Capítulo 11

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NATHALIA

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NATHALIA

La primera clase ya va a empezar y corro con apuro hacia el salón. Veo a algunos estudiantes correr al mismo ritmo ajetreado que yo. Me toca la clase de inglés. Amo la asignatura y he aprendido bastante sobre la lengua. Corro rápidamente mientras me esfuerzo por recordar en donde se encuentra ubicado. El recinto universitario es inmenso y olvidar en donde se encuentran las cosas, después de no haber estado en un buen tiempo aquí, resulta más fácil de lo que se podría pensar.

Finalmente, llego al espacio reducido acoplado de sillas, un escritorio, una pizarra blanca y pocos estudiantes. Me apresuro en cruzar el salón y me disculpo en el proceso con la profesora que se encuentra escribiendo. Ella me hace saber que no hay problema, así que tomo asiento. La mujer continúa anotando y luego comienza a explicar la clase.

Busco entre mi mochila el libro y cuaderno. Estoy muy atenta tomando los apuntes de cada cosa que dice, mi mente está exclusivamente enfocada en cada palabra que sale de su boca. Mantengo la vista fija en el cuaderno, mientras ella habla, pero de pronto se queda en silencio e interrumpe la clase.

Levanto la vista hacia la profesora que está mirando fijamente hacia la puerta, todos se giran hacia la misma dirección y yo no demoro en unirme. Está siendo golpeada con ímpetu como si la persona detrás de ella se quisiera hacer notar demasiado, o necesitara que le abrieran con urgencia. La profesora nos observa y en su rostro veo el fastidio. Se disculpa antes de ir a abrir y cuando lo hace quedo anonadada, es el rubio estúpido quien está de pie frente a la profesora, bajo el marco de la puerta fumando un cigarrillo de forma descarada, mientras nos observa a toda la clase desde su posición.

—¿inglés avanzado? —interroga soltando el humo que retiene en la boca.

—¿Es alumno mío? —pregunta la mujer, mientras espanta el humo con su mano.

—Si no lo fuera no estaría aquí —dice con sus ojos puestos en mí.

—Deberá apagar eso antes de entrar a mi clase —La profesora observa el cigarrillo casi acabado del chico.

—Por supuesto.

Tira el medio cigarrillo al suelo y lo pisa para apagarlo. Entra al salón dejando la colilla tirada sin ningún pudor. La profesora se queda mirándolo y se limita a agacharse para recogerla y tirarla al basurero, entretanto niega con la cabeza.

El chico camina entre los asientos buscando uno libre, uno que hay justo detrás de mí y tengo que admitir que eso me pone algo incómoda. No puedo volver a concentrarme como lo estaba antes de que entrara por esa puerta y no entiendo por qué me afecta su presencia. Miro hacia los lados y me percato de que las otras chicas no le quitan los ojos de encima. Parecen embelesadas y estúpidas.

—Hola —escucho casi un susurro en mi oreja y rápidamente siento un escalofrío recorrer mi piel.

¿Quiere ser sociable? Porque yo no. No se me dan esas cosas, por algo solo tengo a Johnvid de amigo.

Daron, un ángel para Nathalia © [Libro 1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora