Capitulo 30

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“La propuesta de Niall” – 22 Años

Salió y a los pocos minutos escuché cómo encendía su moto. Me dispuse a ordenar la casa antes de irme a trabajar. Se preguntaran en que trabajo, bueno solo les podría decir que llevar años leyendo libros de Fantasía al fin rindieron sus frutos, ahora era una escritora de libros infantiles en una prestigiada editorial. A Niall le gustaba mucho que trabajara en lo que me hacía feliz, él me decía que era el trabajo perfecto para mí que estaba destina a hacer eso y también claro… su esposa. 

Ordené el sofá –el cual era un desastre después de lo de anoche- lo sacudí y lo limpié a fondo, para que nadie sospechara nada. Barrí el piso y sacudí los muebles, hice la cama y guardé los platos en la alacena. No había mucho que hacer, sólo éramos nosotros dos. Sólo se ensuciaba más cuando Louis venía a cenar con Alex, o cuando Cata y Harry –que habían terminado siendo novios y que ya llevaban un año juntos- nos visitaban.

Miré la hora en un reloj Horan que colgaba en la pared, sobre el televisor, y me fui a vestir.

Antes de salir de la casa, recordé sacar las llaves. Una vez se me olvidó y me quedé afuera todo el día, no pude entrar hasta que Niall llegó de la Universidad.

Bajé los escalones de la entrada, el patio seguía tal cual como el primer día en que llegamos de nuestra luna de miel, con la pequeña diferencia que ahora había un árbol en un costado y rosas en la entrada. Abrí el bajo portón, subí a mi auto rojo y me conduje hasta la oficina.

— ¡Buenos días, ____! —exclamó mi secretaria Ines, que ya tendría sus cuarenta años, era muy agrádale y simpatica, siempre se preocupaba por mí, desde el día que llegue.

— ¿Cómo está Niall? – pregunto

—Hoy es su primer día de trabajo —le conteste.

—Dile que le deseo lo mejor – sonrió. Acá todos lo conocían debido a que el siempre venía a visitarme o más que para visitarme, venia asegurarse que ningún hombre se me acercara. Niall seguía siendo el mismo celoso que cuando éramos niños, eso tampoco nunca cambiaria.

—No te preocupes lo hare – le dije. Y me fui hacia mi oficia a seguir trabajando, ahora tenía un poco más de trabajo que antes, ya que mis libros eran unos de las vendidos, al parecer a la audiencia le encantaban, tanto como a mí las historias de duendes, seres mitológicos, etc.

(…)

—Iré a buscar a Niall, nos vemos mañana—le grité a Ines y no esperé una respuesta por su parte, iba atrasada por diez minutos.

Mientras conducía al lugar donde me indico Niall, me di cuenta que la dirección era de nuestra antiguo colegio ¿Para qué quería Niall llevarme de nuevo a ese lugar? 

Niall me contó que había odiado todos los años que paso en mi escuela, donde sentía que no encajaba, aunque para mí había sido lo contrario, yo lo veía perfecto para ese tipo de escuela y personas.

Pero lo más tierno fue cuando le pregunté el por qué había vuelto a la escuela, después de que se marchó cuando se enfadó conmigo, y me dijo que era porque no podía tener la consciencia limpia sabiendo que no estaba a mi lado.

A veces Niall era muy romántico.

Y otras un completo idiota.

Sin embargo la mayoría de todas esas veces, después de que nos casamos y conocí su verdadero ser oculto tras sus ojos azules, Niall era un pervertido que malinterpretaba todo. Tenía suerte de que sólo bromeaba conmigo y con los chicos, no coqueteaba con nadie más que no fuera Louis.

No tardé ni 15 minutos en llegar, debían ser alrededor de las 6 de la tarde y el sol recién se ocultaba, era una agradable tarde de verano.

Vi la moto de Niall estacionada, no aparqué muy lejos y corrí a la entrada de la escuela. Había olvidado que la parte norte era una primaria.

Ya no había niños en el patio ni en el pasillo, pero se sentía que ellos iban allí todos los días. Las paredes estaban plagadas de dibujos infantiles, las ventanas de las salas de clases tenía letras de colores y un gran diario mural se encontraba en la entrada de la escuela y tenía un mensaje de buena suerte para los niños en su año escolar.

Revisé sala por sala y por la mitad del pasillo encontré a Niall parado mirando fijamente por la venta, sosteniendo su portafolio negro.

—Entonces aquí era donde te metías todas las tardes—Le regañe con tono burlón. Niall se volteó y sonrió al verme, me hizo una seña con la mano para que me acercara.

—_____, te quería mostrar algo —me dijo, y recordé que en la mañana me había dicho lo mismo.

Caminé y observé el salón, era amarillo y damasco, en tonos pastel y ya tenía los típicos dibujos de niños de seis años en las paredes.

Niall me agarró del brazo y me hizo chocar contra él otra vez, pero no me besó, sino que me miró con intensidad y colocó su barbilla sobre mi cabeza, son una sonrisa.

—Mira este dibujo —dijo. Me entregó una hoja de papel y en él distinguí algo de color verde y naranja. Reconocí de inmediato a “Peter Pan”.

— ¿Niall no es ilegal estar acá? —le pregunte, pero se dio cuenta que sólo bromeaba.

— ¿No te gustaría tener la casa llena de estos dibujos? —me preguntó, y de un momento a otro su voz había cambiado.

Iba a decirle que yo no dibujaba así, que no se burlara de mí. Pero caí en la cuenta de lo que en realidad me estaba preguntando.

—Niall… —balbuceé.

—No te digo que ahora, pero si nos proyectamos para unos años más…

— ¡Por supuesto que sí! —le interrumpí. No reaccionó de inmediato, pero cuando comprendió que yo estaba de acuerdo, que sí quería y que ya me sentía preparada para tener un hijo, me abrazó efusivamente y enterró su rostro en mi cuello.

— ¿En serio? —me preguntaba una y otra vez, sin creerlo, y yo le decía sin cansarme que sí y que tendría mil hijos con él.

—No puedo… en serio seremos una familia —dijo cuándo se separó unos escasos centímetros de mí.

Lo besé sin darle tiempo de protestar. No me importaba limpiar las temperas y el desorden de los niños si cubrían la casa de dibujos. Estaba segura de que amaría contarles las aventuras de Peter Pan, mis libros y cualquier otra cosa más, cada noche junto a él.

Enamorarme de Niall(Niall&Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora