero que entiendo es que cuando la presencia de Dios está en juestras vidas el enemigo nos teme porque sabe que somos vencedores (versiculo 1).

Este pasaje nos lleva a pensar si realmente nosotros obedecemos sin cuestionamientos, sin argumentos, si obedecemos por fe como lo hizo Josue, porque lo que le pidio Dios, ante la limitada mente humana parecería ilógico, tonto, pero Josué obedecio de inmediato porque su fé era grande y confiaba plenamente en el Señor, así que sin importar su propia opinión obedecía fielmente.
Así que obedecieron y aunque durante seis días no sucedía nada, no había ni una pequeña muestra de que los muros se debilitaban, ellos no se desanimaron, seguían obedeciendo, examinemonos y pensemos por un momento cuantas veces anteponemos nuestro propio parecer y no obedecemos a Dios basados en argumentos humanos sin recordar que para Dios no hay nada imposible, tal vez el pueblo de Israel se hubiera podido desanimar y desertar e iniciar un ataque de acuerdo a su propio parecer, pero no lo hizo porque confiaba en Su Dios, porque le conocían y le amaban, porque recordaban todo lo que Dios había hecho, nosotros facilmente olvidamos eso.
Me llama la atención que mientras rodeaban los muros unos hombres iban delante y otros detrás del arca como cuidando y protegiendo el arca, que es lo que aveces olvidamos en los momentos dificiles, cuando parece que no hay salida nos olvidamos de cuidar nuestra relación con Dios y en ocasiones terminamos alejandonos de Su Presencia.

Señor yo te pido que aumentes mi fe, que sea capaz de obedecerte confiadamente sin poner pretextos ni argumentos humanos porque se que Tu eres el Dios de las cosas imposibles.

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