-¿Quieres algo para tomar?
-¿Qué hay?
Tyler abrió la heladera sin muchas esperanzas para encontrarse con una lata de Coca Cola a medias, un poco de jugo de naranja y agua. -No mucho.
-Está bien, me conformo con poco.
Tyler le alcanzó un vaso de jugo y se acomodó a su lado en el sillón. Josh jugaba al Mario Kart y Tyler se sentía un poco más invisible de lo normal. Aunque sus reuniones ya no significaban "ansiedad constante evitando silencios incómodos", Tyler aún se sentía un poco inseguro a su alrededor. De todas formas Josh parecía una buena persona y era un muy buen baterista; pero había algo sobre su espalda ancha y en cómo cuando sonreía todo su rostro acompañaba el gesto –no solo los labios- que lo ponía un poco nervioso. Y le distraía otro poco.
-Estuve hablando con un amigo, su tío conoce al dueño de un bar de Cincinnati. Dijo que tal vez podamos tocar.
-¿Enserio?- Josh pausó el juego y se giró para enfrentar a Tyler. Su rostro sonreía al unísono y a Tyler le sudaban las manos.
Entonces Tyler se puso a sí mismo en modo automático. Habló sobre posibles lugares en los que podrían tocar, problemas mecánicos de la Van y canciones sin terminar. Mientras, intentaba ignorar el rostro sonriente de Josh, la densidad anormal del aire y la forma en que, luego de un rato, Josh se recostó en el sillón apoyando su cabeza en el reposabrazos y pasando sus piernas por encima de las de Tyler. Intentó ignorarlo con todas sus fuerzas.
Tyler no lograba esconder su felicidad en el viaje de regreso. Eran las cuatro de la mañana, así que la autopista estaba casi vacía. La radio del coche estaba rota, por lo que el único sonido era el de los dedos de Josh tamborileando una alegre melodía en el volante. Un aire victorioso le llenaba los pulmones y suponía que Josh compartía el sentimiento.
-Fue un buen concierto.
Josh rio con fuerza, como si hubiera estado esperando el comentario, y sus carcajadas vibraron en el pecho de Tyler.
-Cierto. Aunque los rostros de las personas cuando entramos con las máscaras de esquí fueron lo mejor de la noche, sin duda.
-Creo que pensaron que íbamos a robar el lugar o algo así.
-Probablemente.- El cabello negro de Josh era un desastre y podía ver el cansancio en sus ojos; pero de todas formas él no dejaba de sonreír. Tyler no lo entendía.
Se quedaron en silencio dejando en evidencia el tamborileo de Josh una vez más. Pero por alguna razón, la quietud ya no era incómoda. Era simplemente tranquila. Algo en el ambiente –los cientos de postes de luz que dejaban detrás por minuto, el silencio impropio de la carretera y la forma en que la luz interior del auto le daba a todo un tono anaranjado- le hacía recordar a los viajes que solía hacer con su familia; y en cierta forma eso ayudaba a que el clima sea más relajado. Además, a diferencia de sus primeras reuniones, ahora Josh había salido al escenario junto a él. Le había palmeado la espalda y susurrado "Nosotros podemos" al oído. Se habían enfrentado juntos a un mar de miradas desinteresadas y conversaciones que no los incumbían. Y al principio, cuando pensó que las palabras quedarían enterradas en su garganta por siempre, los golpes seguros de la batería de Josh le dieron ánimos para comenzar a cantar.
-¿Qué canción es?- Dijo Tyler, señalando los dedos inquietos de Josh con su barbilla-.
Josh sonrió y aunque Tyler no sentía merecer su sonrisa, la aceptó. Josh compartía su felicidad al mundo sin ninguna discriminación, en cambio, él apenas tenía para sí mismo. -Ninguna. Estoy improvisando.
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Fall away.
FanfictionBásicamente Tyler y Josh juegan Mario Kart, manejan su Van en la noche y Tyler festeja sus 21 años. O algo así. (One Shot, Pre-fama)