El bazar de chicas

Capitulo 1

CAPITULO 1

Desesperada soledad que busca desgarrar de mi alma el dolor, busca hacer sufrir a quienes hacen sufrir, quiere desenterrar en mí el sufrimiento para poder continuar seguir viviendo y seguir sufriendo.
A N O N I M O.-

7:00 am, día lunes

¡No puede ser! me quede dormida... - lola se levanta, se baña y viste de prisa. Sale de su apartamento como alma que lleva el diablo. Se ha olvidado de despertar a valentina, cosa que no le molestara, por lo visto su querida hermana llego a altas horas de la madruga. Claro escucho los cantos que tenía esta al llegar de madrugada. ¿Dónde se habrá metido? – se pregunta al salir

Hoy no será un buen día, lo presiento... - se dice mientras corre de prisa entre sus compañeros de la facultad. Afortunadamente el departamento está muy cerca y no hace más de 20 minutos en llegar en auto.
-libros, celular, lápiz, laptop. Ok, todo está aquí- recuerda tocando el bolso.
- ¡con un demonio!- maldice de golpe, alguien le ha tirado un líquido caliente sobre su ropa.
-¿Pero que pasa con este día que nada me está saliendo bien?- se sacude, mira su ropa y los libros en el suelo. Resopla. Se agacha y los recoge maldiciendo más de una vez entre dientes, entonces oye una disculpa.
-En verdad lamento lo del café. Estaba buscando las oficinas administrativas y no puse atencion. Perdón - lola lo mira de abajo a arriba. – Desde este punto se ve bastante alto – piensa. Trata de taparse un poco el sol con la mano para poder ver bien quien este parado frente a ella. Le toma un minuto enfocarlo y distinguir al hombre frente a ella, este le extiende su manos para ayudarla a ponerse de pie.
-disculpa, ¿te lastime? – lola no reacciona solo lo ve detenidamente - ¿Estas bien?- la mira con intensidad aun con su mano extendida. Después de un segundo lola lo toma y al instante lo suelta.
-Por dios, ¿no te queme? Perdona mi torpeza – voltea el joven a los lados.
Lola solo se sintió mareada pero no por el café que derramo en ella, en verdad, eso sería tonto ya que solo es líquido no un golpe en la cabeza. Su mareo era más por que el joven alto y de mirada misteriosa que la había hipnotizado.

-¿me contestaras o solo te quedaras viéndome raro? – escucha lola repetitivamente.
-perdón, es que me has tirado café encimas pero (ríe) estoy bien, solo has manchado mi vestido, sin mencionar que me has quemado un poco el estómago, y.... –lo mira a los ojos. Esos ojos misteriosos que la han dejado fuera de la jugada – (carraspea y continua) quitando eso de la ecuación, se puede decir que estoy bien. – lola no podía para de hablar, señal de nerviosismo pensó ella misma. Ser estudiante de psicología en ocasiones no era bueno ya que tendía a auto evaluarse y eso la hacía sentir más torpe de lo que ya estaba aparentando en este momento- el joven misterioso solo sonrió y en ese segundo ella murió. Él tenía la sonrisa perfecta, un poco coqueta. No enseñaba sus dientes, solo torcía un poco la boca. Ella odia eso en los hombres. No entendía porque siempre que sonreían lo hacían mostrando todos sus dientes y en especial cuando estos no tenían bonita dentadura o carecían de limpieza. Odiaba esa mala higiene, ha... pero en este hombre misterioso y muy alto con la sonrisa a medias, era algo que le parecía simplemente único.

-Gracias por la ayuda – corta lola.
-En aquella dirección está la administración – (apunto con el dedo) se dio media vuelta y se detuvo un momento- procura voltear y levantar la vista a los lados, no vayas a provocar otro incidente o lo que es peor, podrías arruinar la ropa de otra joven. -Lo vio y sonrió- suerte le dijo. El hombre misterioso hizo lo mismo y siguió su camino.

-Bueno parece que no todo salió mal en mi mañana – pensó lola y vio su ropa – si... bueno, mi ropa se arruino solamente, genial.... Causare buena impresión en mi primer día de reingreso.