Hola Mi nombre es Adrien & ¿Tu?

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En un día, estaba triste y aburrido, no veía mucho a mi madre, ni mucho menos a los kwamis, la verdad no sabía el porqué, simplemente se fueron con ella y nunca volvieron, solo podía ver desde la ventana la ciudad con su sol brillante, quería conocer cómo era allá afuera, pero solo podía escuchar los sonidos que provocaba aquella ciudad.

Me sentía aburrido, sentado en mi cama y viendo por la ventana, de eso escucho un rechinido, voltee por curiosidad y vi una puerta abrirse, pero lo más importante es que el aire me trajo el olor de esa persona , era mi día en que sacaría mi sonrisa, era "mama", solo la veía venir, con una sonrisa mientras cerraba la puerta, no me importaba eso, con tal de estar con ella así que baje y fui corriendo lo más rápido que podía con mis piernas pequeñas débiles y cortas, para ir a abrazarla y sentir el mismo aroma que ella traía desde el día en que la vi.

Sentir sus brazos fue que mi día era lo más feliz, que pudo haberme pasado, a veces la veía, a veces no la veía, pero no importaba, con tal de volverla a verla, sería suficiente, su hermosa voz empieza a sonar en la habitación diciéndome que me "extrañaba". Pasaron horas y horas, y ella me hizo la promesa de que vendrá a verme muy seguido, yo le pregunte "porque a veces no estás conmigo cuidándome?" a lo cual sentí su sonrisa cambia a una sonrisa fingida diciéndome

Clara Agreste: "Porque tengo mucho trabajo, y ese trabajo es para poder darte lo mejor, sin que te falte nada"

No entendía con claridad, pues solo tuve que aceptar.

Los días pasaban, y la promesa que me hizo fue cumplida, ella me visitaba a mi habitación todos los días, me traía cosas y me las trajo con mucho amor, me enseñó más de lo que debo aprender, yo con su cariño aprendí a dibujar con ella y conmigo, como una "familia", y se las mostraba, pero hay algo que no entendía, cada dibujo mio hecho con amor ella solo miraba y lloraba, me preocupaba bastante y la abrazaba como ella a mí. Los meses pasaban y más seguido estaba ella conmigo, excepto algunas noches, ella me visitaba en las noches pero ella nunca está conmigo en las noches, para acompañarme cuando tengo feas pesadillas, que normalmente tiene un niño pequeño como yo.

Años pasaron, y cumplí 6 años de edad, la bella joven cada vez envejecía, y eso me entristecía a "perderla", cuanto más grande soy, más cosas entiendo y más cosas ella me pone, ejemplo

Una vez le dije

Nathanaël: "¿Por qué no vamos a jugar ahí(allá) afuera?"

Dije con toda la curiosidad e inocencia, a lo cual me dio la gran impresión de verla con tanta seriedad y valentía, pero preocupación dentro de sí misma diciendo

Clara: "te empezare a dar reglas, a cuales las tienes que obedecer, y ser un buen niño, no quiero que salgas, allá afuera es peligroso y feo"

Su mirada era confusa, ella me dio reglas a cual tuve que aplicarlas y sin que ella me asustara, dio una hermosa sonrisa que iluminaba mi dia y un abrazo cálido que era incomparable. Pasaron meses y jamás había salido de mi habitación, mi "mamá" me visitó entrando en esa aquella puerta a cual tengo prohibida a acercarme a ella y salir de esa puerta, ni hablar con nadie, ni acercarme a una persona, ni mostrarme, ella dejándome un regalo a cual es mi dia de cumpleaños y un pequeño pastel solo para nosotros dos, las horas pasaron y era hermoso mi cumpleaños me la había pasado bien con ella, en la mañana, me canto las felicitaciones, el regalo era fantástico era una caja negra con un signo rojo, me sentía muy feliz, sonreía bastante ese cumpleaños y comimos pastel, su tiempo para mi se había agotado, ella tenía que irse a cual desconozco y eso me desanima, ya no tenía a nadie más, y no me atrevía a preguntar sobre los kwamis.

La bella dama, se despidió con un rostro triste que intentaba ocultar, mientras me veía a mi mostrando mi tristeza y deseando que no se fuera, pero fue inevitable, ella se tuvo que ir despidiéndose con un cálido beso en mi pequeña frente, que me hacía indicar "no te preocupes, el dia siguiente te vere y prometeré estar contigo todo el dia", eso es lo que me hacía pensar.

Ella,yo sentía que se alejaba de mi con solo verla, la veía saliendo de aquella puerta, y me entristeció bastante, solo me senté en mi capa doblando mis piernas y abrazando , pensando ¿Qué haré ahora? ¿dibujar para mamá? ¿leer libros? No tenía otra cosa que hacer más que estudiar y dibujar.

Un niño de 6 años de ropa nueva y de marca con cabellos rubios y ojos verdes con una sonrisa tan increíble con mucha calidez y amor que le han dado sus padres, caminaba brincando y cantando como cualquier niño pequeño que suele jugar con sus padres, ese niño pasó por aquella habitación "abandonada" dentro de su mansión, para lo cual, no me había percatado de que mi dulce "mamá" había dejado semi abierta la puerta por accidente, a lo cual ese niño por su curiosidad se acercó a esa habitación con su puerta semi abierta, ese rechinido me hizo llamar la atención.

Un niño de 6 años de ropa nueva y de marca con cabellos rubios y ojos verdes con una sonrisa tan increíble con mucha calidez y amor que le han dado sus padres, caminaba brincando y cantando como cualquier niño pequeño que suele jugar con sus padre...

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Aquel joven niño y yo nos miramos sorprendidos, no sabia que hacer, estaba asustado, asustado de ser un "niño desobediente", cada vez su curiosidad se acercaba a mi a cual para mi susto yo me alejaba arrastrando de mi cama hasta llegar a la ventana

Adrien: "oye, tranquilo no muerdo"-sonreía-

Nathanaël: "N-no...a-alejate...v-vete de aquí...n-nadie puede estar aquí"-asustado estaba-

Al ver su rostro parecía no entender a lo cual miró a su alrededor y vio mi habitación lleno de telarañas y muebles viejos, en su vista choco viendo mi pastel y mi regalo, a lo cual él sonrió.

Al ver su rostro parecía no entender a lo cual miró a su alrededor y vio mi habitación lleno de telarañas y muebles viejos, en su vista choco viendo mi pastel y mi regalo, a lo cual él sonrió

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Nathanaël Kurtzberg A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora