Si te conociera, y te conozco bien, la luz de tu mirada es tambien, de un color que nadie descubrió, de esos que con cuidado cubrió, los dolores que estaban en la razón,
Por haber seguido a el corazón,
la respiración más lenta, que un alma a la venta, no puedo apreciar, más que esa obscuridad, que desaparece poco a poco con tu luz mortal...
