Uno.

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-Es el primer día en mi nueva clase, primer día en mi nueva clase, primer día en mi nueva clase- una joven de 17 años gritaba ilusionada, sí, era extraño para una joven desear ir a clase pero para Babi si lo era

Babi se había mudado junto a su madre, Nicole, a Verona y este iba a ser su primer día en su nuevo colegio. Uno de los mejores colegios de Verona que le había hecho el favor de aceptarla a mitad de curso, claro, el favor porque su madre había desembolsado una buena cantidad de dinero

-Hija, no grites- Nicole tocaba su cabeza donde notaba un profundo dolor y su hija lo acentuaba más. Cuando vio la felicidad de su hija no pudo evitar sonreír, el dolor se esfumaba

-Lo siento mami, estoy feliz- Babi sonreía a su madre. La joven era casi un clon de su madre, aunque también tenía rasgos de su padre, James Wood, el cual se había quedado en su anterior ciudad (en Estados Unidos) porque sus padres se divorciaron cuando ella solo tenía 2 años, le dieron a elegir si quedarse en la ciudad o viajar a Verona con su madre y obviamente Babi viajo con su madre. Los ojos eran del padre, aunque suene extraño, las orejas eran iguales también, eran casi que únicas pero preciosas. En cambio, era tan rubia como su madre, incluso un poco más, y la cara, a excepción del color de ojos y la forma de estos, era igual que la suya

-Tranquila, ¿Estarás bien? ¿Dominas el idioma lo suficiente?

-Sabes que sí, no te preocupes más por mí

Nicole sonrío, su hija era bastante autosuficiente y muy inteligente, le recordaba a ella sin duda. Pensar en ella de joven le entristecía, y es que con la edad que ahora tenía Babi, vivió su romance, con su único verdadero amor William Thompson, a veces se preguntaba como estaría y sabía que habría rehecho su vida

Babi salió hacía el colegio sola, aunque Nicole se había ofrecido a acompañarla ella no quiso, sabía que su madre tenía cosas que hacer más importantes que acompañarla. No vivía lejos del colegio por lo que tan solo tardo 20 minutos paseando

La joven encontró la manera de conseguir llegar a la puerta del despacho de la directora, muchos jóvenes la miraban por el pasillo y no era de extrañar porque estar a mitad de curso y ver a alguien nuevo era algo extraño

-¿Vas a llamar o qué?- una voz masculina la sorprendió, Babi se dio la vuelta para encontrar junto a ella a un Dios griego. Negó con la cabeza y se quito todas esas estúpidas ideas de la cabeza. Aunque realmente el chico que se encontraba enfrente de ella era verdaderamente guapo, moreno y alto, con los ojos negros y un cuerpo bien cuidado

-Sí, eso iba a hacer- murmuro ella, él chico también sintió curiosidad por aquella chica. Se le notaba a leguas que tampoco era italiana, es más, vendría de Estados Unidos al igual que él. Además era como una muñeca, rubia, de ojos verdes y con pecas que normalmente no le gustaban pero en ellas quedaba realmente bien

Babi llamo a la puerta y la directora los hizo pasar juntos, por ser nuevos ambos

-Bienvenidos, ¿han visto las instalaciones?- pronunció la mujer, no era muy mayor, tendría la edad de su madre y parecía una buena mujer. No como la directora del antiguo colegio de Babi, apenas prestaba atención por estar pendiente de sus pensamientos

-¿Babi?- dijo la mujer

-Sí, perdone- el chico que estaba junto a ella sonrío burlonamente

-Su nombre es italiano ¿lo sabe?

-Sí señora, mi madre me lo puso por la protagonista de una de las novelas que más le gustan- contesto sonrojada, le habían hablado mil veces de su nombre

-Bien, tu clase es la de último año y usted, Lukas, -Babi miró por primera vez al chico, ahora sabia su nombre y le gustaba- irá al mismo, por lo visto repitió curso, espero que no se vuelva a repetir

-No, de verdad- dijo sonriendo Lukas, aunque sabía que no prestaría solo atención a los estudios aunque estos fuesen malos. La directora les dio el horario y ambos salieron del despacho

-Nos veremos bastante, fea- dijo Lukas antes de irse y dejar a Babi sorprendida

Jugando con el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora