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ONCE

El teléfono en el bufete de abogados del OT5 sonó y Niall saltó en su silla, deslizándose sus gafas de en medio de su rostro y tomando a tientas el teléfono sin orden ni concierto, contestando en una monótona y cansada voz; después de todo, acababa de ser levantado de una siesta.

—Hola, éste es el bufete de abogados OT5. ¿En qué puedo ayudarle?

La mujer al otro lado de la línea dudó por un momento, restringida, sin embargo, por el abrupto saludo.

—Ah, hola. Me preguntaba si ¿podría hablar con Harry?
—¡Harry! —Gritó Niall en una manera poco profesional hacia su compañero—. ¡Hay una chica al teléfono para ti!

Indigo escuchó un suave quejido mientras Harry luchaba contra Niall por el teléfono lo regañaba por no ser un buen secretario. Hubo un momento de reverendo silencio mientras Niall rodaba sus ojos y regresaba prontamente a dormir, roncando fuertemente mientras Harry decía en el receptor:

—¿Hola?

—¿Harry? Habla Indigo.

Las palabras tomaron la completa atención de Harry de la baba que colgaba de la boca de Niall, a la suave voz que hablaba en la otra línea—. Oye, Indigo, ¿cómo va todo?

—Bi-bien —ella dijo en un tono poco convincente—. Simplemente me estaba preguntando si nosotros podríamos, ahm, tal vez... Por Dios, esto sonaba mejor en mi cabeza...

Harry rió.

—No hay problema. ¿Te gustaría ir por algo de comer?

Indigo sonrió, apretando el teléfono más cerca de su oído mientras asentía.

—Eso estaría perfecto.

—¿Qué hay de aquella vieja cafetería en la 42?

—El último en llegar paga.

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El trato que hicieron de que el último en llegar a Hal's Diner pagaba estaba por completo manipulado, porque el bufete de abogados estaba como a 20 cuadras de la pequeña cafetería al estilo de los 50's, mientras que Indigo estaba justo al lado, pero estuvo bien la final.

Indigo y Harry rieron por un buen rato antes de que un torpe silencio viniera, e Indigo sacó un sobre de su bolsa.

—Encontré esto hoy.

Harry lo tomó tembloroso, jadeando para tomar aire ante los no deseados recuerdos que eso trajo.

—L-lo leíste?

Indigo hizo un movimiento con la cabeza.

—Nunca, en todos estos años. No pude.

Harry parpadeó, pasando su dedeo por el crayón púrpura inscrito en frente.

—Escucha —dijo Indigo—, no puedo amar a Lionel. No como te amé a ti y...

—No, Indie...

—¡Harry, por favor! —La urgencia en su voz causó que Harry volteara a mirarla. Angustiados, sus ojos le rogaban por que la escuchara—. Quiero libertad, Harry. La quiero tanto que hasta puedo saborearla. Y la libertad empieza conmigo.

Harry tragó saliva antes de pestañear y asentir lentamente.

La camarera vino y les tomó la orden, y Harry se encontró pensando en cómo el universo era tan hermoso para el propio bien de él.

En especial cuando Indigo era el universo.

—Quiero conocer a tu equipo en el bufete de abogados, si eso está bien. Pensé que sería divertido.

—Sí, por supuesto —respondió Harry, mientras escribía un cheque para pagar, e Indigo soltó una risita.

—Yo puedo pagar si quieres —dijo ella, pero él sacudió su cabeza.

—Un verdadero caballero nunca falta a su palabra —dijo poniéndole fin al asunto y le abrió la puerta a Indigo para que saliera.

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—Con que, ésta es Indigo —dijo Zayn poco después de que ella le diera un apretón de manos y admirara su cabello—. He escuchado mucho de ti.

—Ojalá pudiera decir lo mismo de ti —contrarrestó Indigo y después añadió—: Harry no me ha contado mucho de ustedes, chicos.

—Le damos vergüenza —dijo Louis, uniéndoseles, presentándose con Indigo y después añadiendo—: somos los hermanitos que siempre deseó tener.

—Salvo que él es el más chico —Liam rió, después abrazó fuertemente a Indigo y se movió por la pequeña habitación—. Bienvenida al Bufete de Abogados.

—¡Oigan! —Gritó Niall, entrando en la habitación y tomando una gran bolsa de comida rápida—. ¡No se olviden de mí! —Puso la bolsa en una mesa cercana y sacudió la mano de Indigo rápidamente—. Soy Niall; me gusta la comida.

Indigo rió ante su franqueza mientras Liam reafirmaba el hecho de que a Niall le gustaba la comida. Harry sonrió y forzó a Niall para que quitara sus grasientos dedos del brazo de Indigo y la metió en la sala de espera.

—Harry —dijo Indigo lentamente—. La libertad empieza por mí, me di cuenta. —Se levantó y parpadeó varias veces—. Pero también quiero ser parte de algo más grande, algo más emocionante —exhaló—. Quiero unirme.

A Harry lo agarró desprevenido su repentina valentía. Indigo no era así sencilla usualmente.

—¿Unirte a qué?

—Ay, no te hagas el tonto, Styles. Sé que eres parte de la Revolución. Es tan fácil de ver como la cámara que están tratando de esconder en aquella planta falsa.

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OMGGGGG PERDÓN POR LA DEMORA. But, allí lo tienen asdfghjklñ. ¡Gracias por leer!