"Es mi fin" pensaste aliviado porque tu vida apestaba.
De repente, una bola de fuego golpeó la flor, la cual salió volando mientras gritaba de forma todavía más macho alfa que tu.
Volteaste a la derecha y viste una cabra rara usando una especie de vestido morado.
"Mierda, me hubieras dejado morir" pensaste.- Que criatura mas desagradable, atormentando a un pequeño tan inocente... No temas pequeño, soy Toriel, vengo todos los días por aquí para ver si un weon borracho cayó para come- - abrió los ojos como platos mientras se tapaba la boca- ejem.... Q-quiero decir... Ven conmigo, pequeño.
Te extendió la mano, tu la aceptaste temblando de miedo.
Le seguiste en lo profundo de unas ruinas moradas.
- Mi niño, en este mundo los monstruos trataran de matarte y violarte, pero no temas, para evitar tu violación, tendrás que dialogar con ellos.
- ¿Qué coño?... - susurraste
- Vamos, intentalo con este maniquí.
Te acercaste a un maniquí con cara de violador y le hablaste
- Um... ¿H-hola? - volteaste a ver a Toriel, se veía orgullosa y feliz.
Miraste de nuevo al maniquí, este te guiñó el ojo y se fue feliz.
Que pedófilo.- Muy bien mi niño, estoy orgullosa de mi misma por haberte enseñado tan bien - dijo feliz
Siguieron caminando por las ruinas, hasta que ella te soltó de la mano y se fue corriendo
- Sigue por ti mismo si quieres vivir, mi niño.
Corriste como loco por los pasillos, preguntándote el porqué lo hacías si odiabas tu vida.
Toriel apareció de la nada y te dijo que por favor te quedaras ahí, pues ella iría a hacerte una "sorpresa".
Normal, ella te abandona, y cuando aparece te dice que te hará algo especial.
Apenas ella se fue, tu saliste de ese pasillo para pendejear por ahí.