Wherever you are.

-Capítulo 2-

Nos dirigimos al lugar donde se iba a llevar a cabo la convivencia, Alex aún no podía creer que íbamos a poder hablar con ellos y verlos fuera del escenario, Mel también estaba muy emocionada practicando lo que les diría, yo sólo estaba tratando de que no se borrará de mi mente el título de la canción. Cuando por fin llegamos al lugar donde seria la convivencia vimos que había unas cuántas chicas y chicos más

-Por fin, llegó la hora, estaba comenzando a irritarme

-Que bueno tener a una amiga como tu, Mel, ¡eres genial!, de verdad que yo creí que los pases para la convivencia estaban agotados.- dijo Alex con muchísimo entusiasmo

Yo lo único que hacía era guardar silencio. Un rato después abrieron la puerta y ahí estaban ellos, parados justo al frente para recibir a sus fans.
Todos entraron muy emocionados, las chicas y los chicos que estaban más cerca de la puerta corrieron a darle un abrazo a su integrante favorito de la banda, Mel estaba muy emocionada y cuando algunas chicas terminaron de 'acaparar' (como ella decía) a uno de los integrantes corrió a darle un abrazo y un pequeño beso en la mejilla, el chico tenía el cabello largo castaño claro, y algo rizado, era muy guapo. Alex había ido a saludar a el chico de cabello negro, tenía tatuajes en el brazo y una cara muy tierna, además parecía amable. El chico alto y rubio con los ojos azules y otro que tenía teñido el cabello estaban charlando con algunos de sus fans, parecían divertirse. Yo sólo fui a sentarme en un sofá que estaba en la habitación y me puse a observar a todos.

En el fondo había dos chicas que no había visto esperando afuera con todos los que deseaban conocer a los integrantes de la banda, parecían algo engreídas, una tenía el cabello largo y negro, llevaba uñas y pestañas postizas y, como la otra chica, llevaba mucho maquillaje encima. La segunda chica era un poco más morena, tenía el cabello café y unos ojos azul muy pálido, en realidad eran bonitos.

Por un momento mi mirada y la de las chicas se cruzarón, una de ellas me ignoro y la otra, la del el cabello largo y negro me sonrió falsamente y aparto la mirada. Seguía sola porque Alex y Mel estaban muy felices como para voltearme a ver y no los culpó, los chicos tocan muy bien y son atractivos, sin mencionar que mis dos mejores amigos los siguen desde hace mucho tiempo, además yo no estaba aburrida. Continuaba observando a todos cuando note que uno de los integrantes se acercaba a mi, primero no quise creerlo, pensé que probablemente se dirigía a otro lado, pero no, no fue así

-¡Hey!.- Me dijo el chico con la piel pálida, los ojos verdes y el cabello teñido de un rojo encendido.- ¿Qué tal?, porque estas aquí tan sola, ¿te sientes bien?

-Ehhhh, s-sí, estoy bien..

-No te pongas nerviosa, sí, soy famoso pero además soy un buen chico, apuesto a que quieres una foto, ¿cierto?

Por alguna razón eso me hizo enojar

-JAJA, ¿qué te hace pensar eso?, no gracias.- dije, y mire a otra parte ignorandolo

-Pues el hecho de que hayas comprado un pase para convivir con nosotros me hace pensarlo, ya deja de ser tan tímida

-Es la primera vez que escucho a tu banda, no soy una de tus fans y por lo tanto no me interesa tomarme una foto contigo.- le hice saber con un tono frío que llenaba mi voz

-Eso no explica porque compraste un pase para la convivencia.

-Mi amiga me lo compró, yo sólo la estoy acompañando.- respondí con un tono de irritación dejándose oír en mi voz

-¿Quién es tu amiga?

Mire en dirección a donde estaba Mel, la cual aún estaba hablando con el atractivo integrante.

-¿La chica que habla con Ashton?

No dije nada, sólo moví la cabeza de arriba a abajo afirmando lo que el me había preguntado

-Bueno, entonces déjame presentarme, yo soy Michael Clifford, el guitarrista e integrante más genial de la banda

-Mucho gusto.- dije con tono frío

-Que chica tan ruda, me agradas

Y antes de poder contestarle que el a mi no me agradaba ya se estaba alejando a otra parte de la habitación, pero no sin antes dirigirme la mirada por última vez y lanzarme un guiño, lo que hizo que la sangre subiera a mis mejillas y mi cara se ruborizara al máximo, el sólo soltó una risita burlona y siguió alejándose.