¡Confesión, compras y pijamada!

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—Terroncito de azúcar despierta, ya es hora de despertar. Escuchó en susurro, sintiendo como me mueven mi brazo derecho.

Estrujó mis ojos antes de abrirlo y me muevo perezosa.

—Cinco minutos más. Murmuro, moviéndome al otro lado de la cama.

—Si no te levantas llegarás tarde a tu clase de matemática financiera.

— Abro los ojos como platos al escuchar esas palabras. ¿Qué hora es? Preguntó un poco alarmada.

—Son las 7:30 am. Te has quedado dormida usando tu tableta otra vez. Te he dicho que vas a quedar ciega. No me gusta que estés hasta tarde usándola.

— ¡Ay ma! ¡Exageras! No voy a quedar ciega. No te preocupes, solo estuve leyendo un poco. Sabes que amo leer.

—Si, si ya se. Eres amante a la buena lectura. Ya me se tu CD rayado. Replica en tono burlón.

—Suelto unas carcajadas. Y para que sepáis yo no habláis así. Replique

—¡Oye ma! Sabéis que te amo con el alma y que sois mi mejor amiga.

—Si mi reina, a ver siéntate aquí y dime ¿que pasa? Murmura

— No nada mami, solo que como entre nosotras no hay secretos, hay algo que te tengo que decir. Repliqué

—¿Y que no me has dicho? Pregunta con cara de haber visto a un fantasma.

— No te asustes, no es nada malo. Mascullo.

—Dime de una buena vez. Que me tienes intrigada.

—Es que, bueno no se como decirte. ¡Agustín es mi novio! Suelto tapándome la cara con una almohada y riendo por lo bajo.

—Ya lo sospechaba, mi reina me alegro que sean novios, pero ya sabes que un noviazgo significa responsabilidades. Es muy bonito el primer amor siempre y cuando se lleve a cabo con responsabilidad.

— Si mami lose, ya lo hemos hablado unas cuantas veces. Suspiro y resoplo. Pero lo que me preocupa es mi papá. Ojalá que no lo tome a mal. Tengo miedo de perder a Austín.

—Es normal que sientas miedo. Resopla

—¿miedo? Lo que siento es un huracán dentro de mi.

— Ay pequeña, estas creciendo, me llena de nostalgia saber que ya pronto dejarás de ser mi pequeña y te convertirás en una hermosa señorita.

—¡Ma! Por favor ya mañana cumpliré 18 años. Suelto unas cuantas carcajadas.

—Mi madre empieza a reír con fuerza. Aunque tengas 700 años y te convierta en anciana seguirás siendo mi pequeña Jamely. Suelta esbozando una enorme sonrisa.

—Y tú siempre seréis mi sol. El amor de mi vida.  Murmuro depositando  besos  en su mejilla y le abrazo fuerte.

***

Luego de una breve charla entre mi sol y yo, salí corriendo a tomar un baño y cambiarme.

Al salir del baño abro mi vestidor a ver que me decido poner de ropa. Después de unos minutos buscando entre ropa y ropa, me decido por unos jeans negro, una blusa rosada fucsia de mangas en forma de sizap, con un laso en el lado, una correa dorada y unas zapatillas que hacen juego con la correa. Tomó mi bolso de hombros y salgo de la habitación.

—Chao ma' nos vemos ahorita. Resoplo y muevo mi mano de un lado hacia a otro, en forma de despedida.

—Nos vemos tesoro, cuídate mucho. Masculla.

¡Jamás te voy a olvidar! Endless Love ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora