No lo lograré yo solo

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DISCLAIMER: los personajes de este fanfic pertenecen a Rick Riordan y la canción "Miles" pertenece a Christina Perri.

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Aquí vengo con otro fanfic para el mismo reto en el que presenté la historia anterior ("Di algo, estoy perdiendo la fe en ti"). Inspirado en el nuevo libro de Rick Riordan, en un sorteo podía tocarme un dios hecho mortal o bien un mortal hecho dios. La cláusula era que la transformación no podía ser para siempre, sino temporal. El fanfic anterior fue por sorteo (y me tocó un mortal convertido en dios), pero ya a partir del segundo fanfic eso era de mi elección.

Para éste, elegí a la diosa Harmonía. ¿Por qué? Porque uno de mis OC's favoritos es un hijo de Harmonía. Los que estén en el juego de rol del foro que patrocina este reto lo reconocerán. Se llama Steve Williams, y es el chico más adorable de la historia y tiene acento cordobés, de Argentina. ¿Quién no quiere a un Steve en su vida?

Planeo transformar en fanfic el juego de rol de ese personaje, pero hasta ese entonces, tendrán que ir deduciendo su hermosa personalidad leyendo este fanfic, en el que la madre de Steve se transforma en mortal debido a desafortunadas circunstancias.

Esta historia está inspirada en la canción "Miles" de Christina Perri, cuyas estrofas están divididas de una en una inspirando párrafos diferentes. La traducción al español la hice yo. No la saqué de ninguna página web. Sería genial si leyeran escuchando esa canción al mismo tiempo, les llegará más a los sentimientos, creo. Éste fanfic también, como el anterior, tiene final feliz. Sí, Srita Tragalibros escribiendo finales felices, va a llegar el fin del mundo.

Acá tiene la canción en la que está inspirada esta historia:

Espero que les guste.

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Esta historia participa en el Reto "Cambio de papeles" del foro "El Monte Olimpo".

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Hoy estoy asustada, más de lo que te dije que estaba ayer

Concédeme un momento para recuperar el aliento

Y abrázame durante cada segundo que nos quede

Los labios de la mujer temblaron y sus ojos se llenaron de lágrimas. Intentó reprimirlo, pero un grito de dolor escapó entre sus dientes apretados y se dobló en dos, intentando respirar, como si le hubieran golpeado en el estómago.

Debajo de ella, en la superficie de la Tierra, las personas se daban muerte entre sí y otra bomba estallaba en una gran ciudad. Con la llegada de la Tercera Guerra Mundial, la paz desaparecía, y Harmonía estaba muriendo.

Tanteó en busca de algo en que apoyarse y se reclinó contra la pared de mármol. Su respiración era superficial. Ahora que nadie creía en la armonía, la diosa estaba muriendo lentamente. Pero no quería irse sin luchar por preservar la paz, sin intentar algo desesperado, sin ver por última vez el rostro de sus hijos semidioses. Debía delegarles a ellos su poder, para que siguieran con su trabajo pacificador cuando ella ya no estuviera.

Trastabillando bajó la escalinata del Olimpo, murmurando palabras en griego antiguo. Aquel brillo dorado que la rodeaba se fue desvaneciendo poco a poco, y ella disminuyó de tamaño. Sus ojos perdieron en cierto grado el gesto divino que poseían y se volvieron de un tono castaño cálido y familiar.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2018 ⏰

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