La muerte acecha

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Si iba a morir diría mis ultimas palabras.
Era un hecho que esto ocurriría tarde o temprano y esperaba mas tarde que temprano pero eso no iba a ser posible.

-¿No sabes como llego tu obsesión?
Si, eso que tu llamas amor.
A tal punto era que llegaste a arruinar su vida.
Primero, fueron cartas de "amor puro", O así te gustaba llamarlas.
Después, fueron
" observaciones " de tu amado.
Es decir, lo seguías a TODAS partes como el puto acosador que eres.
Después tus cartas se volvieron
" advertencias " como tu llamas a las amenazas de muerte que le escribes por " amor ".
Y ahora mataras a sus seres queridos por ... Celos?
Eres un...

Sentí como algo atravesaba mi estomago.
Caí de rodillas presionando el punto donde sangraba.

-Oh, Pasto andante, así que... ¿Eras tu la que evitaba que mis cartas llegaran a Nagisa?
¿Seres queridos ? -sonrió con sorna -Solo distingo a una sucia puta entre la basura.

Espera, ¿Que? Yo las leía, pero nunca llegue a esconderlas
Quería decírselo, decirle que no toque sus cartas las observaba con tristeza y repulsión.

Y que de la forma en el que le miraba se debería de estar ciego para no darse cuenta de ese amor, Me resultaba hasta enfermizo.

Aunque compartía aquel sentimiento por el,
aunque pudiera comprenderlo,
aunque supiera que el era mejor que yo;
Nunca le ayude pero tampoco me detuve solo observe callada esperando a que algo pasara o algo viniera a mi.

Levante la cabeza presionando la profunda herida de mi estomago,
Estaba horrorizada porque en ese momento al ver su mirada lo
Supe, y mis ojos empezaron a humedecerse.
Aparte, de que tal vez debí haber me callado.

Yo kayano kaede, supe que iba a morir.

-Nagisa...
Nunca pude decirte que t-te...

No pude terminar aquella frase porque otro punzante dolor ataco mi estomago, seguida de muchas otras casi innumerables.
Las carcajadas le impedían hablar.

-T-tu e-e-eres taan patética -otra estruendosa carcajada se hizo sonar, rebotando por las paredes del callejón con un eco distorsionado y un molesto pitido que parece que solo yo podía oír.

"Si, sigue así llama la atención haz ruido para que alguien venga...»

-pero nadie vino.

-" El amor es ciego y la locura siempre lo acompaña " -recito el pelirrojo.

-Que gran verdad aquella... ¿Cierto akimura? -hablo a la cabeza que sostenía.
-¿Creías que no te reconocería? Eso es... Patético...

-

La extensión principal del cuerpo de Kayano tenia una mirada vacía y gran parte de su cara estaba manchada por su propia sangre al ser separada de su cuerpo con sus propias manos.

Esta no le iba a responder, Nunca lo haría...
Pero se quedo parado; Mirando, esperando.

Sus ojos a cada segundo se perdían mas, volviéndose mas oscuros.
Mas falsos.
Mirando la cabeza de ahora su ex-compañera aunque realmente no enfocaba su vista ahí, sino mas allá.

El profundo silencio se adueñó del callejón.

Había matado por segunda vez a alguien...

¡Estaba decepcionado de que esa perra no gritara mas alto, joder!

Lanzó la cabeza por los aires y se limpio la sangre que no era suya.

Salio de el callejón silbando y con las manos en los bolsillos.

Una anciana de las que "Quien madruga dios le ayuda" paseaba cerca de allí y lo vio con gran interés.

¿Y Quien no? Si sales de un callejón a las 5:00 am puede ser "levemente" sospechoso.

Rodó los ojos molesto pero pronto su expresión cambio a una de felicidad.

¡¿Podría torturar mas?!

Mientras lo hacia se imaginaria las suplicas y plegarias inexistentes de esa zorra que tenia que haber gritado.

Matar a kaede había sido tan rápido y sencillo que le había dejado con ganas de mas.

-¿Señora, quiere que le ayude con las bolsas? -sonrió satisfecho.

Oh, como adoraba esto...

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2017 ⏰

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