Minho cursaba por la entrada del gran instituto pendiente de su teléfono, en los últimos días había salido una de las mejores aplicaciones que le hacía mantener de ese enorme par de ojos pendiente si el artefacto vibraba o no sobre su mano a la espera de una notificación ¿Pensar en chicas locas por él? No gracias, ese juego está semana sería su prioridad, sin más esquivaba cual maestro a los compañeros que interferían como molestos obstáculos. Llegando a duras penas a su salón por suerte acostumbraba a llegar temprano y sentarse casi llegando al final del salón pero pegado a los grandes ventanales, claro, si se sentaba al medio lo más probable que se distraería con el resto, ya que no tenía mucho control a la hora de buscar charla, estar al otro extremo del salón lo encontraba bastante raro, nada mejor que el ventanal que le daba buena luz para hacer fotosíntesis, según él, y mantenerse bien despierto por la luz.
Sintió un pequeño escalofrío, no uno cualquiera, claro que no, solo había algo que le colocaba los nervios y los vellos de punta, dicha criatura la descubrió observándole tratando de esconderse en el marco de la puerta pero a la vez sin quitarle la mirada.- —Ya te vi Taemin -habló bastante cabreado ¿Acaso tenía que ser así todos los días?-.
— H-h-h-hyung~
El pequeño pelinegro respondió con una sonrisa bonita y una cara bastante sonrojada además, pero no se le podía pedir menos al chico, para él, Minho era el mejor de todos. Sin ser invitado se adentró al salón sin importarle que ya una buena parte del curso de dicho moreno ocupaba el espacio, se sentó frente a frente del alto que en ese momento no sé podría determinar si estaba enojado o frustrado.
- ¿Qué quieres? -Minho a veces solía ser bastante desubicado cuando quería incluyendo que esquivo la mano que intento tomar de la suya-.
Taemin formo un puchero en sus labios, a veces el mayor le desesperaba con esa forma tan agresiva de tratarlo, cuando sabía que el chico podía ser un encanto cuando se lo proponía, suspiro algo decaído guardando sus manos en sus bolsillos busco tranquilizarse, si decía alguna palabra de golpe posiblemente se trabaría, como el médico le había recomendado, paciencia.
- M-m-Minho...
- Ya no digas más Taemin, vete que comenzarán las clases
El moreno había interrumpido al pequeño niño justo antes que diera una respuesta, este suspiro sin evitar fruncir el ceño simplemente se inclinó despidiéndose, estaba acostumbrado y sabía que no había caso seguir hablándole, tal como llego se fue.
- ¡Choi!
- Jinki te escuche, estamos en el mismo salón no es necesario que grites -Respondió al llamado totalmente sumergido en su teléfono-
- No trates a mi primo así bastardo
Jinki era uno de los mejores amigos de Choi Minho aunque este fuera un grado más arriba, él por obras del destino junto a la bonita criatura con el orangután de su amigo, y vaya que se arrepentía. Taemin tenía una personalidad bastante fuerte que ocultaba tras ese dulce rostro, pero sabía que cuando conoció a su amigo sufrió de un caso terrible llamado amor a primera vista.
- Pues dile que se aleje de mi vista.
- Tienes suerte que Taemin le cueste llorar, porque de ver una lágrima en el rostro de mi primo y te patearé ese lindo trasero.
Minho solo ladeó los ojos ¿acaso era tan difícil que le dejara de acosar? Ignoro nuevamente todo a su alrededor, el mayor no volvió a hablarle, puesto que el maestro ya había llegado y él también debía volver a su salón. Se quedó pensando un momento en medio de tanta bulla con el adulto dándole su clase.
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Problemas de Fluidez
FanfictionMinho es bastante común. Carismático, simpático, alegre y extrovertido como cualquiera a su edad . Un chico normal que no busca sobresalir en popularidad, no es su estilo. Entonces...¿Por qué le estresa tanto Taemin?