1: Unas orbes profundas.

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Aviso 1: El físico de los personajes de esta historia es representado por celebridades, no su personalidad.

Aviso 2: Los lugares que aparecen son producto de mi imaginación.

Aviso 3: Le cambié el nombre a algunos personajes.

Y ahora sí, disfruten.

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"Una mirada o un gesto dice más que mil palabras".

Es imposible no llamar la atención cuando bajas de una limusina de último modelo con tu hermano mayor, quien es un mariscal de campo y el chico más coqueto de toda esta preparatoria de prestigio.

- Catalina, trata de actuar natural y así le caerás bien a las chicas - me aconsejó mientras le hacía un guiño a un grupo de chicas que contoneaban sus caderas no muy lejos de él.

- Calum, sabes que no me gusta llamar la atención - susurré escondiéndome atrás de él.

Él rodó los ojos y me miró enarcando una ceja.

- Somos hijos de una súper modelo y un actor de Hollywood, debemos sentirnos orgullosos y no tener miedo de ser el centro de atención - comentó acunando mis mejillas y depositando un beso en mi frente.

- No quiero... - susurré a la vez que miles de personas se acercaban a nosotros, o mejor dicho, a mi hermano.

- ¡Calum Grant! ¡Dénos un autógrafo! - gritaban de forma eufórica mientras saltaban a su alrededor.

Mi hermano simplemente medió una sonrisa arrogante y los hizo a un lado a todos antes de abrir una de las tantas puertas de la limusina y sacar su mochila, su bulto deportivo y sus dos maletas.

- Cata, toma tu equipaje y espera a que te lleve a la recepción para que te den las llaves de la habitación - ordenó suavemente mientras acomodaba una mochila en cada hombro.

- ¡Amo tu colonia, Calum! - chilló una chica rubia no muy lejos de nosotros lanzándole un beso.

- ¡Gracias guapa, tal parece que mi colonia llega a largas distancias! - respondió él haciéndole un guiño.

- Calum, no seas así - lo reñí levemente.

Él solo se encogió de hombros y me miró divertido.

- Sigue en lo tuyo, hermanita - comentó sonriendo pícaramente.

Lo miré decepcionada y me dispuse a sacar mi equipaje, que se componía de una mochila y una maleta. Luego de eso Calum me mostró parte de la preparatoria y después fuimos a recepción en busca de la llave de mi habitación.

- ¡Espero que tenga una buena experiencia en esta preparatoria, señorita Grant! - enfatizó el recepcionista nervioso.

Arrugué un poco el ceño y lo miré rara.

- ¿Qué ocurre, señor? - le pregunté.

- No es nada, señorita, es solo que debo tenerles un gran respeto - respondió sonriéndome levemente.

- Señor, no tiene porque...

- Déjalo Cata - habló mi hermano haciendo señas para que lo siguiese.

Calamidad [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora